El P. Vincent Lampert, exorcista y párroco en la Arquidiócesis de Indianápolis (Estados Unidos), afirmó que los padres deben recordar los orígenes cristianos de Halloween y aclaró que el problema de esta fiesta no está en los disfraces o dulces.
"En última instancia, no creo que haya nada
malo con que los niños se pongan un traje, se vistan de vaquero o Cenicienta y
pasen por el barrio pidiendo dulces. Es una diversión sana”, dijo el P. Lampert en diálogo con CNA, agencia en inglés del Grupo ACI.
El sacerdote aseguró que el peligro radica en los trajes que glorifican
el mal deliberadamente e infunden miedo, o cuando las personas pretenden “obtener poderes
especiales” a través de la magia
y brujería, aunque sea solo por diversión.
"En el libro de Deuteronomio, en el capítulo
18, se habla de no intentar consultar a los espíritus de los muertos, tampoco a
los que practican magia, brujería o actividades afines. Aquello sería una
violación de un mandamiento de la Iglesia, al colocar otras cosas por delante
de la relación con Dios".
"Y ese sería el peligro de Halloween. Que de
alguna manera Dios se pierde en todo esto, que la connotación religiosa se
pierda y finalmente la gente glorifique el mal", añadió.
También dijo que es importante recordar que el diablo y los espíritus
malignos no tienen ninguna autoridad adicional en Halloween, aunque lo parezca.
"El diablo actúa por lo que la gente hace, no
porque este haga algo por sí mismo. Tal vez por la forma en que se celebra ese
día, en realidad se invita a que el mal entre a nuestras vidas", dijo.
Finalmente el P. Lampert aseguró que una de las mejores cosas que los
padres pueden hacer es utilizar Halloween como un momento de aprendizaje y
explicar a los niños “por qué ciertas prácticas no
conducen a nuestra fe e identidad católica”.
Por otro lado, Anne Auger, una madre católica de tres niños en el estado
de Winsconsin (Estados Unidos), dijo a CNA, que si bien deja que sus hijos se
disfracen y pidan dulces, siempre verifica las casas por donde pasarán y así
evitar aquella que están decoradas “con cosas
temibles”.
"El año pasado una persona llegó a la puerta
vestida como un lobo demoníaco. A veces las personas se visten como brujas y
puedo entender eso, pero esto fue un nivel completamente nuevo, tan diferente a
cuando éramos pequeños".
También aseguró que los padres deben enseñar a sus hijos el significado
de Halloween, siempre en relación al día de Todos los Santos.
"Les decimos que estamos teniendo una fiesta
porque celebraremos a los santos en el cielo, y por eso salimos a pedir dulces”,
añadió.
Kate Lesnefsky, otra madre católica, con niños entre 3 y 16 años,
también les permite que elijan sus trajes para pedir dulces, siempre y cuando
no infundan miedo o tengan aspecto demoníaco.
Al día siguiente lleva a sus hijos a la Misa por la Solemnidad de Todos
los Santos, y la familia usa esto como ocasión para hablar sobre la muerte y la
santidad.
"Tengo una hermana que murió cuando tenía 19
años. Entonces hablamos de diferentes personas que sabemos que están en el
cielo, de mis abuelos o de los diferentes santos", dijo Lesnefsky.
Traducido y adaptado por Diego López
Marina. Publicado originalmente en CNA.
Redacción ACI Prensa
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