El mundo actual, ahora más que nunca, necesita de MUCHOS ROSARIOS.
Por: María Esther de Ariño | Fuente: Catholic.net
Después de la vacaciones hemos vuelto a los
hábitos de siempre en nuestro diario vivir y trabajo pero en este
mes podríamos añadir algo más a nuestro mejoramiento espiritual. Muchos lo
saben....otros no. Este mes, es el mes del Rosario.
Rezar el rosario para algunas personas es un
tiempo desperdiciado en una letanía de repetidas oraciones que en la gran
mayoría están dichas de una manera distraída y maquinalmente. PERO NO ES ASÍ.
El hecho de ponernos a rezarlo ya es un acto de
amor a la Madre de Dios. Es un súplica constante y repetida para pedir perdón y
rogarle por nosotros y por todo el género humano en el presente y también en la
hora de nuestra muerte.
Es meditar en los Misterios de la vida de
Cristo, de suerte que el rosario es una especie de resumen del Evangelio, un
recuerdo de la vida, de los sufrimientos y glorificación del Señor y una
síntesis de su obra redentora. Ahora tenemos los jueves, por un deseo
especial del Papa Juan Pablo II ,los Misterios Luminosos. El primero es El
Bautismo de Jesús -El milagro en las bodas de Caná- El anuncio del Reino- La
transfiguración en el monte Tabor y la Institución del Sacramento de la
Eucaristía. Son maravilloso para una meditación hermosa y profunda.
REZAR
EL ROSARIO ES UN MÉTODO FÁCIL Y ADAPTABLE A TODA CLASE DE PERSONAS, AÚN LAS
MENOS INSTRUIDAS Y UNA EXCELENTE MANERA DE EJERCITAR LA MEDITACIÓN EN LOS
ACTOS MÁS SUBLIMES DE LA FE .
El Padrenuestro con el que se empieza cada
Misterio es la oración que Cristo nos enseñó y quienes lo han penetrado a fondo
no pueden cansarse de repetirlo. El Avemaría,
toda ella está centrada en el misterio de la Encarnación y es la oración más
apropiada para honrar dicho Misterio. Aunque en esa oración hablamos
directamente a la Santísima Virgen e invocamos su intercesión, esa oración es
sobre todo una alabanza y una acción de gracias a su Hijo por el infinito amor
que mostró al encarnarse.
La Santísima Virgen María, en sus repetidas
apariciones ha sido la súplica más importante que en sus mensajes nos ha
traído. Ella nos pide que recemos el santo rosario. Ella nos lo pide
insistentemente porque su rezo tiene un gran valor.
ELLA
QUIERE QUE REPITAMOS UNA Y OTRA VEZ LA SÚPLICA, LA ALABANZA CON LA ESPERANZA
PUESTA EN SU INMENSO AMOR POR TODA LA HUMANIDAD.
Tal vez por lo repetido del rezo, la "loca de la casa" como le decía Santa
Teresa a la mente, se nos vaya de aquí para allá en pertinaz distracción, pero
aún así nuestro corazón y nuestra voluntad están puestos a los pies de la Madre
de Dios y esas Avemarías son como el incienso que sube en oscilantes volutas
hasta el corazón de nuestra Madre la Virgen Santísima.
Nuestro mundo se está olvidando de rezar.
Tenemos fe, creemos en Dios... pero no hablamos con EL. El mundo actual, ahora más que nunca, necesita de MUCHOS ROSARIOS. Hagamos un alto en nuestro diario
vivir, quince minutos tan solo, y con seguridad el mundo y "nuestro mundo", será mejor.
¿POR QUÉ REZAR EL ROSARIO?
Son muchísimos
los que por haber rezado con toda fe su Rosario lograron obtener una buena y
santa muerte y ahora gozan para siempre en el cielo.
Cuentan los antiguos que cuando Santo Domingo de Guzmán
empezaba a desanimarse al ver que en los sitios donde predicaba la gente no se
convertía y la herejía no se alejaba, le pidió a Nuestra Señora le iluminara
algún remedio para conseguir la salvación de aquellas personas y que Ella le
dijo en una visión: "Estos terrenos no
producirán frutos de conversión sino reciben abundante lluvia de oración".
Desde entonces el santo se dedicó a hacer rezar a las gentes el Padre Nuestro y
el Avemaría y a recomendarles que pensaran
en los misterios de la Vida, Pasión y Muerte de Jesús. Muy pronto las
conversiones fueron muy numerosas y las gentes de aquellas regiones volvieron a
la verdadera religión.
Hoy por hoy, después de la Santa Misa, el Rosario es quizás la devoción más
practicada por los fieles. Los enemigos de la religión católica (protestantes,
etc.) han dicho y siguen diciendo horrores contra el Santo Rosario pero los
católicos han experimentado y siguen experimentando día por día los
extraordinarios favores divinos que consiguen con esta santa devoción.
¡Cuántas personas han logrado verse libres de
pecados y de malas costumbres el dedicarse a rezar con devoción el santo
Rosario! ¡Cuántos hay que desde que están rezando el Rosario a la Virgen María
han notado como su vida ha mejorado notoriamente en virtudes y en buenas obras!
Son muchísimos los que por haber rezado con toda fe su Rosario lograron
obtener una buena y santa muerte y ahora gozan para siempre en el cielo.
Ojalá leyéramos algún libro que hable de las maravillas que se consiguen con el
rezo del Santo Rosario. Basta saber que el Rosario ha sido recomendado por
muchos Sumos Pontífices y aprobado por la Iglesia Católica en todo el mundo, y
que a los que lo rezan se les conceden numerosas indulgencias.
Se llama indulgencia la rebaja de castigos que tendríamos que sufrir en la otra
vida por nuestros pecados. La Iglesia Católica con el poder que Jesús le dio
cuando dijo: "Todo lo que desates en la tierra
queda desatado en el cielo", puede conceder a los fieles que por
ciertas devociones se les rebaje parte de los castigos que tendrían que sufrir
en el purgatorio.
"Se confiere una indulgencia plenaria si el
rosario se reza en una iglesia o un oratorio público o en familia, en una
comunidad religiosa o asociación pía; se otorga una indulgencia parcial en
otras circunstancias" (Enchiridion de Indulgencias, p. 67)
Condiciones:
1. Que se recen las cinco decenas del Rosario sin
interrupción
2. Las oraciones sean recitadas y los misterios meditados
3. Si el Rosario es público, los Misterios deben ser anunciados
Además debe cumplirse:
1. Confesión Sacramental
2. Comunión Eucarística
3. Oraciones por las intenciones del Papa
Si no se cumplen las condiciones para la indulgencia plenaria, puede aún
ganarse indulgencia parcial.
La indulgencia puede ser aplicada a los difuntos. La indulgencia plenaria solo
puede ganarse una vez al día (excepto en peligro de muerte).
"Lo maravilloso del Santo Rosario no es la
repetición de las avemarías o de la mesa bien dispuesta que sostiene la imagen
de la Virgen, sino la experiencia de la unidad que se conforma en todo el mundo
entero para alabar y bendecir a Dios por los motivos inmensos de su amor para con
la humanidad. Es una rica costumbre de la piedad popular donde la Santísima
Virgen se hace universal y de mucha importancia para los creyentes. Es la
magnífica oportunidad que tenemos todos de experimentar en la fe ese amor a
Dios en María Santísima, a la cual le había confiado esa misión salvífica. Es
el santo rosario el lugar para reconocer a María Virgen como la Madre del Señor
Jesús y en el plano de la gracia, Madre de todos nosotros. Es a la vez el
reconocimiento de que Dios a través de Ella interviene a favor nuestro.
Es una oración connatural a la gente sencilla que reconoce la elegancia de Dios
para hacer nacer a Jesús, el Salvador del vientre inmaculado de la Virgen
María. Por eso en cada decena de las avemarías se medita el sufrimiento, la
lucha y el triunfo en ese caminar de Jesús por el camino de la vida, donde la
Virgen estuvo presente y actuante para ayudarle a cumplir su misión salvadora.
Mi madre solía decir, que el rosario era tan sagrado porque en él estaba todo Jesús y toda
María. Por eso, hoy en día, se hace necesario, que el santo rosario ocupe ese
espacio tan vivo en los hogares". (P.
Marcelo Rivas Sánchez, Gracias mamá por enseñarme el
Santo Rosario)
No hay comentarios:
Publicar un comentario