Los gobiernos que impulsan la eutanasia aducen razones compasivas o reivindicativas de derechos, pero lo único verificable es el dinero que se ahorran: la eutanasia o el suicidio médicamente asistido son mucho más baratos que los cuidados paliativos. Canadá ha echado esas cuentas, como cuenta Caterina Giojelli en Tempi:
¿La verdad sobre la eutanasia? La ha escrito muy
bien, negro sobre blanco, Canadá, agitando la bandera de la compasión y
mandando a la muerte a los más débiles, los inactivos, a los que están medio
muertos, porque eso permite ahorrar. Así de fácil. Desde la legalización del suicidio asistido en
junio de 2016, el Estado no ha tenido que dilapidar más de 66 millones de dólares en cuidados médicos
o paliativos. Y apunta a ahorrar mucho más ahora que los defensores de la buena
muerte han clamado para extender el MAID (Medical Assistance in
Dying [Asistencia Médica en la Muerte]) -que equipara el acto de
proporcionar la muerte a un enfermo a ocuparse de su vida hasta el final- a quien no sufre patologías letales.
UTILIZANDO
A ROGER Y LOS PACIENTES DEL HOSPICE
¿Se acuerdan del caso de Quebec? Todo
empezó aquí, cuando el Tribunal Supremo echó por tierra una ley y el Parlamento
Federal se dedicó rápidamente a eliminar la mayor parte de los requisitos
obligatorios para poder obtener el suicidio asistido y extenderlo a todos los
discapacitados, porque "tener una
discapacidad es peor que la muerte".
¿Y
el caso de Ontario? En este
caso se fomentó el MAID entre las personas no enfermas de cáncer para que
puedan "dejar una herencia", donando sus órganos como si fueran piezas de
recambio para la sociedad de los sanos.
¿Y
el de Alan Nichols? A los 61 años no tenía ninguna patología que le incapacitara,
no era un enfermo terminal, solo sufría de depresión.
¿Y Roger Foley? Afectado por una patología neurodegenerativa, el
hospital y el gobierno le dan dos alternativas: pagar
más de 1.500 dólares al día por los cuidados que necesita, cifra que no puede
permitirse, o "recurrir gratuitamente al suicidio asistido"
("Pero yo quiero vivir, no quiero morir").
¿Y
el de la Delta Hospice Society? El gobierno le ha retirado los fondos públicos a
esta pequeña realidad que se dedica al cuidado paliativo porque se ha negado a
asesinar con eutanasia a sus pacientes: "Estamos
conmocionados. Lo hacen por dinero: la eutanasia cuesta menos que nuestros cuidados
paliativos".
CON
LA NUEVA LEY SE AHORRAN HASTA CIEN MILLONES
Verdad.
Según el nuevo presupuesto, publicado el 20 de octubre en aras de la
transparencia y la responsabilidad, los costes sanitarios para cuidar de los
pacientes en el último año de su vida son "desproporcionadamente
altos": estos pacientes representan
solo el 1% de la población, pero del 10 al 20% de los costes sanitarios
totales. Ciertamente, advierten los diputados, "este
informe no debería sugerir de ningún modo que se use el MAID para reducir los
costes sanitarios".
Ahorro estimado por el gobierno canadiense para 2021 con la ampliación
de la ley de la eutanasia y el suicidio asistido. Las cifras están dadas en
dólares canadienses (1 dólar canadiense = 0,76 dólares USA = 0,64 euros,
cambios a fecha del artículo). Fuente: Cost estimate for Bill C-7
"Medical Assistance in Dying", un documento de la Oficina
Presupuestaria del Parlamento.
Sin
embargo, haciendo una estimación -en base a la ley vigente- sobre los 6465
suicidios asistidos realizados, en 2021 el presupuesto sanitario podría
beneficiarse de un ahorro equivalente a 86,9 millones de dólares
canadienses. Todo gracias a los muertos.
El ahorro
se calcula descontando del presupuesto global (182,1 millones) los costes de
los cuidados paliativos de estas 6465 personas (72,8 millones) y los costes
necesarios para ayudarlas a morir, una cifra muy inferior (22,3 millones).
Y esto no
es todo: la nueva ley que surge del "caso
Quebec", que amplía aún más el acceso a la eutanasia, se traducirá en
otras 1164 muertes y un ahorro añadido de 62,0 millones,
lo que significa un ahorro total de 149,0 millones de
dólares canadienses (112,82 millones de dólares USA = 95,93 millones de euros).
Costes
considerados "irrelevantes" por
los diputados. Que están ya listos para volver a convocar la asamblea a fin de
retomar el camino de la nueva ley sobre el suicidio asistido bloqueado por la
pandemia.
Traducido por Elena Faccia Serrano.
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