jueves, 3 de septiembre de 2020

LOS OBISPOS POLACOS PIDEN RESPETAR A LAS PERSONAS DEL MOVIMIENTO LGTB PERO COMBATIR SU IDEOLOGÍA

Se muestran a favor del tratamiento de homosexuales y transexuales

Los obispos de Polonia han pedido a sus fieles que muestren respeto por las personas relacionadas con el movimiento LGBT, pero a su vez les instan a resistir los llamamientos LGBT para una «transformación social y cultural» en conflicto con la enseñanza de la iglesia.

(InfoCatólica) En un documento de 27 páginas hecho público el 28 de agosto, los obispos aseguran que «la iglesia no teme proclamar el deber de respeto a la dignidad personal de todos, incluidos los vinculados al LGBT+. Sin embargo, por las mismas razones, también debe mostrar reserva y, en algunos casos, una clara oposición a la ideología de género y a las formas de activismo de los movimientos LGBT que niegan la verdad sobre la humanidad, así como a sus proyectos sociales y objetivos declarados»

«Cualquier acto de violencia física o verbal contra las personas LGBT es inaceptable, así como todas las formas de vandalismo y agresión», dice el documento

El texto indica que el papa Francisco ha demostrado personalmente que la Iglesia Católica estaba abierta al diálogo con «toda persona de buena voluntad que busca la verdad». Sin embargo, esto no significa «aceptación sin crítica» de las opiniones del mundo LGBT ni evitar «una clara presentación de la enseñanza de la iglesia sobre la ideología de género y sobre las prácticas contra la naturaleza y la dignidad humana».

«El derecho de una persona a autodefinir su sexo sin referencia a criterios objetivos establecidos en su genoma y anatomía significa dar primacía al sexo sociocultural sobre el sexo biológico», advierten los prelados.

AYUDA A QUIENES QUIEREN RECUPERAR ORIENTACIÓN SEXUAL NATURAL

En lo que sin duda creará gran polémica tanto dentro como fuera de Polonia, el documento afirma que la Iglesia en Polonia apoyaría la apertura de clínicas para las personas LGBT que experimentan «dificultades, sufrimientos y rupturas espirituales», y que desean «recuperar su salud sexual y su orientación sexual natural».

Los obispos argumentan que negar la complementariedad sexual del hombre y la mujer, tal como hacen los activistas pro-LGTB, socaba implícitamente la vocación parental.

«También se fijaron el objetivo de equiparar el matrimonio homosexual y heterosexual por ley. Como resultado, a lo largo de este proceso, la sexualidad humana se ve cada vez más privada de su significado y valor personal, como un regalo especial, un don sagrado, dado a una mujer y un hombre por el propio Creador»

Igualmente recuerdan que la Iglesia no puede apoyar una ampliación de la definición de matrimonio y familia ni el reconocimiento de las parejas del mismo sexo «incluida la regulación de la propiedad, la pensión alimenticia y la herencia», la adopción de personas del mismo sexo, o las medidas para permitir que las personas determinen su sexo a partir de los 16 años.

Citando el documento de la Congregación Vaticana para la Educación Católica de 2019 «Hombre y Mujer los creó», denuncian:

«Conscientes de la naturaleza radical de la transformación cultural postulada y de las demandas de una sociedad 'sin diferencias de género', los movimientos LGBT+ proponen usar el método de dar pequeños pasos para forzar una lenta transformación cultural y moral, familiarizando gradualmente a la sociedad con comportamientos que hasta hace poco se consideraban inaceptables y moralmente reprensibles».

Y también critican el papel de ciertos medios de comunicación:

«Algunos medios de comunicación social apoyan estos proyectos promoviendo la ideología de género, fomentando el supuesto atractivo del divorcio, la infidelidad, la promiscuidad sexual, ridiculizando la fidelidad, la virginidad, la castidad y la religión».

Además, los obispos expresan su oposición a las propuestas de comenzar la educación sexual en la edad preescolar

«Una educación responsable no puede reconciliarse con proporcionar a los niños materiales que revelen la intimidad humana y les enseñen el placer de 'manipular' su sexualidad e introducirlos en las experiencias sexuales tempranas».

Por otra parte, el documento indica que las personas que se identifican como transgénero tienen derecho a pertenecer a la Iglesia y no se les debe negar el bautismo u otros sacramentos siempre que, obviamente, cumplan las condiciones para recibirlos. Por supuesto, en sacramentos como el bautismo, el matrimonio y el del orden se debe respetar el género biológico de la persona en su nacimiento.

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