La Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas (APETP) ha denunciado ante las autoridades sanitarias la celebración en la Universidad Católica de Murcia (UCAM) de charlas online en las que se defienden las supuestas bondades del clorito de sodio, también conocido como MMS (sustancia mineral milagrosa) o CDS, en el tratamiento de la Covid-19. Lo cuenta Javier Pérez Parra en el diario La Verdad.
El uso de esta sustancia no
está autorizado por la Agencia Española del Medicamento (AEMPS), y el Instituto
Nacional de Toxicología ha advertido de que el MMS es «un compuesto tóxico nocivo
para la salud humana». Entre los
meses de abril y julio, el Servicio de Información Toxicológica (SIT) atendió
26 consultas telefónicas por consumo de MMS, «lo
que supone un incremento muy significativo de este tipo de intoxicaciones en España».
DOS SESIONES EN ESTA
UNIVERSIDAD CATÓLICA
El último de los seminarios
sobre clorito de sodio en la UCAM se celebró el pasado 24 de septiembre
vía online, pero el 22 de julio
se llevó a cabo otro de estos encuentros virtuales, amparado por el
Vicerrectorado de Investigación (en
la fotografía superior, la convocatoria del acto tal como fue publicada en la
web de la Universidad y un momento del mismo).
Aunque se plantean como un
espacio de debate universitario y no de promoción de esta sustancia, lo cierto
es que en julio únicamente participaron
defensores del uso clínico del clorito de sodio.
Entre ellos, la religiosa
benedictina y médico Sor Teresa Forcades (como puede verse en la foto), que ha calificado
de «honrado agricultor» a Josep Pàmies, el principal valedor del MMS
en España. Pàmies ha sido sancionado repetidamente por las autoridades
sanitarias catalanas y es objeto de investigaciones por parte de la Fiscalía.
También intervienen en las conferencias virtuales organizadas por la
UCAM algunos médicos de Latinoamérica que están impulsando asociaciones para la
promoción del uso del clorito de sodio.
UNA SUSTANCIA
PELIGROSA
El
MMS es una disolución de clorito de sodio en agua al 28 %. Este compuesto
químico se utiliza, en pequeñas cantidades, para potabilizar el agua, y también
como blanqueante en la industria papelera, entre otros usos. Por su parte, el CDS se presenta como una disolución de clorito de
sodio en agua, a la que se añade un ácido. El dióxido de
cloro resultante tendría acción microcida (es decir, destruiría el virus) y
también un efecto antinflamatorio, según sus defensores.
Nada de esto está demostrado,
y tanto la AEMPS como la agencia estadounidense FDA han alertado de los riesgos de su uso. En definitiva, ninguna institución
científica avala en estos momentos los tratamientos defendidos en los
seminarios virtuales de la UCAM. Por su parte, la APETP, formada por
investigadores de los principales centros científicos del país, ha denunciado la celebración de estos eventos ante la Consejería de Salud, el Ministerio
de Sanidad y las fuerzas de seguridad.
UNA UNIVERSIDAD QUE
FALTA A SUS OBLIGACIONES
La APETP considera que estas
actividades contravienen el plan contra las pseudoterapias de los ministerios
de Sanidad y Ciencia, y vulnerarían la ley que regula la publicidad y promoción
de productos sanitarios.
«Si
bien la UCAM viene emitiendo
información taxativamente falsa alrededor de la COVID-19, caben recordar
las palabras de su presidente, José Luis Mendoza, otorgando la capacidad de
‘chip’ a la vacuna, y aunque estas manifestaciones no se realicen dentro de un
contexto de titulación sino como webinar, sí deben dichas manifestaciones e
intervenciones considerarse dentro de un contexto formativo impartido
desde una
entidad a la que se presupone autoridad académica como es cualquier
universidad, y la que, además, tiene la obligación ética y moral de transmitir
información veraz», subraya la Apetp en su denuncia.
LO QUE SE DIFUNDE EN
LA UCAM
En los seminarios ahora
cuestionados, los ponentes señalan que el clorito de sodio ha demostrado su
seguridad como desinfectante de productos para el consumo humano, y Sor Teresa
Forcades alude a un estudio desarrollado con pacientes de esclerosis lateral
amiotrófica (ELA) en el que se habría comprobado su seguridad.
Las mesas redondas virtuales
organizadas bajo el paraguas de la UCAM se presentan bajo títulos como ‘Medicina basada en la evidencia y medicina
basada en la necesidad de salvar vidas’ y ‘Medicina basada en la evidencia: dióxido de cloro, Vit
C, Vit D y Covid-19’. «Dado que no hay evidencia científica sólida a
favor de que algunas moléculas sean eficaces frente a la Covid-19 pero hay
indicios razonables de que puedan serlo, hay una clara controversia sobre su
seguridad y dado que miles de personas en España y decenas de miles en
Hispanoamérica consumen DC y otras moléculas aún no suficientemente estudiadas,
con la intención de prevenir o curar la infección por Sars-CoV-2 y otros
patógenos, concluimos que es necesario realizar estudios pilotos rápidos, que
serían seguidos por estudios más amplios si los primeros arrojaran resultados
alentadores», señalan los organizadores en la presentación del
último webinar, celebrada el 24 de septiembre.
«Los
resultados serán una aportación positiva al problema, tanto si se comprueba que
alguna de estas moléculas es útil y segura (porque cientos de miles de personas
se beneficiarían de su uso) como si demuestra que es inútil y/o nociva (porque
cientos de miles dejarían de usarla», añaden. Un visionado del webinar celebrado en julio permite comprobar
cómo, más allá de estas presentaciones, en ese caso no hubo un debate
entre posturas científicas divergentes, sino una sucesión de ponentes
abiertamente favorables al clorito de sodio como terapia médica.
Los mensajes contrastan además
con los de la AEMPS, que recomienda «encarecidamente
no consumir» soluciones de
dióxido de cloro o de clorito de sodio «en
ningún caso». Además, este
organismo oficial advierte de que «no existen pruebas de ningún tipo» que avalen su uso «para tratar o prevenir la infección por
coronavirus, ni tampoco hay evidencia de que sea efectivo contra otras
enfermedades como malaria, autismo, cáncer, enfermedades parasitarias o
degenerativas».
LA UCAM SE DEFIENDE
Ante la polémica, la UCAM
niega la promoción de pseudoterapias y señala que la actividad desarrollada el
pasado 24 de septiembre fue «un webinar en
el que todos los participantes (científicos y sanitarios de varias
instituciones y universidades) pusieron de manifiesto la conveniencia de hacer,
con urgencia, estudios científicos sobre la efectividad o no de diferentes
compuestos para el tratamiento de la COVID19; compuestos que, de facto, están
siendo utilizados por miles de personas en todo el mundo. Estos estudios serían
una aportación científica valiosísima tanto si, a tenor de los resultados
obtenidos, se comprueba que alguno de estos compuestos es útil y seguro para el
tratamiento de esta enfermedad, de lo que se beneficiarían miles de personas, como
si se demuestra lo contrario, para que quienes las consumen, dejen
definitivamente de hacerlo».
Por su parte, la Asociación de
Divulgación Científica de la Región de Murcia (ADCMurcia) lamenta que «la UCAM se
convierta en un espacio para la difusión de pseudociencias que pueden suponer
un riesgo para la población y, en este caso, especialmente». En el contexto de la pandemia, «nos parece una irresponsabilidad aún mayor. Si bien es
una institución privada, como universidad debería dar ejemplo de rigor», señala ADCMurcia. La asociación pide a la
población que confíe «únicamente en
terapias y tratamientos que estén avalados por investigaciones médicas serias e
independientes».
Secretaría RIES
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