Guía para hacer un examen de conciencia a fondo.
Por: P. Juan María Gallardo | Fuente: Oraciones y
Devociones punto info
PRIMER
MANDAMIENTO DE LA LEY DE DIOS: ¿He admitido en serio alguna duda contra las verdades de la
fe? ¿He llegado a negar la fe a alguna de sus verdades, en mi pensamiento o
delante de los demás? ¿He desesperado de mi salvación o he abusado de la
confianza en Dios, presumiendo que no me abandonaría, para pecar con mayor
tranquilidad? ¿He enojado interna o externamente contra el Señor cuando se ha
acaecido alguna desgracia? ¿He abandonado los medios que son por sí mismos
absolutamente necesarios para la salvación? ¿He procurado alcanzar la debida
formación religiosa? ¿He hablado sin reverencia de las cosas santas, de los
sacramentos, de la Iglesia, de sus ministros? ¿He abandonado el trato con Dios
en la oración o en los sacramentos? ¿He practicado la superstición o el
espiritismo? ¿Pertenezco a alguna sociedad o movimiento ideológica contrario a
la religión? ¿Me he acercado indignamente a recibir algún sacramento? ¿He leído
o retenido libros, revistas o periódicos que van contra la fe a la moral? ¿Los
he dado a leer a otros? ¿Trato de ausentar mi fe y mi amor a Dios? ¿Pongo los
medios para adquirir una formación religiosa que me capacite para ser
testimonio de Cristo con El ejemplo y la palabra? ¿He hecho con desgano las
cosas que se refieren a Dios?
SEGUNDO
MANDAMIENTO: ¿He blasfemado? ¿Delante de otros? ¿He hecho algún voto,
juramento o promesa y he dejado de cumplirlo por mi culpa? ¿He pronunciado el
santo nombre de Dios sin respeto, con enojo, burla o de otra manera poco
reverente? ¿He hecho un acto de desagravio, al menos interno, cuando oigo
alguna blasfema o veo que se ofende a Dios? ¿He jurado sin necesidad? ¿Lo he
hecho sin verdad, sin prudencia o sin madura consideración o por causas de poca
importancia? ¿He jurado hacer algún mal? ¿He reparado el daño que haya podido
causarse?
TERCER
MANDAMIENTO (y
primero y cuarto de la Iglesia): ¿Creo todo lo que
enseña la Iglesia Católica? ¿Discuto sus mandatos olvidando que son mandatos de
Cristo? ¿He faltado a Misa los domingos y fiestas de guardar? ¿Me he distraído
voluntariamente en ella o he llegado tan tarde, sin motivo suficiente, que no
haya cumplido con el precepto? ¿He impedido que oigan la Santa Misa los que
dependen de mí? ¿He trabajado corporalmente o he hecho trabajar sin necesidad
urgente en día de precepto, por un tiempo considerable? ¿He observado la
abstinencia los viernes de Cuaresma? ¿He realizado un acto de penitencia u otro
acto piadoso, si no he guardado la abstinencia los demás viernes del año? ¿He
dejado de ayunar el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo? ¿Cumplí la
penitencia que me impuso el sacerdote en la última confesión? ¿He hecho
penitencia por mis pecados? ¿Me he confesado al menos una vez al año? ¿Me he
acercado a recibir la Comunión en el tiempo establecido para cumplir con el
precepto pascual? ¿Me he confesado para hacerlo en estado de gracia? ¿Excuso o
justifico mis pecados? ¿Me he callado en la confesión por vergüenza algún
pecado grave? ¿He comulgado después alguna vez? ¿He guardado la disposición del
ayuno una hora antes del momento de comulgar?
CUARTO
MANDAMIENTO: Hijos:
¿he desobedecido a mis padres o superiores en cosas
importantes? ¿Tengo un desordenado afán de independencia, que me lleva a recibir
mal las indicaciones de mis padres simplemente porque me las mandan? ¿Me doy
cuenta de que esta reacción está ocasionada por la soberbia? ¿Los he
entristecido con mi conducta? ¿Los he amenazado o maltratado de palabra o de
obra? ¿Les he deseado algún mal grave o leve? ¿Me he sentido responsable ante
mis padres del esfuerzo que hacen para que yo me forme, estudiando con
intensidad? ¿He dejado de ayudarles en sus necesidades espirituales a
materiales? ¿Me dejo llevar del mal genio y me enfado con frecuencia sin motivo
justificado? ¿Soy egoísta con las cosas que tengo y me duele prestarlas? ¿He
peleado con mis hermanos? ¿He dejado de hablarme con ellos y no pongo los
medios necesarios para la reconciliación? ¿Soy envidioso doliéndome si se
destacan más que ya en algún aspecto? ¿He dado mal ejemplo a mis hermanos?
Padres: ¿Desobedezco a mis superiores en cosas importantes?
¿Permanezco indiferente ante las necesidades, problemas, sufrimientos, etc., de
la gente que me rodea, singularmente de los que están cerca de mí por razones
de convivencia, trabajo, cte.? ¿Soy causa de tristeza para mis compañeros de
trabajo, por negligencia, descortesía, mal carácter, etc.? ¿He dado mal ejemplo
a mis hijos no cumpliendo con mis deberes religiosos, familiares a profesionales?
¿Los he entristecido con mi conducta? ¿Los he corregida con firmeza en sus
defectos o se los he dejado pasar por comodidad? ¿Corrijo siempre a mis hijos
con justicia y por amor a ellos o me dejo llevar por motivos egoístas o de
vanidad personal, porque me molestan, porque me dejan mal ante los demás,
porque me interrumpen, etc.? ¿Los he amenazado o maltratado de palabra o de
obra, les he deseado algún mal grave o leve? ¿He descuidado mi obligación de
ayudar a cumplir sus deberes religiosos, de evitar las malas palabras, etc.?
¿He abusado de mi autoridad y ascendiente forzándoles a recibir los
sacramentos, sin pensar que por vergüenza o excusa humana, podrán hacerlo sin
las debidas disposiciones? ¿He impedido que mis hijos sigan la vocación con que
Dios les llama a su servicio a les he puesto obstáculos o les he aconsejado
mal? ¿Me he preocupado de un modo constante de su formación en el aspecto
religioso? Al orientarlos en su formación profesional, me he guiado por razones
objetivas de capacidad, medios, etc., o he seguido más bien los dictados de mi
vanidad o egoísmo? ¿Me he opuesto a su matrimonio sin causa razonable? ¿Permito
que trabajen o estudien en lugares donde corre peligro su alma o su cuerpo? ¿He
descuidado la natural vigilancia en las reuniones de sus amigos y amigas, que
se tengan en casa? ¿Soy prudente a la hora de orientar sus diversiones? ¿He
tolerado escándalos a peligros morales o físicos entre las personas que viven
en casa? ¿Me he preocupado de la formación religiosa y moral de las personas
que viven en mi casa o que dependen de mí? ¿Sacrifico mis gustos, caprichos,
diversiones, etc., para cumplir con mi deber de dedicación a mi familia?
¿Procuro hacerme amigo de mis hijos? ¿He sabido crear un clima de familiaridad
evitando la desconfianza y los modos que cohiben la legitima libertad de los
hijos? ¿Doy a conocer a mis hijos el origen de la vida, de un vida gradual,
acomodándome a su mentalidad y capacidad de comprender, anticipándome
ligeramente a su natural curiosidad? ¿Evito los conflictos con los hijos
quitando importancia a pequeñeces que se superan con un poco de perspectiva y
sentido del humor? ¿Hago lo posible para vencer la rutina en el cariño a mi
consorte? ¿Soy amable con los extraños y me falta esa amabilidad en la vida de
familia? ¿He reñido con mi consorte? ¿Ha habido malos tratos de palabra o de
obra? ¿He fortalecido la autoridad de mi cónyuge, evitando reprenderle,
contradecirle o discutirle delante de los hijos? ¿Le he desobedecido o
injuriado? ¿He dado con ello mal ejemplo? ¿Me quejo delante de la familia de la
carga que suponen las obligaciones domésticas? ¿He dejado demasiado tiempo solo
a mi consorte? ¿He procurado avivar la fe en la Providencia y ganar lo
suficiente para poder tener y educar más hijos? Pudiendo hacerla, ¿he dejado de
ayudar a mis parientes en sus necesidades Espirituales o materiales?
QUINTO
MANDAMIENTO: ¿Tengo Enemistad, odio a rencor contra alguien? ¿He dejado de
hablarme con alguien y me niego a la reconciliación o no hago lo posible por
conseguirla? ¿Evito que las diferencias políticas o profesionales degeneren en
indisposición, malquerencia u odio hacia las personas? ¿He deseado un mal grave
al prójimo? ¿Me he alegrado de los males que le han ocurrido? ¿Me he dejado
dominar por la envidia? ¿Me he dejado llevar por la ira? ¿He causado con ello
disgusto a otras personas? ¿He despreciado a mi prójimo? ¿Me he burlado de
otros o los he criticado, molestado o ridiculizado? ¿He maltratado de palabra o
de obra a los demás? ¿Pido las cosas con malos modales, faltando a la caridad?
¿He llegado a herir o quitar la vida al prójimo? ¿He sido imprudente en la
conducción de vehículos? Con mi conversación, mi modode vestir, mi invitación a
presenciar algún espectáculo o con el préstamo de algún libro o revista, ¿he
sido la causa de que otras personas pecasen? ¿He tratado de reparar el
escándalo? ¿He descuidado mi salud? ¿He atentado contra mi vida? ¿Me he
embriagado, bebido con exceso o tomado drogas? ¿Me he dejado dominar por la
gula es decir, por el placer de comer y beber más allá de lo razonable? ¿Me he
deseado la suerte sin someterme a la Providencia de Dios? ¿Me he preocupado del
bien del prójimo, avisándole del peligro material o espiritual en que se
encuentra o corrigiéndole como pide la caridad cristiana? ¿He descuidado mi
trabajo, faltando a la justicia en cosas importantes? ¿Estoy dispuesto a
reparar el daño que se haya seguido? ¿Procuro acabar bien El trabajo pensando
que a Dios no se le deben ofrecer cosas mal hechas? ¿Realizo el trabajo con la
debida pericia y preparación? ¿He abusado de la confianza de mis superiores?
¿He perjudicado a mis superiores o subordinados o a otras personas haciéndoles
un daño grave? ¿Facilito el trabajo o estudio de los demás o lo entorpezco de
algún modo, con rencillas, derrotismo, interrupciones, etc.? ¿He sido perezoso
en el cumplimiento de mis deberes? ¿Retraso con frecuencia el momento de
ponerme a trabajar o estudiar? ¿Tolero abusos o injusticias que tengo obligación
de impedir? ¿He dejado, por pereza, que se produzcan graves daños en mi
trabajo? ¿He descuidado mi rendimiento en cosas importantes con perjuicio de
aquellos para quienes trabajo?.
SEXTO
Y NOVENO MANDAMIENTOS: ¿Me he entretenido
con pensamientos y recuerdos deshonestos? ¿He traído a mi memoria recuerdos o
pensamientos impuros? ¿Me he dejado llevar de malos deseos contra la virtud de
la pureza, aunque no los haya puesto en obra? ¿Había alguna circunstancia que
los agravase: parentesco, matrimonio, consagración a Dios, etc., en las
personas a quienes se dirigían? ¿He tenido conversaciones impuras? ¿Las he
organizado yo? ¿He asistido a diversiones que me ponían en ocasión próxima de
pecar? (Ciertos bailes, cines o espectáculos inmorales, malas lecturas a
compañías, etc.) ¿Me doy cuenta de que ponerme en esas ocasiones es ya un
pecado? ¿Guardo los detalles de pudor y modestia, que son la salvaguarda de la
pureza, en el hablar y en el vestir? ¿Antes de asistir a un espectáculo o de
leer un libro, me entero de su calificación moral, para no ponerme en ocasión
próxima de Pecado y para evitar las deformaciones que pueda producirse? ¿Me he
entretenido con miradas impuras? ¿He rechazado las sensaciones impuras? ¿He
hecho acciones impuras? ¿Sólo o con otras personas? ¿Cuántas veces? ¿Del mismo
o distinto sexo? ¿Había alguna circunstancia de parentesco, etc., que les diera
especial gravedad? ¿Tuvieron consecuencias esas relaciones? ¿Hice algo para
impedirlas? ¿Después de haberse formado la nueva vida? ¿He cometido algún otro
pecado contra la pureza? ¿Tengo amistades que son ocasión habitual de pecado?
¿Estoy dispuesto a dejarlas?
En el noviazgo:
¿Es el amor verdadero la razón fundamental de mi noviazgo?
¿Lo considero como una preparación para el matrimonio o lo tomo como una
diversión o pasatiempo? ¿Tengo el constante y alegre sacrificio de no poner el
cariño en ocasión de pecar? ¿Degrado El amor humano confundiéndolo con el
egoísmo con el placer? ¿Soy consciente de que ciertas caricias o abrazos pueden
ser ocasión de pecado grave? ¿Huyo de las tentaciones o, por el contrario, he
sido cómplice o he buscado una intimidad mal intencionada? ¿Se avergonzaría
nuestra madre por alguna actitud nuestra? ¿Me acerco con más frecuencia al
sacramento de la Penitencia durante el noviazgo, para tener más gracia de Dios?
¿Busco el apoyo y el consejo de un director espiritual?
Esposas:
¿He usado indebidamente del matrimonio? ¿He negado su derecho
al otro cónyuge? ¿He faltado a la fidelidad conyugal con deseos o de obra?
¿Hago uso del matrimonio solamente en aquellos días en que no puede haber
descendencia? ¿Sigo este modo de control de la natalidad sin razones graves?
¿He tomado fármacos o utilizado otras medios artificiales para evitar los
hijos? ¿He inducido a otras personas a que los tomen o utilicen? ¿He influido
de alguna manera ‑consejos, bromas, actitudes, etc.‑ en crear un ambiente
antinatalista?.
SÉPTIMO
Y DÉCIMO MANDAMIENTOS (y quinto de la Iglesia): ¿He robado algún objeto o alguna cantidad de dinero? ¿He
reparado o restituida pudiendo hacerlo? ¿Estoy dispuesto a realizarlo? ¿He
cooperado con otros en algún robo o hurto? ¿Había alguna circunstancia que lo
agravase, por ejemplo, que se tratase de un objeto sagrado, etc.? ¿La cantidad
o el valor de lo apropiado era de importancia? ¿Retengo lo ajeno contra la
voluntad de su dueño? ¿He perjudicado a los demás con engaños, trampas o
coacciones? ¿En los contratos o relaciones comerciales? ¿He hecho daño de otro
modo a sus bienes? ¿He engañado cobrando más de lo debido? ¿He reparado el daño
causado o tengo intención de hacerlo? ¿He gastado más de lo que permite mi
posición? ¿He cumplido debidamente con mi trabajo, ganándome el sueldo que me
corresponde? ¿He dejado de dar lo conveniente para ayudar a la Iglesia? ¿Hago
limosna según mi posición económica? ¿He llevado con sentido cristiano la
carencia de cosas necesarias? ¿He defraudado a mi consorte en los bienes?
¿Retengo o retraso indebidamente el pago de jornales o sueldos? ¿Retribuyo con
justicia el trabajo de los demás? ¿Me he dejado llevar del favoritismo,
acepción de personas, faltando a la justicia, en el desempeño de cargos o
funciones públicas? ¿Cumplo con exactitud los deberes sociales? ¿Y el pago de
seguros sociales, etc., con mis empleados? ¿He abusado de la ley, con perjuicio
de tercero, para evitar el pago de los seguras sociales? ¿He pagado los
impuestos que son de justicia? ¿He evitado o procurado evitar, pudiendo hacerlo
desde el cargo que ocupo, las injusticias, los escándalos, hurtos, venganzas,
fraudes y demás abusos que dañan la convivencia social? ¿He prestado mi apoyo a
programas de acción social y política inmorales y anticristianos?
OCTAVO
MANDAMIENTO: ¿He dicho mentiras? ¿He reparado el daño que haya podido
seguirse? ¿Miento habitualmente porque es en cosas de poca importancia? ¿He
revelado, sin justa causa, defectos graves de otras personas, aunque sean
ciertos pero no conocidos? ¿He reparado de alguna manera, y generalmente
hablando de algo positivo de esa persona? ¿He calumniado atribuyendo a los demás
lo que no era verdadero? ¿He reparado el daño o estoy dispuesto a hacerlo? ¿He
dejado de defender al prójimo difamado a calumniado, pudiendo hacerlo? ¿He
hecho juicios temerarios contra el prójimo? ¿Los he comunicado a otras
personas? ¿He rectificado ese juicio inexacto? ¿He revelado secretos
importantes de otros descubriéndolos sin justa causa? ¿He reparado el daño
seguido? ¿He hablado mal de otros por, frivolidad, envidia a por dejarme llevar
del mal genio? ¿He hablado mal de los demás (personas o instituciones) con el
único fundamento de que "me contaron” o de que “se dice por ahí”? Es
decir, ¿he cooperado de esta manera a la calumnia y murmuración? ¿Tengo en
cuenta que las discrepancias políticas, profesionales o ideológicas, no deben
ofuscarme hasta el extremo de juzgar a hablar mal del prójimo, y que esas
diferencias no me autorizan a descubrir sus defectos morales a menos que lo
exija el bien común? ¿He revelado secretos sin justa causa? ¿He hecho uso en
provecho personal de lo que sabía por silencio de oficio? ¿He reparado el daño
que causé con mi actuación? ¿He abierto o leído correspondencia u otros
escritos que por su modo de estar conservados, se desprende que sus dueños no
quieren dar a conocer? ¿He escuchado conversaciones contra la voluntad de los
que las mantenían?
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