lunes, 24 de agosto de 2020

ROMA RECUERDA LA NECESIDAD DE SEGUIR LAS FÓRMULAS PRESCRITAS PARA EL BAUTISMO

ROMA RECORDÓ QUE UNA FÓRMULA QUE SE DESVIARÍA DE LA FÓRMULA TRADICIONAL PRESCRITA POR EL RITUAL ROMANO HARÍA EL BAUTISMO INVÁLIDO.

(InfoCatho/InfoCatólica) En respuesta dada por la Congregación para la Doctrina de la Fe de fecha 24 de junio de 2020, pero hecha pública el 6 de agosto, Roma recordó que una fórmula que se desviaría de la fórmula tradicional prescrita por el Ritual Romano traduciría el Bautismo en inválido. Así, sería nula una alteración de las palabras del Bautismo que diera la siguiente fórmula: «En nombre del padre y de la madre, del padrino y de la madrina, de los abuelos, de los miembros de la familia, de los amigos, en nombre de comunidad, os bautizamos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo».

La Congregación para la Doctrina de la Fe subraya la «deriva subjetiva» que traduce esta alteración sustancial de las fórmulas del Bautismo. En efecto, «el recurso a la motivación pastoral enmascara, incluso inconscientemente, una deriva subjetiva y una voluntad manipuladora». La Congregación se basa en particular en la enseñanza de dos concilios que subrayaron claramente que, «nadie, ni siquiera un sacerdote, añadirá, quitará o cambiará nada, por iniciativa propia, en la liturgia».

La Congregación para la Doctrina de la Fe explica la razón de su posición. Recuerda que «modificar la fórmula sacramental significa también, no comprender la naturaleza misma del ministerio eclesial, que es siempre el servicio de Dios y de su pueblo, y no el ejercicio de un poder que llega a manipular lo que se ha hecho, confiado a la Iglesia por un acto que pertenece a la Tradición».

Para la congregación romana, «En todo ministro del Bautismo debe, por tanto, arraigar no sólo la conciencia de tener que actuar en comunión eclesial, sino también la convicción que san Agustín atribuye al Precursor que aprendió que habría en Cristo, a pesar de la multitud de ministros, santos o pecadores, que bautizarían, la santidad del Bautismo sólo podía atribuirse a aquel de quien descendió la paloma y de quien se ha dicho: "El que bautiza en el Espíritu Santo". (Jn 1,33). Agustín, por tanto, comenta: “Si Pedro bautiza, es Cristo quien bautiza; si Pablo bautiza, es Cristo quien bautiza; y aunque Judas bautiza, es Cristo quien bautiza”». Una respuesta que pretende dar a la comunidad cristiana implicada en el Bautismo el lugar que le corresponde.

La respuesta fue aprobada por el Papa Francisco el 8 de junio de 2020 durante una audiencia concedida al prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el Cardenal Luis Ladaria Ferrer.

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