Ayudar e instigar al suicidio no puede ser una tarea de la Iglesia
El «obispo»
luterano de Hannover (Alemania), Ralf Meister, declaró a principios de mes que
la eutanasia o suicidio asistido están justificadas desde un punto de vista
teológico. El cardenal Walter Kasper ha rechazado semejante tesis.
(CNAd/InfoCatólica) Meister aseguró en una
entrevista al Neue Osnabrücker Zeitung que el
hombre tiene «derecho al suicidio». El
luterano sostiene que existe tal «derecho» no
«jurídicamente» (no está regulada en
Alemania) sino «teológicamente, como una
posibilidad». Su argumento fue literalmente el siguiente:
«Si Dios me
da la vida, el día en que me convierto en ciudadano de la
tierra, también me ha dado el derecho de dar forma a esta vida».
El protestante aboga por permitir a los médicos colaborar en la tarea de poner fin a la vida de aquellos que lo
deseen.
AYUDAR E INSTIGAR AL
SUICIDIO NO PUEDE SER UNA TAREA DE LA IGLESIA...
En una entrevista concedida al
«Tagespost», el cardenal Kasper ha advertido
que que quienes exigen el derecho al suicidio no
pueden referirse a «la autodeterminación del hombre otorgada por Dios». Esto es
un «error fundamental», porque dicha autodeterminación sería sólo abstracta y
separada de la situación concreta de la vida y la situación social.
El cardenal dijo:
«La libertad
solo acontece en un contexto social liberal, afectuoso, habitable y amable, en
el que se destaca la dignidad de cada ser humano y se reconoce el valor de la
vida de todo ser humano, independientemente de su rendimiento, productividad y
edad. Sólo así se puede evitar el cortocircuito de pensar que la propia vida ya
no vale nada y por lo tanto se le puede poner fin y tirar».
La
iglesia, indica el cardenal, tiene un importante «papel de guardián». Es su tarea percibir a tiempo las difíciles situaciones humanas y
presentarse ya de antemano como defensora, ayudante y protectora de la vida:
«Su tarea no
puede ser la eutanasia, en el sentido de prestar asistencia al suicidio, sino
el acompañamiento en la muerte... esto puede hacerse ampliando e intensificando
la terapia paliativa, la labor de los hospicios, los servicios de asesoramiento
caritativo y diaconal y las líneas telefónicas de ayuda pastoral, que a su vez
pueden proporcionar asistencia médica y psicológica».
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