En el año 2014, cayó la Cruz de Cevo (en Italia), matando a un pobre joven de 21 años. Podéis ver una foto de ese crucifijo en este link:
https://www.gognablog.com/wp-content/uploads/2015/10/CroceCevo-muore2.jpg
Cuando una
comunidad levanta a la gloria de Dios un crucifijo (como ese de 6 toneladas) y
se cae a causa del aire, hay que ser muy cautos a la hora de interpretar ese
hecho desde la fe.
¿Significa que toda iglesia, toda estatua de María, que se derrumbe es
signo de que a Dios no le complacía? Rotundamente,
no. Tenemos las palabras de nuestro Maestro acerca del derrumbe de la Torre de
Siloé o de la muerte de un grupo de galileos. Hay que ser muy cautos a la hora
de interpretar un hecho.
Ahora bien, ¿las palabras de Jesús implican que no cabe nunca una
interpretación teológica de ese tipo de hechos en el sentido de que a Dios no
le gusta algo? No, eso tampoco; sin ninguna duda, no. El mensaje global
de las Escrituras es claro: hay hechos que son
mensajes de Dios. Hay hechos que son mensajes. Hay hechos que llevan a
una interpretación.
¿Qué pienso de la Cruz de Cevo, la de la imagen del link? Pienso que esa cruz totalmente curva, con un Cristo
horizontal, solo sirve para loa de la supuesta modernidad del artista. Ese
crucifijo NO SIRVE PARA ORAR. Solo sirvió para
expresar por parte del artista: “Qué original soy”.
Una imagen
sagrada es un objeto sacro. No es algo para experimentar a lo Andy Warhol.
Estamos hablando de algo que tiene que llevar a las almas a Dios, estamos
hablando de una imagen a través de la cual la gracia actuará. La Cruz de Cevo
es un ejemplo de lo que no debe ser un crucifijo.
¿Debo interpretar de alguna manera que justo esa imagen haya sido
derrumbada por una acción de la Naturaleza? Por supuesto
que sí. Toda cruz es un símbolo, y su derrumbamiento ha sido otro símbolo. El
mensaje está claro y lo digo sin diplomacias: a
Dios no le complació esa cruz. Y la tiró al suelo, Él mismo.
Pero los
hombres no entienden, no entienden. Y la cruz fue reconstruida de nuevo. ¿Seguirán sin entender si se cae por segunda vez y esta vez
sobre un autobús lleno de japoneses?
Ya lo que
sería de traca es que se reconstruyera, otra vez más, y unos años después se
cayera sobre los obispos reunidos en una celebración.
Pero no
tengo la menor duda de que, incluso la tercera vez, saldría algún clérigo
asegurando ante las cámaras: “Sería una necedad
entender estas cosas con una mentalidad que no sea la de una fe adulta”.
P. FORTEA
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