«NO SOY SÓLO PRO-VIDA, SOY PRO-VIDA ETERNA», SOR DEDE BYRNE EN LA CONVENCIÓN REPUBLICANA
Cirujana,
coronel retirada del Ejército de Estados Unidos y religiosa de la Comunidad de
las Pequeñas Trabajadoras de los Sagrados Corazones de Jesús y María. Todo eso
es la Hna. Deirdre Byrne, quien tomó la palabra en la convención del partido
republicano para apoyar la reelección de Donald Trump como inquilino de la Casa
Blanca.
(InfoCatólica) Este fue el discurso completo
de la Hna. Deirdre "Dede" Byrne:
Buenas noches.
Soy la Hermana Dede Byrne, y pertenezco a la Comunidad de las Pequeñas
Trabajadoras de los Sagrados Corazones de Jesús y María.
El pasado 4 de
julio, tuve el honor de ser una de las invitadas del presidente en la
celebración de su 'Saludo a América'. Debo confesar que recientemente
recé en la capilla, rogando a Dios que me permitiera ser una voz, un
instrumento para la vida humana. Y ahora aquí estoy, hablando en la Convención
Nacional Republicana. Supongo que será mejor que tengan cuidado con lo que rezan.
Mi viaje a la
vida religiosa no siguió una ruta tradicional, si es que eso existe. En 1978,
como estudiante de medicina en la Universidad de Georgetown, me uní al ejército
para ayudar a pagar mi matrícula, y terminé dedicando 29 años al ejército, sirviendo
como médica y cirujana en lugares como Afganistán y la Península del Sinaí en
Egipto.
Después de mucha
oración y contemplación, entré en mi orden religiosa en 2002, trabajando para
servir a los pobres y los enfermos en Haití, Sudán, Kenya, Iraq y en
Washington, D.C.
La humildad es
el fundamento de nuestra orden, lo que hace muy difícil hablar de uno misma.
Pero puedo hablar de mi experiencia trabajando para aquellos que huyen de los
países pobres y devastados por la guerra en todo el mundo. Todos esos
refugiados comparten una experiencia común. Todos han sido marginados,
considerados insignificantes, impotentes y sin voz.
Y aunque
tendemos a pensar que los marginados viven más allá de nuestras fronteras, la
verdad es que el grupo marginado más grande del mundo se encuentra aquí en los Estados
Unidos. Ellos son los no nacidos.
Como cristianos,
sabemos que Jesús fue un embrión que se movía en el vientre de una madre
soltera y lo vimos nacer nueve meses después en la pobreza de la cueva.
No es una coincidencia
que Jesús defendiera lo que era justo y que finalmente fuera crucificado porque
lo que dijo no era políticamente correcto ni estaba de moda.
Como seguidores
de Cristo, estamos llamados a defender la vida contra lo políticamente correcto
o la moda de hoy. Debemos luchar contra una agenda legislativa que apoya e
incluso celebra la destrucción de la vida en el útero.
Tengan en cuenta
que las leyes que creamos definen cómo vemos nuestra humanidad. Debemos
preguntarnos: ¿Qué decimos cuando entramos en el útero y acabamos con una vida
inocente, impotente y sin voz?
COMO MÉDICO, PUEDO DECIR SIN DUDARLO: LA VIDA
COMIENZA EN LA CONCEPCIÓN.
Aunque lo que
tengo que decir puede ser difícil de escuchar para algunos, lo digo porque no
soy sólo pro-vida, soy pro-vida eterna. Quiero que todos terminemos juntos en
el cielo algún día.
Esto me lleva a
la razón por la que estoy aquí hoy. Donald Trump es el presidente más pro-vida
que esta nación ha tenido, defendiendo la vida en todas las etapas.
Su creencia en la santidad de la vida trasciende la política. El
Presidente Trump se levantará contra Biden-Harris, que son los más anti-vida de
la historia, incluso
apoyando los horrores del aborto tardío y el infanticidio.
Debido a su
coraje y convicción, el presidente Trump se ha ganado el apoyo de la comunidad
pro-vida de América. Además, tiene una posición nacional de apoyo religioso. Nos
encontrará aquí con nuestra arma preferida, el rosario.
Gracias,
Sr. Presidente, todos estamos rezando por usted.
VIDA DE SERVICIO A
DIOS Y A LA PATRIA
Byrn nació y fue criada en los
suburbios de Washington D.C. siendo la única mujer de siete hermanos. Inició la
carrera de medicina en la Universidad de Georgetown. Mientras estaba allí,
ingresó al ejército como una forma de pagar sus estudios y terminó sirviendo en
las fuerzas armadas durante 29 años como médico y cirujana.
Durante su servicio en el
ejército discernió su vocación religiosa, un llamado que dijo siempre tuvo, y
fue alentada por un sacerdote a encontrar una orden religiosa que le permitiera
continuar su servicio en el campo de la medicina. Así llegó a las Hermanas
Pequeñas Obreras de los Sagrados Corazones de Jesús y María, un instituto
nacido en Italia en el siglo XIX que está presente en Washington desde 1954.
Amplió sus estudios de
medicina en 1997, el mismo año en que conoció a la Madre Teresa. Byrne tuvo la
misión de asistir a la santa albanesa durante su visita a Washington.
Finalmente la hermana Byrne
ingresó en el noviciado de dicha congregación religiosa en 2002 y emitió sus
primeros votos en 2004. Siguió en la reserva del ejército y fue enviada a
prestar servicio en misiones militares tres veces. Luego de la tercera misión
en Afganistán en 2008, se le ordenó retirarse del ejército, lo que hizo en
2009. En 2011 hizo sus votos perpetuos.
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