sábado, 4 de julio de 2020

JOSÉ, EXORCISTA Y PÁRROCO DEL SANTUARIO GALLEGO DE O CORPIÑO: «YA HE LIBERADO A MUCHAS PERSONAS»


José es párroco del santuario de O Corpiño desde 2012 y exorcista de la diócesis desde 2014

A este templo gallego llegan tradicionalmente muchas personas que creen estar poseídas.

El joven sacerdote José Criado es el párroco del santuario de Nuestra Señora de O Corpiño en Lalín, el lugar mariano más visitado de toda Galicia y al que acuden más de 150.000 fieles cada año. Este templo ha estado históricamente relacionado para los gallegos como un lugar en el que pedir a Dios y a la Virgen milagros, curaciones y también la expulsión de los malos espíritus, el “meigallo”, que dicen allí.

De este modo, el santuario siempre ha estado muy vinculado a los exorcistas. De hecho, este párroco es el exorcista de la diócesis de Lugo, y cada día recibe a personas que creen estar poseídas o influidas por el demonio. Tantas que apenas tiempo para otras muchas cosas. Sin embargo, asegura que en el “99% de las veces no es necesario un exorcismo”.

UN SERVICIO A LA GENTE QUE TANTO SUFRE
En una entrevista en El Español y otra anterior en El Progreso, este sacerdote asegura que no es exorcista por elección. “Es algo complicado, difícil, pero yo lo asumí porque me lo pidió el obispo. Lo acepté, aunque no era mi voluntad. También lo asumo como un servicio a la gente que tanto sufre a causa de influencias malas en su vida”, explica.

En 2012 fue nombrado párroco del santuario de O´Corpiño y en 2014 exorcista de la diócesis. En estos cuatro años ha tenido tiempo de ver en bastantes ocasiones el enorme mal que el demonio hace en las personas.

Asumir el cargo no fue fácil. José Criado asegura que “tuve un tiempo de formación en Roma y después estuve mes y medio en Madrid, adquiriendo experiencia práctica con un exorcista”. Sin embargo, se ha sorprendido de cómo reaccionó durante los primeros casos a los que se enfrentó. “Mantener la calma no es fácil. Al principio no sabía cómo reaccionar en algunos casos, pero siempre seguí con la oración hasta el final, pese a que el maligno actúa de formas muy diferentes”, cuenta.

SITUACIONES DIFÍCILES
El sacerdote de este santuario gallego afirma que existen “situaciones difíciles, que te desbordan, en las que la persona vomita, en las que la persona manifiesta muchísima rabia, muchísimo odio, una fuerza a veces sobrenatural. Pero bueno, nadie se sube por las paredes, ni le da vueltas la cabeza, ni nada. Si eso ocurriera, me temo que esa persona fallecería”.

Don José realiza una media de dos exorcismos al mes, pero son muchas las personas a la que recibe. En la entrevista, asegura que todos los días hablo con muchísima gente que viene al santuario y les escucho. Pero en el 99,9% de los casos la gente no está poseída. Les escuchas, les analizas, pero muchas veces no se puede, en ese sentido, hacer nada por ellos. Les remito al médico, al psicólogo o al especialista que corresponda”.

Para realizar el exorcismo primero hay que agotar todas las vías posibles. Este exorcista cuenta que “gracias a Dios hay muy pocas posesiones”, pero un elemento clave es que “nunca se debe hacer un exorcismo sin tener un informe psiquiátrico y otro psicológico que corrobore que la persona no tiene ninguna enfermedad ni psiquiátrica ni psicológica”.

Hay varios síntomas que ayudan al sacerdote a detectar que una persona está poseída. José Criado afirma que lo primero es el rechazo a todo lo sagrado. El segundo requisito se produce cuando yo le leo a la persona esta oración de discernimiento. Es el exorcismo de León XIII, una oración en latín, que me ayuda a ver si hay alguna manifestación diabólica en esa persona”. Después aguarda si hay alguna reacción, y repite la oración. También utiliza el agua bendita y vuelve a rezar.

ASÍ SE VENCE AL DEMONIO
Durante la oración, que es el ritual propiamente dicho, este sacerdote nunca está solo. Siempre hay alguien que acompaña a la persona y también personas que rezan. “En la oración, la persona se sienta o se tumba y se comienza a orar según el Ritual. Hay dos, uno en castellano y otro en latín. Se puede utilizar el que el exorcista prefiera, yo los utilizo indistintamente y mi experiencia es que no hay diferencia. El mal, si está, responde igual al latín que al castellano. Es verdad que en algunos casos utilizo el latín porque la persona no lo entiende y yo puedo obtener pistas sobre si pudiera estar poseída o no”.

Criado explica la importancia de no parar la oración una vez haya comenzado. “Es una oración seguida. Algunas veces se habla directamente contra el maligno, que es propiamente el rito del exorcismo, y otras se pide a Dios que proteja a esa persona. También se utilizan sacramentales, como el agua bendita y una cruz, y a veces estampas de la Virgen María”.

Las sesiones pueden durar alrededor de una hora y la liberación de la persona “depende su fe”. Este sacerdote gallego asegura que “la liberación puede tardar en producirse un año o dos, es un proceso largo y difícil. Yo repito estos rituales semanalmente y ya he liberado a muchas personas”.

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