miércoles, 29 de julio de 2020

CUIDADO AL HABLAR DEL HERMANO Y DEL PRÓJIMO


De lo que rebosa el corazón habla la boca.

Por: Mariano Ruiz Espejo | Fuente: Catholic.net
Recojo unos textos de la Biblia y del Papa Francisco que seguro nos ayudarán a amar al hermano y al prójimo con nuestras palabras y silencios.

Levítico 19,17-18:
“No odies en tu corazón a tu hermano, pero corrige a tu prójimo, para que no te cargues con un pecado por su causa. No te vengarás ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo. Amarás a tu prójimo como a ti mismo.”

Salmo 101,5:
“Al que difame a su prójimo en secreto, a ése lo aniquilaré…”

Proverbios 11,12-13:
“Quien desprecia a su prójimo es un insensato, el hombre prudente guarda silencio.
Quien va chismorreando desvela secretos, quien es de fiar se guarda las cosas.”

Juan 15,9.12.17:
“Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros; permaneced en mi amor… Este es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado… Lo que os mando es que os améis los unos a los otros.”

Romanos 2,1-2:
“Por eso, no tienes escusa quienquiera que seas, tú que juzgas, pues juzgando a otros, a ti mismo te condenas, ya que obras esas mismas cosas tú que juzgas, y sabemos que el juicio de Dios es según verdad contra los que obran semejantes cosas.”

Romanos 14,10.12-13:
“Pero tú ¿por qué juzgas a tu hermano? Y tú ¿por qué desprecias a tu hermano? En efecto, todos hemos de comparecer ante el tribunal de Dios… Así pues, cada uno de vosotros dará cuenta a de sí mismo ante Dios.

Dejemos, por tanto, de juzgarnos unos a los otros; juzgad más bien que no se debe poner tropiezo o escándalo al hermano.”

Romanos 15,2:
“Que cada uno de nosotros trate de agradar a su prójimo para el bien, buscando su edificación…”

Santiago 3,8-10:
“… en cambio ningún hombre ha podido domar la lengua; es un mal turbulento; está lleno de veneno mortífero. Con ella bendecimos al Señor y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, hechos a imagen de Dios; de una misma boca proceden la bendición y la maldición. Esto, hermanos míos, no debe ser así.”

Santiago 4,11:
“No habléis mal unos de otros, hermanos.”

Santiago 5,9:
“No os quejéis, hermanos, unos de otros para no ser juzgados; mirad que el Juez está ya a las puertas.”

Exhortación Apostólica Amoris laetitia [113]:
“El amor convive con la imperfección, la disculpa, y sabe guardar silencio ante los límites del ser amado.”

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