Hay que ir con mucha
cautela porque algunos hermanos evangélicos que no trepidan en recurrir a
proselitismos desfasados para arrebatarles su fe Católica.
Por: P. Paulo Dierckx y P. Miguel Jordá | Fuente: Para dar razón de nuestra Esperanza, sepa defender su Fe.
Cuando un hermano evangélico le invite a orar o
a conversar con seriedad sobre la Biblia, naturalmente usted lo puede hacer,
siempre y cuando exista un clima de mutuo respeto y caridad. Pero sin polemizar
ni tomar actitudes anticristianas.
Pero cuando lo inviten a orar o estudiar la Biblia y usted descubre que su intención no es ésta, sino arrebatarle su fe católica diga: No me interesa, porque usted lo que quiere no es orar o estudiar la Biblia conmigo, sino arrebatarme mi Fe.
Cuando los mormones les prometan dólares, viajes, o ayudas de cualquier tipo con tal que se cambien a su religión, digan: Con la Fe no se juega.
Cuando los Testigos de Jehová les digan: «Cuando yo era católico tomaba, le pegaba a mi señora y pasaba puro peleando...» contesten: Desde este mismo momento ya está usted mintiendo porque si hacía todo esto es que «no era un verdadero católico».
Decía un católico: «Los evangélicos se pasan la mitad de su vida despotricando contra los católicos... como si ellos fueran los únicos justos y perfectos. ¿Por qué en vez de mirar tanto la paja ajena no reflexionan un poco sobre la viga de su propio ojo?».
Ojalá que con motivo de este final de siglo se vayan afinando diferencias y lleguemos a una plena comunión de Fe y de Doctrina entre todos los seguidores de Cristo. Esto sería maravilloso. Pero, por mientras, hay que ir con mucha cautela porque algunos hermanos evangélicos que no trepidan en recurrir a proselitismos desfasados para arrebatarles su fe Católica.
Pero cuando lo inviten a orar o estudiar la Biblia y usted descubre que su intención no es ésta, sino arrebatarle su fe católica diga: No me interesa, porque usted lo que quiere no es orar o estudiar la Biblia conmigo, sino arrebatarme mi Fe.
Cuando los mormones les prometan dólares, viajes, o ayudas de cualquier tipo con tal que se cambien a su religión, digan: Con la Fe no se juega.
Cuando los Testigos de Jehová les digan: «Cuando yo era católico tomaba, le pegaba a mi señora y pasaba puro peleando...» contesten: Desde este mismo momento ya está usted mintiendo porque si hacía todo esto es que «no era un verdadero católico».
Decía un católico: «Los evangélicos se pasan la mitad de su vida despotricando contra los católicos... como si ellos fueran los únicos justos y perfectos. ¿Por qué en vez de mirar tanto la paja ajena no reflexionan un poco sobre la viga de su propio ojo?».
Ojalá que con motivo de este final de siglo se vayan afinando diferencias y lleguemos a una plena comunión de Fe y de Doctrina entre todos los seguidores de Cristo. Esto sería maravilloso. Pero, por mientras, hay que ir con mucha cautela porque algunos hermanos evangélicos que no trepidan en recurrir a proselitismos desfasados para arrebatarles su fe Católica.
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