Con el juicio personal al final de la vida terrena,
Dios decidirá si una persona es merecedora del Cielo o el Infierno. En caso el
destino eterno sea el cielo, muchas almas deberán purificarse en el Purgatorio,
pero puede que ese proceso lleve mucho tiempo.
En la Solemnidad de Pentecostés, que este año se celebra el domingo 31
de mayo, la Iglesia dispone que todos los católicos pueden ganar una
indulgencia plenaria, ya sea para uno mismo o para algún alma del Purgatorio,
lo que significaría el paso directo al cielo en este último caso.
¿Deseas saber cómo ayudar al alma de algún familiar
o amigo? ChurchPop
presenta los 5 pasos que todo católico puede seguir para lograrlo:
- Firme
intención de no volver a pecar, incluso venialmente.
- Confesar
sacramentalmente todos los pecados.
- Recibir
la Eucaristía.
- Orar
por las intenciones del Papa.
- Durante
la Solemnidad de Pentecostés, rezar o cantar el himno Veni Creator
Spiritus.
EL VENI CREAOR SPIRITUS
Veni Creator Spiritus, Mentes tuorum visita, Imple
superna gratia, Quae tu creasti, pectora.
Qui diceris Paraclitus, Altissimi donum Dei, Fons vivus, ignis, caritas, Et spiritalis unctio.
Tu septiformis munere, Digitus Paternae dexterae, Tu rite promissum Patris, Sermone ditans guttura.
Accende lumen sensibus, Infunde amorem cordibus, Infirma nostri corporis, Virtute firmans perpeti.
Hostem repellas longius, Pacemque dones protinus; Ductore sic te praevio, Vitemus omne noxium.
Per te sciamus da Patrem Noscamus atque Filium; Teque utriusque Spiritum Credamus omni tempore.
Deo Patri sit gloria, Et Filio, qui a mortuis Surrexit, ac Paraclito In saecula saeculorum.
Qui diceris Paraclitus, Altissimi donum Dei, Fons vivus, ignis, caritas, Et spiritalis unctio.
Tu septiformis munere, Digitus Paternae dexterae, Tu rite promissum Patris, Sermone ditans guttura.
Accende lumen sensibus, Infunde amorem cordibus, Infirma nostri corporis, Virtute firmans perpeti.
Hostem repellas longius, Pacemque dones protinus; Ductore sic te praevio, Vitemus omne noxium.
Per te sciamus da Patrem Noscamus atque Filium; Teque utriusque Spiritum Credamus omni tempore.
Deo Patri sit gloria, Et Filio, qui a mortuis Surrexit, ac Paraclito In saecula saeculorum.
Traducción:
Ven, Espíritu Creador, visita las almas de tus
fíeles y llena de la divina gracia los corazones, que Tú mismo creaste.
Tú eres nuestro Consolador, don de Dios Altísimo, fuente
viva, fuego, caridad y espiritual unción.
Tú derramas sobre nosotros los siete dones; Tú, el
dedo de la mano de Dios; Tú, el prometido del Padre; Tú, que pones en nuestros
labios los tesoros de tu palabra.
Enciende con tu luz nuestros sentidos; infunde tu
amor en nuestros corazones; y con tu perpetuo auxilio, fortalece nuestra débil
carne.
Aleja de nosotros al enemigo, danos pronto la paz, sé
Tú mismo nuestro guía, y puestos bajo tu dirección, evitaremos todo lo nocivo.
Por Ti conozcamos al Padre, y también al Hijo; y
que en Ti, Espíritu de entrambos, creamos en todo tiempo.
Redacción ACI Prensa
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