miércoles, 20 de mayo de 2020

REFORMAS DESDE LA VERDAD


La verdad será siempre un parámetro irrenunciable.

Por: P. Fernando Pascual, LC | Fuente: Catholic.net
El deseo de reformas surge porque constatamos males, porque sentimos un anhelo de justicia, porque deseamos cambios hacia lo mejor. Ello vale para tantos ámbitos humanos, y también vale para la Iglesia católica.

A veces los deseos de reforma están afectados por enfermedades más o menos graves. Por ejemplo, cuando la búsqueda de reforma surge simplemente por snobismo. O cuando no hay ideas claras sobre los males que necesitan remedio. O cuando las metas a alcanzar incluyen defectos o males, de modo que se llega en ocasiones a proponer cambios hacia lo peor.

Por eso, promover reformas tiene sentido solo desde la verdad y hacia la verdad, con ayuda de la prudencia y apoyados por buenos consejeros, de forma que se alcancen mejoras que valgan la pena.

Además, un sano deseo de reforma evita tópicos más propios de la mala política que de reflexiones maduras. Por ejemplo, un reformista bueno no dirá: “nunca volverá a ocurrir”; “estamos ante un proceso irreversible”; “los cambios se imponen por sí mismos sin dejar margen a retrocesos”.

Porque un reformista bueno sabe que los males pueden repetirse, que existen pasos hacia atrás, que en el pasado también hay cosas buenas que conviene conservar o rescatar, que nada es irreversible en el devenir humano.

Al mismo tiempo, el reformista bueno escucha, acoge, piensa con otros. Habrá opiniones diferentes, pero serán recibidas con una escucha fecunda, con un deseo de percibir lo que cada uno pueda ofrecer válidamente. Ante la diversidad de pareceres, evitará el daño de etiquetas (“conservador”, “progresista”) que muchas veces impiden fijarse en las ideas al descalificar o ensalzar a quienes las proponen.

En el camino hacia las necesarias reformas en el mundo y en la Iglesia, la verdad será siempre un parámetro irrenunciable. Una verdad que, unida al amor, abre los corazones hacia Dios y hacia los demás, y permite identificar para luego aplicar mejoras que, esperamos, sirvan para todos.

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