miércoles, 13 de mayo de 2020

MÁS DE 60 INMIGRANTES DE UNA IGLESIA HAN FALLECIDO POR CORONAVIRUS


Más de 60 fieles de la iglesia de San Bartolomé en Queens (Estados Unidos) han muerto por coronavirus, en una comunidad donde la mayoría son inmigrantes indocumentados, que no tienen acceso a atención médica.
Según detalla Associated Press, la iglesia católica ubicada en el barrio de Elmhurst se encuentra de luto por la pérdida de tantos miembros, quienes no pueden ser velados por su familia debido a la cuarentena declarada para evitar el avance del coronavirus.
Estados Unidos cuenta actualmente con más de un millón de personas infectadas por el coronavirus COVID-19 y más de 78 mil muertos debido a la enfermedad, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Como medida para prevenir el avance del virus, el gobernador de New York, Andrew Cuomo, declaró cuarentena desde el 23 de marzo hasta el pasado 15 de mayo y el cierre de negocios no esenciales.
El párroco de la iglesia, el P. Rick Beuther, indicó que su comunidad es vulnerable, dado que muchos de los fieles se exponen al contagio al tener que ir a trabajar a hospitales o supermercados.
El sacerdote señaló que al menos 60 personas han fallecido por coronavirus, pero lamenta que probablemente sean algunas docenas más los que han muerto a causa del virus.
“Las últimas ocho, diez semanas han sido un verdadero tsunami, un desastre para nosotros, entre enfermedad, muerte, desempleo y la falta de servicios para los indocumentados”, agregó.
Antes de la pandemia, la iglesia lograba congregar en una Misa dominical a más de cinco mil personas, quienes en su mayoría eran latinos indocumentados, quienes por su condición no pueden acceder a servicios de salud, lo que los hace vulnerables al COVID-19.
Además, el sacerdote indicó que muchos de los que asisten a la iglesia viven en departamentos pequeños, abarrotados de gente, en un gran riesgo de contagio.
El P. Beuther agregó que por este reducido espacio las personas no pueden practicar el distanciamiento ni la cuarentena.
“Cualquiera que tose o estornuda en un departamento, teme que el resto del grupo les pida que se vayan”, señaló.
Sin embargo, el P. Beuther no se ha rendido en su labor pastoral y con los servicios cancelados, busca mantener contacto con los fieles a través de llamadas telefónicas diarias y comunicándose con los capellanes de los hospitales para saber del estado de salud de las personas que asistían a su iglesia.
Redacción ACI Prensa

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