En la Misa se hace
presente la redención del mundo.
Por: P. Jorge Loring | Fuente: Para Salvarte
50.- LA MISA ES EL ACTO MÁS
IMPORTANTE DE NUESTRA SANTA RELIGIÓN, PORQUE ES LA RENOVACIÓN 42 Y PERPETUACIÓN
43 DEL SACRIFICIO DE CRISTO EN LA CRUZ.
1. EN LA MISA SE
REACTUALIZA 44 EL SACRIFICIO QUE DE SU PROPIA VIDA HIZO JESUCRISTO A SU ETERNO
PADRE EN EL CALVARIO, PARA QUE POR SUS MÉRITOS INFINITOS NOS PERDONE A LOS
HOMBRES NUESTROS PECADOS, Y ASÍ PODAMOS ENTRAR EN EL CIELO.
EN LA MISA SE HACE PRESENTE
LA REDENCIÓN DEL MUNDO 45.
POR ESO LA MISA ES EL ACTO
MÁS GRANDE, MÁS SUBLIME Y MÁS SANTO QUE SE CELEBRA CADA DÍA EN LA TIERRA.
DECÍA SAN BERNARDO: «EL QUE
OYE DEVOTAMENTE UNA MISA EN GRACIA DE DIOS MERECE MÁS QUE SI DIERA DE LIMOSNA
TODOS SUS BIENES».
Oír una Misa en vida aprovecha más que las que
digan por esa persona después de su muerte. Con cada Misa que oigas aumentas
tus grados de gloria en el cielo.
La única diferencia entre el sacrificio de la
Misa y el de la cruz está en el modo de ofrecerse46: en la cruz fue cruento
(con derramamiento de sangre) y en la Misa es incruento (sin derramamiento de
sangre), bajo las apariencias de pan y vino. «Los
sacrificios de la Última Cena, el de la Cruz y el del altar, son idénticos»47.
«Todos los fieles que
asisten al Sacrificio Eucarístico lo ofrecen también al Padre por medio del
sacerdote, quien lo realiza en nombre de todos y para
todos hace la Consagración»48.
«NO HAY SACRIFICIO EUCARÍSTICO
POSIBLE SIN SACERDOTE CELEBRANTE. (...) EL ÚNICO DESIGNADO POR CRISTO PARA CONVERTIR
EL PAN Y EL VINO EN EL CUERPO Y SANGRE DEL SEÑOR, MEDIANTE LA PRONUNCIACIÓN DE
LAS PALABRAS DE LA CONSAGRACIÓN, ES EL SACERDOTE»49.
A los hombres nos gusta celebrar los grandes
acontecimientos: bautizos, primeras comuniones, bodas, aniversarios, etc. Estas
celebraciones suelen consistir en banquetes.
La Eucaristía es un banquete para conmemorar la
Última Cena.
Los cristianos nos reunimos para participar, con
las debidas disposiciones, en el banquete eucarístico.
2. HAY QUIENES DICEN QUE NO
VAN A MISA PORQUE NO SIENTEN NADA. ESTÁN EN UN ERROR.
«LAS PERSONAS NO SOMOS
ANIMALES SENTIMENTALES, SINO RACIONALES»50.
El cristianismo no es cuestión de emociones,
sino de valores.
Los valores están por encima de las emociones y
prescinden de ellas.
Una madre prescinde de si tiene o no ganas de
cuidar a su hijo, pues su hijo es para ella un valor.
Quien sabe lo que vale una Misa, prescinde de si
tiene ganas o no. Procura no perder ninguna, y va de buena voluntad.
Para que la Misa te sirva basta con que asistas
voluntariamente, aunque a veces no tengas ganas de ir.
La voluntad no coincide siempre con el tener
ganas. Tú vas al dentista voluntariamente, porque comprendes que tienes que ir;
pero puede que no tengas ningunas ganas de ir.
Algunos dicen que no van a Misa porque para
ellos eso no tiene sentido. ¿Cómo va a tener
sentido si tienen una lamentable ignorancia religiosa?
A nadie puede convencerle lo que no conoce. A
quien carece de cultura, tampoco le dice nada un museo.
Pero una joya no pierde valor porque haya
personas que no saben apreciarla. Hay que saber descubrir el valor que tienen
las cosas para poder apreciarlas.
Otros dicen que no van a Misa porque no les
apetece, y para ir de mala gana, es preferible no ir.
Si la Misa fuera una diversión, sería lógico ir
sólo cuando apetece.
Pero las cosas obligatorias hay que hacerlas con
ganas y sin ganas.
NO TODO EL MUNDO VA A CLASE
O AL TRABAJO PORQUE LE APETECE. A VECES HAY QUE IR SIN GANAS, PORQUE TENEMOS
OBLIGACIÓN DE IR.
Que uno fume o deje de fumar, según las ganas
que tenga, pase. Pero el ir a trabajar no puede depender de tener o no ganas.
LO MISMO PASA CON LA MISA.
OJALÁ VAYAS A MISA DE BUENA
GANA, PORQUE COMPRENDES QUE ES MARAVILLOSO PODER MOSTRAR A DIOS QUE LE
QUEREMOS, Y PARTICIPAR DEL ACTO MÁS SUBLIME DE LA HUMANIDAD COMO ES EL
SACRIFICIO DE CRISTO POR EL CUAL REDIME AL MUNDO. `
Otros se excusan diciendo que el sacerdote
predica muy mal. Pero a misa vamos a adorar a Dios, no a oír piezas oratorias.
A propósito de esto dice con gracia el P. Martín
Descalzo: «Dejar la misa porque el sacerdote
predica mal es como no querer tomar el autobús porque el conductor es
antipático»51.
PERO ADEMÁS, LA ASISTENCIA
A LA MISA DOMINICAL ES OBLIGATORIA, PUES ES EL ACTO DE CULTO PÚBLICO OFICIAL
QUE LA IGLESIA OFRECE A DIOS.
La Misa es un acto colectivo de culto a Dios.
Todos tenemos obligación de dar culto a Dios.
Y no basta el culto individual que cada cual
puede darle particularmente.
Todos formamos parte de una comunidad, de una
colectividad, del Pueblo de Dios, y tenemos obligación de participar en el
culto colectivo a Dios52. No basta el culto privado53.
El acto oficial de la Iglesia para dar culto a
Dios colectivamente, es la Santa Misa.
El cumplimiento de las obligaciones no se limita
a cuando se tienen ganas. Lo sensato es poner buena voluntad en hacer lo que se
debe.
El cristianismo es una vida, no un mero culto
externo. El culto a Dios es necesario, pero no basta para ser buen cristiano.
La asistencia a Misa es sobre todo un acto de
amor de un hijo que va a visitar a su Padre: por eso el motivo de la asistencia
a Misa debe ser el amor54.
Muchos cristianos no caen en la cuenta del valor
incomparable de la Santa Misa.
Le oí decir a un sacerdote, que hablaba del
valor de la Misa, que si a él le ofrecieran un millón de pesetas para que un
día no celebrara la Santa Misa, él, sin dudarlo, dejaría el millón, no la Misa.
Al oír esto pensé que yo también haría lo mismo.
Unos días después al decir yo esto en unas
conferencias que estaba dando en Écija, el millón me pareció poco, y dije: diez, cincuenta, cien, mil millones, ni por todo el oro
del mundo dejaría yo de decir una sola misa.
Repartiendo mil millones de pesetas yo podría
hacer mucho bien: pues ayudo más a la humanidad diciendo una Misa; pues los mil
millones de pesetas tienen un valor finito, y la Santa Misa es de valor
infinito.
«Una sola Misa glorifica
más a Dios que lo que le glorifican en el cielo por toda la eternidad todos los
ángeles y santos juntos, incluyendo a la Santísima Virgen María, Madre de
Dios»55.
La razón es que la Virgen y los Santos son
criaturas limitadas, en cambio la Misa, como es el Sacrificio de Cristo-Dios,
es de valor infinito
3. Siendo la Santa Misa «reproducción incruenta
del sacrificio del calvario, tiene los mismos fines y produce los mismos
efectos que el sacrificio de la cruz»56.
LA MISA SE CELEBRA POR
CUATRO FINES57:
1º Para
adorar a Dios dignamente. Todos los hombres estamos obligados a adorar a Dios
por ser criaturas suyas. La mejor manera de adorarle es asistir debidamente al
Santo Sacrificio de la Misa.
2º Para
satisfacer por los pecados nuestros y de todos los cristianos vivos y
difuntos58.
3º Para
dar gracias a Dios por los beneficios que nos hace: conocidos y desconocidos
por nosotros.
4º Para
pedir nuevos favores del alma y del cuerpo, espirituales y materiales,
personales y sociales.
Para alabar a Dios, para darle gracias por un
beneficio, para pedirle un nuevo favor, para expiar nuestros pecados, para
aliviar a las almas del purgatorio, etc., etc., lo mejor es oír Misa59.
Por lo tanto, nuestras peticiones, unidas a la
Santa Misa tienen mayor eficacia. Pero la aplicación del valor infinito de la
Misa depende de nuestra disposición interior.
-
4. La
Misa se ofrece siempre solamente a Dios, pues sólo a Él debemos adoración, pero
a veces se dice Misa en honor de la Virgen o de algún santo, para pedir la
intercesión de ellos ante Dios60.
Muchos cristianos tienen la costumbre de ofrecer
Misas por sus difuntos61. Es ésta muy buena costumbre, pues una Misa ayuda a un
difunto mucho más que un ramo de flores sobre su tumba.
Cuando se encargan Misas se suele dar una
limosna al sacerdote que la dice para ayudar a su sustento, según quería San
Pablo62.
Pero de ninguna manera debe considerarse esta
limosna como precio de la Misa, que por ser de valor infinito, no hay en el
mundo oro suficiente para pagarla dignamente.
Lo que se da al sacerdote no es el precio de lo
que recibimos, sino que le damos un donativo para ayudar a su sustento con
ocasión de la ayuda espiritual que él nos ofrece.
5. La
Liturgia es la oración pública y oficial de la Iglesia.
El Concilio Vaticano II, en la Constitución
sobre la Sagrada Liturgia, ha recalcado la importancia de la Liturgia en la
formación de los cristianos de hoy: «la Liturgia es la cumbre a la cual tiende
la actividad de la Iglesia, y al mismo tiempo la fuente de donde mana toda su
fuerza»63
Pero primero dice que «la
Sagrada Liturgia no agota toda la actividad de la Iglesia»64, y después
que «la participación en la Sagrada Liturgia no
abarca toda la vida espiritual»65.
«Por eso, junto a la
liturgia y con justa autonomía, han de fomentarse otras expresiones, cultuales
o no, como la evangelización, la catequesis, el apostolado, los ejercicios
ascéticos, la acción caritativa y social, y la vida de testimonio en el mundo»66.
«La Liturgia en nada se
opone, sino al contrario, exige vehementemente un intenso cultivo de la vida
espiritual, aun fuera de las acciones litúrgicas, con todos los medios
ascéticos acostumbrados y conocidos en la tradición cristiana»67.
Hay que tener cuidado de que «el despliegue que
van alcanzando las celebraciones litúrgicas comunitarias no se produzca a base
de pisar y expropiar su terreno a la piedad y oración privadas.
Porque en tal caso el auge de las celebraciones
litúrgicas ya no estaría de acuerdo ni con la letra ni con el espíritu de la
Constitución Conciliar sobre la Sagrada Liturgia»68.
«Hoy
padecemos una hipertrofia del sentido comunitario.
»Se
pretende a veces que lo común sobresalga de tal modo que ahogue lo individual.
»Pero todos los movimientos
que en la pendular historia de las ideas han pasado por un máximo excesivo, han
terminado por reducirse a sus justos términos»69.
El hombre «tiene un
valor inalienable en sí mismo. Aunque él se salva en comunidad, se salva en
virtud de su respuesta individual al llamamiento a participar en la vida de
esta comunidad»70.
No hay comentarios:
Publicar un comentario