Estimado
Alfonso: He leído tus comentarios a mi post. Sí, efectivamente, los griegos (al
no usar signos ortográficos) cuando leían ese pasaje podían entender que entre
esas dos palabras había lo que para nosotros sería una coma, o que había dos
puntos. El sentido de la frase no cambia, ni siquiera accidentalmente. Con
una coma, se lee de un modo más extenso y con dos puntos hay lectura menos
extensa. Es decir, en una lectura, hay tres elementos; en la otra, dos
elementos. El sentido no cambia.
Normalmente,
el tenor de la frase suele servir para determinar cuándo va (en nuestra
traducción) una coma o dos puntos. Pero, en este caso, el sentido no dilucida
la cuestión. Aunque, como se ve, no cambia el sentido.
Notemos
otro pequeño detalle. El texto podría interpretarse como una evolución
progresiva. Primero, reciben en el brazo la marca solo los adoradores de
la Bestia. Después, algunos más devotos, que se la llegan a poner en la
frente. Evidentemente, esto no tiene ningún sentido funcional, solo idolátrico.
En un tercer
momento, la marca se hace obligatoria y todos deben llevarla.
Da la
sensación, además, de que, en algunos, la marca es
el nombre de la Bestia. En otros, la marca es el número.
No
sabemos qué significa el número, pero sí que sabemos cuál es el número: 666.
He
escuchado infinidad de explicaciones acerca del número. Pero ese número no lo
da ni siquiera el nombre de Nerón, aunque se le acerca. La cantidad de
interpretaciones sin sentido que se le han dado al número son muchísimas; a
cada cual más insensata.
Mi
opinión (totalmente insegura) es que ese número será la identificación de la
Bestia. Solo eso, es una identificación; sin más simbolismos. Solo un rasgo
para saber quién es. Como cuando se dijo del Mesías que nacería en Belén. Lo cual
fue un rasgo identificativo.
Las
razones por las que esos adoradores pensarán que ese número es el
identificativo de la Bestia solo se sabrán en ese momento. Probablemente, tenga
que ver con algunas creencias de esa nueva idolatría. Con lo cual es una
pérdida de tiempo intentar buscar razones ahora. Sería como si un profeta
hubiera dicho, en el siglo XVIII, que Hitler destruirá Alemania y todos después
hubieran intentado buscar simbolismos con ese nombre: cuando
es solo un apellido. Lo mismo pienso que sucederá con el 666. Pero si tiene algún simbolismo, ya nos
enteraremos cuando llegue.
Post
data I:
El código de barras de vuestro
yogur de piña no servirá para nada los planes de dominación del Anticristo.
Pagad tranquilos la cuenta en el supermercado.
Post data II: Ojalá que
dejen en paz a Bill Gates. Tampoco ese buen señor tiene ninguno de los rasgos
del Anticristo. Sin embargo, cuando vi el peinado de Boris Jhonson, pensé: Me recuerda al peinado del esbirro de la mazmorra de La
princesa prometida.
P. FORTEA
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