Analizará
el alcance de la «excepción ministerial» que lo permitiría
Los magistrados
de la Corte Suprema de EE.UU escucharon el lunes los argumentos a favor y en
contra de la ampliación de la «excepción ministerial» de la Ley de Derechos
Civiles a las escuelas católicas cuando despiden a los profesores de religión.
(CH/InfoCatólica) Los jueces de la Corte Suprema
escucharon los argumentos orales por medios telemáticos -debido a la pandemia-
de dos casos, que son tratados en un único expediente: la
Escuela de Nuestra Señora de Guadalupe contra Morrissey-Berru y la Escuela
Católica St. James contra Biel.
«No hay
razón para que el gobierno se meta en el negocio de la enseñanza de la religión», declaró Eric Rassbach,
vicepresidente y consejero principal de Becket, quien argumentó el caso en
nombre de las escuelas católicas.
Ambos casos se centran en la «excepción ministerial», que protege el derecho de las iglesias y los
ministerios religiosos a seleccionar y
cesar a los ministros sin interferencia del gobierno.
Los jueces deben decidir si los profesores de religión de dos escuelas católicas pueden
ser considerados ministros religiosos.
Las escuelas no renovaron sus contratos, alegando que su decisión se basaba en
el rendimiento, mientras que los profesores alegaron discriminación por edad y
discapacidad.
Becket, el grupo que
representa a las escuelas, ha dicho que las escuelas religiosas tienen
derecho a clasificar a los profesores de religión como ministros, y
que los tribunales no pueden cuestionar su determinación.
En 2012, la Corte Suprema
decidió por unanimidad en el caso
Hosanna-Tabor versus EEOC que una escuela luterana que despidió a un
profesor, que enseñaba el plan de estudios completo, incluida
la religión, estaba exenta de la Ley de derechos civiles porque el profesor era considerado un ministro
religioso.
En los argumentos orales del
lunes, los magistrados cuestionaron el alcance de la
excepción ministerial y si se podía argumentar a favor de ampliar la
excepción de los profesores de religión en las escuelas religiosas para incluir a los profesores de ciencias o a los profesores/entrenadores
deportivos de dichas escuelas que dirigen a los alumnos en la oración antes de
cada clase.
Rassbach dijo que la
determinación de si una persona es o no «ministro» tenía
que considerar tanto su actividad laboral como si se tiene o no el título del
mismo. Las dos escuelas católicas buscaban claramente
candidatos para la enseñanza de la religión que fueran católicos, y los profesores «son
los administradores de su fe» y «líderes de
su clase». «Estas son las personas que enseñarán la fe a la próxima
generación», dijo.
Jeffrey Fisher, en
representación de uno de los demandantes, dijo que clasificar a los maestros
como ministros, y así asegurar la inmunidad de las
escuelas en la decisión de no renovar sus contratos, sería un «cambio radical»
en la jurisprudencia. Crearía «zonas
libres de leyes laborales» y «despojaría» a cientos de miles
de personas, incluidas las enfermeras de los hospitales religiosos «de las
protecciones laborales básicas», advirtió.
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