Seguramente cuando
piensas en la palabra «pornografía» se te vienen a la mente muchas palabras, yo
pienso en una en especial: lucha. Cuando me topé con el video que te comparto
hoy, lo tuve que ver varias veces para comprender la magnitud y profundidad que
tiene.
Al mismo tiempo se me venían
imágenes, sentimientos y más palabras a la mente: dramatismo,
luz, humanidad y oscuridad. Inspiración, miradas, vínculos, dialogo y
vulnerabilidad. Recuerdos, abrazos, distancia, calor, hogar, gestos, espera.
Este video llamado «The Last Song» me dejó una enseñanza: el
gran secreto para ganar una lucha. Luego de que lo veas completo
reflexionaremos sobre cinco puntos que me gustaría compartirte a modo de
consejos.
LA PORNOGRAFÍA Y SU ANTÍDOTO
Lo hemos escuchado muchas
veces: tanto la pornografía como cualquier otro pecado, se vence con amor. Si
profundizamos en esta afirmación que puede parecer «cliché», veremos que no lo
es. «Vence el mal a fuerza de bien» (Rm.
12,21) nos exhorta el apóstol.
Y creo que en este video se
muestra claramente cómo el bien triunfa no cuando solo busca ganar, sino cuando
se muestra frágil y vulnerable. Cuando nos metemos, queriendo o no, en las
trincheras oscuras de la pornografía, la violencia, del pecado o las disputas,
entramos en una zona de guerra, muerte y desesperanza.
NO INTENTES DEVOLVER EL MAL, DESÁRMATE
Hay situaciones de la vida que
por más que lo intente, no puedo manejar y se salen de mi control. En algunas
ocasiones pretendemos luchar con una realidad
que parece superarnos. Puede ser un pecado, una lucha personal, una
disputa con algún amigo o familiar. O en este caso específico, la pornografía.
¿Qué nos enseña
este corto? Que la
manera más inteligente de luchar no es confrontando, no es devolviendo mal por
mal, ni tampoco buscar tener la razón o querer controlar todas las variables de
la vida. ¿Qué hubiera sucedido si el soldado
hubiera querido luchar contra el francotirador? Hubiera corrido la misma
suerte que sus compañeros de batalla.
En cambio, fue más allá, no
buscó confrontar con violencia la violencia del enemigo, sino que utilizó otro
tipo de lenguaje. Uno inofensivo, el de la música, un lenguaje teñido de color
frente a ese paisaje tan oscuro. Y al mismo tiempo, observemos qué nos enseñan
los gestos del soldado: se despojó de lo último que
le quedaba, su casco, como señal de rendición.
De esta manera queda
vulnerable, desprotegido, señal de que lo que desea es abrir su corazón. En un
momento de silencio, suspenso y tensión, el desenlace es sorprendente: su amor fue respondido con amor, su dulzura con dulzura,
y su pedido de paz con una respuesta hermosa de reconciliación. ¿Qué
necesitas tú para despojarte de la pornografía?
SI LUCHAS CONTRA LA PORNOGRAFÍA, RÍNDETE A LOS PIES
DE DIOS
¿Qué me enseña
este video? Me enseña
que ante una discusión, una adicción o una situación que no puedo controlar, en
vez de luchar o frustrarme, puedo optar por bajar las armas y abrir mi corazón.
Puedo mostrarme frágil, admitir que me equivoqué y darme cuenta de que no es el
fin del mundo.
Si busco ganar a toda costa,
voy a perder. Si busco tener razón por encima de todo, empezará la guerra. En
cambio, si elijo desde mi responsabilidad no defender mi importancia, no
combatir, no tener razón, no tener excusas, sino tender lazos y aceptar mi debilidad,
en ese momento llegará la paz, la alegría y el color a mi vida.
Lo mismo sucede con la
pornografía. Si tal vez llevas años luchando con esta adicción o si te ha
perseguido desde la infancia o adolescencia y has estado en guerra todo este
tiempo, es momento de rendirte ante Dios. Confiésale en medio del sufrimiento
tu dolor, tu agonía, tu angustia. Sé sincero y dile que solo no puedes en esta
batalla, que estás cansado de luchar.
PIENSA EN QUE TUS DECISIONES TAMBIÉN AFECTAN A LOS
DEMÁS
Otra de las razones poderosas
que nos regala el video por las cuales vale la pena no hacer la guerra, es
porque hay personas que aguardan gozosas nuestro regreso. Si somos capaces, en
el momento álgido de un combate, poner paños fríos a nuestros pensamientos y
preguntarnos: «¿Vale la pena esto?, ¿es necesario
tanto derroche de energía?, ¿qué quiero ganar cuando lucho?», podremos
ahorrarnos muchos dolores de cabeza.
Al pensar en las miradas que
dejamos atrás, en las sonrisas que aguardan nuestra llegada y los brazos que
esperan nuestro regreso a la luz y a la paz, no tiene sentido quedarnos
peleando una guerra en la cual no habrá ganadores sino tan solo heridos.
Por eso el video nos propone
que una gran manera de luchar es pensando en aquellas personas que nos inspiran
a ser mejores. Es mirar hacia arriba, más allá de ese cielo hermosamente
estrellado y sentir el palpitar de nuestro corazón junto al de Dios.
Piensa en este momento en todo
aquello que has perdido por tu adicción a la pornografía, ¿de quién te has alejado, a quién has lastimado, a quién
no quieres perder?
ES LA FUERZA DEL AMOR, DE LA FE Y DEL PERDÓN LO QUE
VENCE
El bien que vence al mal.
Aprovechemos este tiempo en que estamos en nuestras casas para bajar nuestras
defensas, desarmarnos, volver a mirarnos a nosotros mismos dignos del amor de
Dios y de los demás y no como nuestros propios enemigos. Luchemos, eso sí,
contra nuestra voz interior orgullosa que nos va a estar diciendo que no
podemos mostrarnos frágiles.
No le hagamos caso y
permitámonos ser más vulnerables e inofensivos, despojándonos de nuestros
cascos y nuestras armas. No le dejemos ganar esta batalla a la pornografía.
Artículo elaborado por Matías
Conocchiari.
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