El
Espíritu Santo nos ayuda a ello
Como viene
siendo habitual desde que la pandemia obligó a tomar medidas de precaución en
el Vaticano, el Papa pronunció su alocución antes de la oración del Regina
Coeli dominical desde la Biblioteca del Palacio Apostólico del Vaticano.
(InfoCatólica) El Pontífice señaló que el
evangelio de ayer «presenta dos mensajes
fundamentales: la observancia de los mandamientos y la promesa del Espíritu
Santo».
Y añadió:
«Jesús vincula
el amor por Él a la observancia de los mandamientos, y en esto insiste en su
discurso de despedida: “Si me amáis, guardaréis mis mandamientos” (v. 15); “El
que acepta mis mandamientos y los guarda, ese me ama” (v. 21). Jesús nos pide
que lo amemos, pero nos explica: este amor no termina en un deseo por Él, o en
un sentimiento, no, requiere disponibilidad de seguir su camino, es decir, la
voluntad del Padre».
Francisco indicó que
es el Espíritu Santo quien ayuda a cumplir la voluntad del Señor:
Para ayudar a los discípulos a
recorrer este camino, Jesús promete que rogará al Padre que envíe “otro Paráclito” (v. 16), es decir, un Consolador, un Defensor que tome su lugar y les
dé a ellos la inteligencia para escuchar y el valor para observar sus palabras.
Según el Papa, «los mandamientos no se nos dan como una especie de
espejo, en el que ver reflejadas nuestras miserias e inconsistencias. No, la
Palabra de Dios se nos da como la Palabra de vida, que transforma, que
transforma el corazón, la vida, que renueva, que no juzga para
condenar, sino que sana y que tiene como fin el perdón. Es la misericordia de
Dios así. Una palabra que es luz en nuestros pasos. ¡Y todo esto es obra del
Espíritu Santo!»
No hay comentarios:
Publicar un comentario