Su
más reciente biografía
La biografía fue
escrita por Peter Seewald, lanzada el día 4 de mayo en alemán.
(Gaudium
Press) Desde el sábado pasado (2 de mayo) la midia internacional viene
anunciando la más reciente biografía
sobre Benedicto XVI escrita por Peter Seewald: Benedikt XVI, Ein Leben (Benedicto XVI, Una Vida), lanzada el
día 4 de mayo en alemán.
BENEDICTO XVI: UNA
VEZ MÁS TERGIVERSADO
Varios medios de comunicación
trajeron datos bastante en diagonal sobre el Pontífice Emérito, entre ellos que
él habría «comparado» el «matrimonio entre personas del mismo sexo» con
el Anticristo. Los comentarios se
concentraron casi todos en ese asunto considerado «polémico».
Sin embargo el meollo del asunto es bien otro.
En esta ocasión conviene
analizar la parte de esa entrevista en cuestión, que Benedicto XVI ha puesto
una vez más en la mira telescópica de sus enemigos.
MUCHO MÁS ALLÁ DE
LOS VATILEAKS…
Seewald le recuerda a
Benedicto XVI su paradigmática frase muy al inicio de su pontificado: «Recen por mí para que yo no huya de los lobos».
A partir de ahí, el
entrevistador le pregunta al Pontífice Emérito si él había previsto todo lo que
sucedería (refiriéndose a su renuncia y a su actual situación dentro de la
Iglesia).
Benedicto XVI respondió que
existe «un límite muy estrecho en aquello que un
Papa puede temer», pero no niega que «asuntos como los Vatileaks son
preocupantes y, ante todo, incomprensibles y extremadamente perturbadores para
la mayoría de las personas».
En esta línea, Benedicto XVI niega por lo tanto una vez más implícitamente que el
fenómeno Vatileaks tenga que ver (al menos directamente) con su renuncia.
DICTADURA MUNDIAL DE
IDEOLOGÍAS APARENTEMENTE HUMANISTAS ¿QUIÉN ES EL DICTADOR?
El meollo de la cuestión no es
ese conjunto de intrigas, de acuerdo a lo que él mismo destaca en seguida:
«Sin embargo, la
amenaza real contra la Iglesia y por lo tanto contra el ministerio Petrino no
se basa en esas cosas (las relacionadas con los Vatileaks) sino en
la dictadura mundial de ideologías aparentemente humanistas que contrapuestas,
conducen a la exclusión del consenso social de base».
El Cardenal Ratzinger que ya
habló de la «dictadura del relativismo» (Bento XVI. Misa para la elección del
Pontífice, 18 de abril de 2005), habla ahora de una «dictadura
mundial» (weltweiten Diktatur) que procura imponer un caudal de
ideologías pseudo-humanistas por todo el orbe.
Pues bien, así como no existe
gobierno sin «gobernante», es obvio que no existe dictadura sin «dictador». Y esta ocasión ¿quién sería el artífice de esa dictadura, o sea, ese
«dictador mundial»? ¿Quién estaría imponiendo esa «agenda» anti-cristiana bajo
la máscara de humanismo?
Sea lo que fuere la referida «exclusión del consenso social de base» indica la
clara existencia de una especie de persecución a aquellos que resisten a esa «agenda» autocrática anticristiana.
¿CUÁL AGENDA
ANTICATÓLICA?
Entonces ¿cuáles serían los tópicos de esa «agenda»? Benedicto
XVI continúa:
«Hace 100 años
atrás todos pensaban que sería un absurdo hablar de matrimonio homosexual. Hoy,
quien se opone a eso es excomulgado socialmente. Lo mismo se aplica al aborto y
a la producción de seres humanos en laboratorio. La sociedad moderna está
formulando un credo anti-cristiano al cual nadie se puede oponer sin ser punido
con la excomunión social».
De modo análogo, si hay «excomulgados» hay quien los «excomulga» de modo tiránico ¿Quién? Y además de las pautas anteriormente presentadas
¿cuáles serían las otras ideologías defendidas por
ese credo anticristiano?
Para poder responder esto
volvamos al cuestionamiento inicial de Seewald, basado en el pedido de oración
hecho por Benedicto XVI para que él pudiese resistir al «lobo» (o sea al enemigo que amenaza las ovejas, los fieles).
¿QUIÉN ES EL
ANTICRISTO?
El Papa Emérito
concluye:
«Por lo tanto,
es más que natural tenerle miedo a esa fuerza espiritual del Anticristo, y es
realmente necesaria la oración de cada una de las diócesis y de la Iglesia
Universal para resistirla».
No todo mundo percibe, pero
aquí encontramos la figura del dictador traspuesta a la del Anticristo. Ahora
bien, ¿Benedicto XVI se refiere a una persona
específica, o a un conjunto de individuos de modo figurado?
Si se trata de lo primero, ya
se sabe la opinión de Benedicto XVI sobre el carácter del Anticristo: «Antes de la venida del Señor habrá la apostasía y deberá
ser revelado un no bien identificado hombre inicuo (2Ts 2,3) que la tradición
llamará después el Anticristo» (Benedicto XVI. Audiencia General, 12 de
noviembre de 2008).
El Pontífice Emérito está
afirmando por lo tanto que existe un poder (mundial) del Anticristo – de ese «hombre inicuo» – que quiere alcanzar la iglesia.
LA IGLESIA ESTÁ
ACOSADA POR EL PODER DEL MAL: LOS MALOS PECES
Los comentarios sobre la nueva
biografía en gran media generalmente no van más allá de la cuestión de la
renuncia y de los temas «polémicos». Sin
embargo, para entender bien la respuesta de Benedicto XVI, es necesario
recurrir a la siguiente cuestión formulada por el entrevistador.
Peter Seewald recuerda un
comentario de Volker Reinhardt, profesor de Historia de la Iglesia en la
Universidad de Friburgo (Suiza): «Para mí, la
renuncia de Benedicto XVI es un acto de extremo distanciamiento de la situación
de la Iglesia y un reconocimiento de que él no es capaz de gobernar la Iglesia
cuanto sería necesario».
A ese comentario el Papa
Emérito se defiende explicando que «de ninguna
manera fue su intención» distanciarse de la situación de la Iglesia.
En seguida hace un comentario
prácticamente subestimado por los grandes medios de comunicación, pero que
parece fundamental:
«Si se estudia
la historia de los papas, se percibe enseguida que la Iglesia siempre fue una red de
buenos y malos peces. Hace parte de la comprensión católica de la
Iglesia y de su gestión, que no se debe pensar en una Iglesia ideal sino que se
debe estar dispuesto a vivir y trabajar en una Iglesia acosada por el poder del
mal».
Por lo tanto Benedicto XVI da
a entender que la crisis de la Iglesia no estaría concentrada apenas en los
factores externos de ideologías que minan sus doctrinas, sino también en esos
«malos peces» que la corrompen por dentro. Luego, en el fondo, la dictadura del
Anticristo estaría penetrada en el propio seno de la Iglesia.
Retomando la pregunta inicial,
no es inútil por lo tanto preguntarse, cuáles fueron los efectos de la renuncia
de Benedicto XVI en las tramas del Anticristo. Tal vez solo el tiempo lo podrá
responder.
Por
Luis Fernando Ribeiro.
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