4 acciones
necesarias para la sanación emocional de un corazón roto, no será rápida, pero
promoverá sanación en tu alma.
Por: Dave Willis | Fuente: PildorasdeFe.net
Recientemente tuve el almuerzo con un buen amigo
que está pasando por tiempos muy difíciles.
Está en medio de un doloroso divorcio. Está muy confundido, sus finanzas están
destrozadas, su mundo está al revés y tiene el corazón roto.
Está luchando con una mezcla de emociones que
incluyen arrepentimiento, tristeza, ira, confusión, miedo y frustración. Me
hizo una pregunta sencilla pero profunda: ¿Qué voy a hacer ahora?
Esa es una pregunta muy buena, ¿no? Es una pregunta que todos nos preguntaremos
en diferentes momentos, y cómo elegimos responder en estos momentos clave
puede, en última instancia, determinar la dirección de nuestras vidas.
Le dije a mi amigo que el proceso de curación de
un corazón roto es en realidad similar al proceso de curación
de un brazo roto.
Cuando mi hijo se rompió el brazo, fueron
necesarios cuatro pasos clave para la curación física, y cuatro acciones muy
similares también son necesarias para la sanación emocional de un
corazón roto.
Cuando el brazo de mi hijo se rompió, el primer
paso fue acomodar el hueso. Significa realinear el hueso a su posición
apropiada para que sane adecuadamente.
Después, el brazo tuvo que ser envuelto en un
yeso duro para sostenerlo en su lugar y protegerlo de daños adicionales.
En tercer lugar, mi hijo tuvo que abandonar
temporalmente diversas libertades y restringir sus movimientos para evitar más lesiones. Y, finalmente, tuvo que descansar para
que su cuerpo tuviera la fuerza y la resistencia para promover la curación.
1.- UBÍCATE EN LA
POSICIÓN CORRECTA.
Con un brazo roto, establecer el hueso en su
lugares el primer paso. Esto se hizo de la mano de la confianza en el médico.
Con un corazón roto, nuestro primer paso es confiar en las manos del médico
mayor: Dios.
Significa admitir que no podemos traer la
curación completa por nuestra cuenta y, afortunadamente, no tenemos que
hacerlo.
Jesús está listo para "acomodarnos"
si confiamos en él. Permite que Su Palabra guíe tu
plan de sanación y Su fuerza para
ayudarte a cumplirla.
"... Y todos los que
lo tocaron fueron sanados" (Mateo 14,36)
El estrés viene de querer hacer todo por tu
cuenta. La paz viene de poner todo en manos de Dios.
2.- PON UN YESO: PROTEGE TU CORAZÓN
El yeso era duro. Proporcionaba una capa de
protección contra cualquier cosa o cualquier persona que pudiera causar más
daño.
Cuando tu corazón está roto, no puedes poner un
yeso real, pero necesitas poner capas de protección alrededor
de tu corazón.
No quieres que tu corazón se vuelva duro, pero quieres que esté protegido. Esto lo logras rodeándote de personas que te alentarán y orarán por ti, y alejándote
de personas que intencionalmente te causarían un daño adicional. Aquí dejo una
frase para reflexionar: "No es nuestro trabajo
arreglar a las personas. Nuestro trabajo es amarlas incluso si están
rotas".
3.- LIMITA TEMPORALMENTE TUS MOVIMIENTOS.
Cuando le dijeron a mi hijo que no podía luchar,
jugar a la pelota o mojar el brazo hasta que le quitaran el yeso, pensó que
estaba siendo castigado. Le expliqué que no era un castigo, sino una protección.
Cuando estás experimentado un corazón roto,
también debes restringir temporalmente sus movimientos y renunciar a algunas
libertades para proteger la herida y promover la curación.
Si intentas saltar de nuevo a todas las cosas
que hacías antes, nunca sanará correctamente.
Elimina todos los elementos no esenciales de
tu vida y concéntrate en aquellas actividades y personas que están promoviendo
activamente la curación. Todo el mundo y todo lo demás puede esperar.
Gracias a Jesús, todo nuestro dolor es temporal,
y
toda nuestra alegría es eterna.
4.- DESCANSAR.
No sólo necesitas restringir tus movimientos, también necesitas períodos de descanso completo. No trates
de averiguar el futuro. No trates de arreglar todo lo que te ha roto.
No dejes que la preocupación eche raíces en tu
corazón. Debes darte permiso para descansar. Avanza un día a la vez.
La sanación no será rápida, pero la
desaceleración promoverá la sanación en
tu alma, te ayudará
a reenfocarte en lo que más importa y te acercará a Dios en el proceso.
No te apresures. Descansa. La sanación no hace
en un microondas, se hace en una olla de barro.
No pierdas la esperanza. ¡Sé que
conseguirás salir de esto!
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