El Arcángel San Miguel se apareció por primera vez
a Diego Lázaro de San Francisco, un joven converso, el 25 de abril de 1631 en
el pueblo de San Bernabé Capula, municipio de Natívitas, Estado de Tlaxcala en
México.
Esta aparición sería la primera de las tres que
realizó ese mismo año el Arcángel a Diego, que tenía aproximadamente 17 años.
Actualmente, el Santuario de San Miguel del Milagro se encuentra en el
poblado del mismo nombre, en el municipio de Natívitas.
En un programa emitido en 2017 por el programa Más que Noticias, de EWTN
Radio Católica Mundial/ACI Prensa, el P. Cristóbal Gaspariano, vocero de la
Diócesis de Tlaxcala, explicó que el Arcángel San Miguel se le apareció al
joven mientras este participaba en una procesión por la Fiesta de San Marcos.
“Aquí en Tlaxcala, como en muchos lugares de
América, por nuestra piedad popular, hasta hoy se siguen haciendo procesiones
donde se lleva la imagen de algún santo, y se va acompañando en oración, con
cantos, con alabanzas y se cuenta que así precisamente Diego de San Lázaro iba en
esa procesión, y ahí es donde recibe precisamente la primera aparición del
Arcángel San Miguel”, relató.
Según recuerda la tradición, el Arcángel le dijo al joven: “Has de saber hijo mío, que yo soy San Miguel Arcángel.
Vengo a decirte que es voluntad de Dios y mía que digas a los de este pueblo y
su contorno, que en esta quebrada que hacen dos cerros y es aquella que esta
frente a este lugar, hallarán una fuente de agua milagrosa para todas las
enfermedades, la cual está debajo de una peña muy grande. No dudes de lo que te
digo, ni dejes de hacer lo que te mando”.
Sin embargo, Diego dudó de la aparición y, temiendo que no le creyeran,
decidió no hacer lo que le dijo el Arcángel.
Según recuerda la página oficial en Facebook del Santuario de San Miguel
Arcángel, “en castigo de su desobediencia”, al
joven “le sobrevino una mortal calentura en las
entrañas”.
Gravemente enfermo, en la medianoche del 7 al 8 de mayo de 1631, el
Arcángel se le apareció nuevamente a Diego, lo sanó y lo llevó al lugar donde
habría de ser levantado el Santuario. Una tercera aparición se realizó el 13 de
noviembre.
El joven recogió agua de la fuente y la llevó ante el Obispo local, que
a su vez, como parte de su investigación de la aparición, la repartió entre
algunos enfermos. Según la tradición, aquellos que bebieron de esa agua
quedaron curados.
El P.
Cristóbal Gaspariano aseguró que “hasta hoy se
conserva” esta fuente.
Algunos años más tarde, el entonces Obispo de Puebla, el Beato Juan de
Palafox, ordenó construir el actual Santuario de San Miguel del Milagro.
El vocero dijo que desde esa época hasta la actualidad “se hace una fiesta grandísima. Aquí en la diócesis es de
las fiestas más grandes”.
“Hay una gran devoción”, dijo el P. Gaspariano, y recordó que “la
fiesta se celebra sobre todo el 29 de septiembre”, fiesta litúrgica de
los Santos Arcángeles Miguel, Rafael y Gabriel.
“Asiste gente de todos lugares del país, también de
otros países”, que “vienen
en peregrinación, haciendo oración, sacrificios”.
“Mucha gente viene caminando, y se hace días a
pie”, señaló el sacerdote. "Hay
otros que vienen en bicicletas. Otros, los más distantes, vienen en autobuses,
haciendo su Rosario en el autobús”, relató.
“Es mucha gente, miles que se dan cita acá”, aseguró. Indicó que la Iglesia los acoge con la celebración continua de
la Misa, así como con la disponibilidad de sacerdotes para bendecir y confesar
a los fieles.
El P. Gaspariano afirmó que Dios ha dispuesto lugares como este “para encontrarnos con Él y que nuestra fe se siga
acrecentando”.
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