Por
medio de la oración
50 monasterios y
conventos de todo el mundo aceptaron la invitación de la Fundación Pontificia
Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) a implorar unidos el fin de la pandemia.
(Gaudium
Press) Cuando se piensa en la pandemia de coronavirus, es frecuente pensar que
el frente de batalla se encuentra en clínicas y hospitales. Pero una batalla
difícilmente se libra en un único frente y, para los creyentes, el frente
espiritual es el más importante. Como una auténtica vanguardia en la batalla
espiritual, 50 monasterios y conventos de todo el mundo aceptaron la invitación
de la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) a implorar unidos el fin de la pandemia.
«Queremos
desatar una tormenta de oración. Según nuestro carisma fundador, uno de los
pilares de nuestro trabajo en AIN es la oración», declaró el Presidente
Ejecutivo de AIN International, Thomas Heine Geldern. «Siempre
tenemos fe en las oraciones de todos nuestros socios del proyecto, pero en
estos tiempos extraordinarios, también nos gustaría encontrar consuelo y
apoyo en el ̏corazón de oración˝ de la Iglesia: las órdenes
contemplativas».
La Fundación, que apoya a
numerosas comunidades de creyentes, sacerdotes y religiosos en territorios de
misión, persecución o grave necesidad, ha recibido los mensajes de muchas
personas que expresan sus preocupaciones y retos asociados a la pandemia, que
agravan las necesidades de la Iglesia en esos lugares. «Creemos
firmemente que la oración será la primera en producir frutos de misericordia»,
afirmó Geldern. «La oración forma la base de
la ayuda y el apoyo que nos gustaría y estamos obligados a proporcionar».
Los conventos y monasterios
que se unieron a la campaña son en su mayoría beneficiarios de programas de AIN y padecen en carne propia limitaciones y
necesidades. Sin embargo, los mensajes que acompañaron la respuesta positiva a
la campaña, expresando su solidaridad con quienes sufren en otras latitudes. «Prometemos que incluiremos su solicitud de oraciones en
las oraciones especiales», indicaron religiosas Clarisas de Indonesia. «Sabemos que muchos de los donantes son mayores y viven
solos. Por lo tanto, estamos haciendo una oración especial por todos los
donantes. ¡Que Dios los guarde y esté con ellos!».
Con
información de AIN.
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