La EUTANASIA es un
hecho cierto de puro visible: en bastantes países está ya -instalados, política
y socialmente en las democracias liberales, en las tiranías marxistas o afines
y en los países regidos ya por la directa, por los masones: todos ellos abiertamente
anticatólicos-, introducida y apoyada por los poderes públicos que la han
convertido en abiertamente “legal". Es la EUTANASIA.
Algunos eclesiásticos, como no
pueden legislar por lo directo a su favor, por mor del “bicho”
la han introducido e implantado de facto desde arriba -eclesialmente hablando-, y como el
que no quiere la cosa. Pero ahí está también. Y lo explico más abajo.
Si en el ámbito político, que
hace ya muchos años ha perdido el norte, el sur y los demás puntos cardinales,
ninguna barbaridad, por cruel e inhumana que sea en sí misma, nos extraña ya
nada; menos aún, una vez establecido el “aborto
legal". Pero, algunos miembros de la Iglesia Católica -las “otras” en este momento, no me interesan-,
extraña, y mucho. Por no decir, sencillamente, que ESCANDALIZA.
¿Por qué los
poderes públicos han perdido el norte? No es difícil constatarlo, y es evidente. Por citar a san Juan Pablo II:
“el Estado que legitima el aborto, se
deslegitima automáticamente”. Por poner un poner. Y en esas están en
casi todos ellos. Los motivos que puedan alegar para justificarlo, no son de
recibo ninguno de ellos: ni intelectual, ni moral, ni socialmente justifican
nada.
Han llegado a estas criminales
e inhumanas situaciones porque han despreciado lo que les podía mantener donde
debían estar: EL SERVICIO de TODOS los CIUDADANOS.
Pero solo hay un modo de estar ahí: salvaguardando
y sirviendo a la JUSTICIA. A la que han apartado con loca saña.
Porque la JUSTICIA, solo se sostiene -solo se puede hablar
de ella en sentido estricto- cuando lo que impera -en una persona, en una
institución o en un gobierno- es LO JUSTO: es
decir, lo que es acorde al BIEN de la persona -todos los ciudadanos lo son-,
respetando la VERDAD de lo que significan BIEN, VERDAD y PERSONA.
Porque la Justicia solo existe
donde se da a los demás “lo que se les debe". Ahora
bien, sin saber qué son los demás, por ejemplo, ¿cómo
se les podrá dar “lo suyo"?
Es decir: la Justicia solo se sostiene en la MORAL, en el DEBER
MORAL que obliga en primerísimo lugar, a los gobernantes, que manejan el DINERO
y la FUERZA; y que no puede estar al albur de los gobernantes: ellos han de ser
los primeros en estar sujetos o sometidos a/por la JUSTICIA, para poder ser
“justos” con los ciudadanos “a los que se deben". Ese es su primer
deber de Justicia que deben asumir. EN caso
contrario: se deslegitiman automáticamente.
Así nace y se hace el DERECHO. Así ha nacido en la historia de la
Humanidad. Un Derecho que siempre “obligaba” a
gobernantes y súbditos: no era unidireccional, como ahora en todas esas “democracias ficción” o “dictaduras
reales". Una prueba más, y bastante definitiva de que no somos
animales. Ni siquiera cuando nos comportamos peor que ellos.
PERO TODOS ESOS CONCEPTOS, LO QUE ENCIERRAN EN SÍ
-ES DECIR: SU CARGA SEMÁNTICA- DEPENDEN DE ALGO/ALGUIEN QUE ESTÁ “FUERA” DEL
HOMBRE, LO ADMITA O NO. Y ESE ALGUIEN -PORQUE NO PUEDE SER “ALGO"-, SOLO
ES DIOS. Y NO HAY OTRA EXPLICACIÓN RACIONAL. DECIR QUE DIOS NO EXISTE ES
IRRACIONAL.
El hombre puede determinar lo
que es una medida de longitud, unos remedios para la caspa, unos plazos de
escolarización, etc. Está en su mano.
Pero el hombre, por mucho que
se lo crea, NUNCA -así: NUNCA-, podrá determinar lo que es un árbol, o un perro.
Es decir: lo que es verdadero o falso, lo que es verdad o mentira, lo que está
bien o mal, lo que es él mismo, lo que es la vida y la muerte y sus sentidos y
significados propios…; ni lo que es DIOS y su Amor por cada uno de nosotros.
Porque no está en su mano: lo
tiene recibido gratuitamente… de Dios. Y de nadie más: la
“pachamama” tiene la misma “realidad” que un “pegaso".
Podrá intentarlo. Podrá
rechazar lo recibido. Podrá montarse la vida -si a lo que sale de ahí se le
puede seguir llamando “vida"- “como si Dios no
existiese"; o sea: montarse en la pura ficción: “como si…". Pero nada será “real", ni
será lo mismo: porque, de ese modo, nada será lo
que debería ser.
EN LA IGLESIA, TODO HA SIDO DISTINTO PRECISAMENTE
PORQUE HA VIVIDO Y VIVE DE LO RECIBIDO POR JESUCRISTO, QUE ES DIOS.
Y, con todas las vicisitudes
humanas que han podido darse y se han dado -desde dentro y desde fuera de Ella
misma-, a lo largo de más de dos mil años, se ha mantenido fiel al Señor.
Por eso ha sabido distinguir
muy bien el bien del mal, la verdad de la mentira, la justicia de la
corrupción. Y lo ha señalado. Y ha separado el trigo de la paja. Y ha salido
adelante: siempre enriquecida hasta por el mal
verdadero -el pecado-, porque ha aprendido: ha sacado, como mínimo,
experiencia.
¿Por qué digo
que algunos en la Iglesia Católica han instalado la “EUTANASIA"?
Como habrán comprendido, no me
refiero a la eutanasia física: la eliminación
determinada por los poderes al uso de quien ha de morir. Las “condiciones” dan lo mismo. Curiosamente, en todas
esas “democracias ficción” o “tiranías reales", ateas y anticatólicas por
definición, se mata al inocente “porque sí", y
se trata a cuerpo de rey al criminal: cosas de los
hombres enfermos de poder y maldad.
Me refiero al “espectáculo” que, en algunas diócesis -hablo del
mundo occidental europeo-, han montado a propósito del “bicho".
Han cerrado puertas y ventanas y han dejado morir como perros,
abandonados, a sus hijos. Sin los Sacramentos de Salvación a los que tienen
estricto y absoluto DERECHO: Jesucristo ha venido
para esto. Y lo hemos celebrado, precisamente, en el Triduo Pascual.
¿Cómo se ha
llegado a esto? De entrada, con lo de la “iglesia en
salida", los “pastores” se han
debido ir tan lejos -quizá hasta la Amazonia, y cruzando a nado- que “se les han perdido todas las oveja". No una
ni dos: TODAS. Las han abandonado, sin comida ni
bebida, “desconectados” de Dios por desconectarles de los Sacramentos: la Vida
Cristiana es “Vida Sacramental".
Insisto: como perros
abandonados.
Porque esto es dejar sin
Sacramentos a los propios hijos: condenarlos a
morirse sin siquiera una mano sacerdotal que arrope la suya; sin unas oraciones
de recomendación del alma; sin la Confesión, sin la Unción de Enfermos, y sin
el Viático. Solos. Abandonados. Lo nunca visto en toda la Historia santa
de la Iglesia Santa.
Y para los que hemos
protestado con argumentos de todo orden, contra este ABUSO
-real, incomprensible e injustificado-, siempre aparece algún Obispo de guardia
para decir que no hemos de obsesionarnos con la Eucarística, o que él va a dar
la absolución por videoconferencia. Y se queda tan ancho. Cuando ¡nadie en la Iglesia Católica puede “inventarse",
por su cuenta, un modo de administrar los Sacramentos: no está en su mano!
O que la gente tire de internet…
Esta “EUTANASIA”
de alguno en la Iglesia Católica tiene mucha más gravedad que la urdida
por los poderes públicos, a los que les importa un pimiento que nos muramos
todos. Pues resulta que la Iglesia ha asumido, de una tacada, todo este modo de
hacer mundano, inhumano y cruelísimo. Y defendiendo sus posturas: que no
reculan.
¿Qué descargo de
conciencia van a poder alegar? ¡Si lo han montado todo también, como los
gobiernos ateos y anticatólicos, “como si Dios no existiese"! Y precisamente cuando más han
necesitado y necesitan los hijos de Dios a su Padre Dios, y a su Hermano
Jesucristo, y al Amor de su alma, el Espíritu Santo.
Amén.
Vamos a seguir rezando: seguramente no podamos hacer mucho más. Pero, si
más podemos, más debemos hacer; porque, como dice uno de los apóstoles: “El que no hace lo que sabe/debe hacer, se le imputará a
pecado".
José Luis
Aberasturi
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