La Arquidiócesis de Florianópolis (Brasil) anunció
el martes 21 de abril las nuevas pautas para los católicos en los 30 municipios
de su territorio, aclarando las dudas que un día antes generó el decreto del
Gobierno de Santa Catarina que autorizó la apertura de iglesias, pero
solicitando que las hostias para las Misas sean preempaquetadas.
La medida, según el Gobierno, se realiza para
evitar la propagación del coronavirus.
La Ordenanza estatal No. 254, firmada por el gobernador Carlos Moisés,
determinó que “en los servicios donde hay una
celebración de la cena, con el intercambio de pan y vino, o la celebración de
la comunión, los elementos solo pueden compartirse si están preenvasados para
su uso personal”.
La medida sorprendió a los católicos, ya que es necesario que el
sacerdote toque la hostia para la consagración y no se permite ningún tipo de
envoltura sobre la especie eucarística. El tema fue mencionado por el profesor
Felipe Nery durante una transmisión en YouTube del Instituto Borborema, una
asociación cultural que busca rescatar la educación y cultura.
“¿Se ha convertido el gobernador en la máxima
autoridad sobre cómo se debe realizar un rito religioso? ¿Quiere que todos
lleven hostia a casa?”, reflexionó el profesor el 20 de
abril.
En su sitio web, la Arquidiócesis de Florianópolis aclaró que
“para la Comunión Eucarística, tanto el
ministro (sacerdote, diácono o laico) como los fieles deben lavarse las manos
con un 70% de alcohol en gel antes y después de la distribución”.
El profesor Felipe Nery advirtió sobre el peligro de las medidas
drásticas que se están tomando en diferentes lugares en Brasil y en el mundo, y
que terminan dañando la vida de fe de los católicos al prohibir las reuniones
para rezar o reflexionar sobre la Palabra de Dios.
“En la localidad de Foz de Iguaçu se lanzó un
teléfono para quejas sobre reuniones familiares y aglomeraciones en las casas.
Se creó una 'línea directa' para eso”, comentó.
Nery enseñó que es necesario observar este fenómeno para poder
cuestionar qué hay detrás de estas decisiones y citó el caso de Grecia.
“En Grecia, las campanas tenían prohibido sonar
para que la población no tuviera ganas de ir a Misa. Además, el tradicional
saludo de Pascua de los ortodoxos ya no se puede dar. Hoy, los griegos deben
informarles cuando quieren salir de casa, diciéndoles a dónde van. Si una
persona es atrapada en la calle sin haber programado una salida o sin una carta
que demuestre que trabaja en un servicio esencial, recibirá una multa de 150
euros”, explicó.
Para el profesor Felipe Nery, el coronavirus se está utilizando para
justificar este tipo de acciones contrarias al derecho a la libertad religiosa.
“Necesitamos parar y reflexionar. Se están tomando
medidas de control del comportamiento. Se está observando cómo reacciona la
población a cada orden determinada, es un gran experimento social”, observó.
Redacción ACI Prensa
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