Diversos líderes provida en Estados Unidos
solicitaron al Gobierno de Donald Trump que la vacuna que se desarrolle contra
el coronavirus no tenga nexos con el aborto.
La carta aparece luego que la administración Trump
anunció un plan de tres fases para retirar las restricciones en la vida social
y económica que busca contener el contagio del coronavirus, especialmente entre
la población más vulnerable.
“Es sumamente importante que los estadounidenses
tengan acceso a una vacuna producida éticamente: ningún estadounidense debe ser
obligado a elegir entre ser vacuna contra este virus potencialmente mortal o
violar su consciencia”, señala la carta con fecha 17 de
abril, enviada a Stephen M. Hahn, comisionado de la Food and Drug
Administration, la entidad estadounidense encargada de supervisar las medicinas
y fármacos en Estados Unidos.
Los líderes solicitan al Gobierno que “se
asegure que se siguen los principios morales en el desarrollo de las vacunas y,
más importante aún, que se respete el principio de que la vida humana es
sagrada y no puede ser nunca explotada”.
“Somos conscientes de que, entre las decenas de
vacunas actualmente en desarrollo, algunas son producidas usando líneas
celulares creadas a partir de bebés abortados”, alertaron.
La carta, enviada también al presidente Donald Trump y el vicepresidente
Mike Pence, está firmada por Mons. Joseph Naumann, jefe del Comité de
Actividades Provida del Episcopado estadounidense, otros obispos y diversos
líderes católicos y cristianos.
Otros firmantes son Michael P. Farris, presidente y CEO de Alliance
Defending Freedom; Travis S. Weber, vicepresidente de política y gobierno del
Family Research Council; Kristan Hawkins, presidente de Students for Life
America; y Lila Rose, presidenta y fundadora de la plataforma provida LiveAction.
En la misiva se precise que la empresa Janssen Pharmaceuticals, Inc, que
tiene un “contrato sustancial” con el
Departamento de Salud de Estados Unidos, trabaja en una vacuna a partir de “líneas celulares éticamente problemáticas”, mientras
que otras compañías como Sanofi, Pasteur, e Inovio, están utilizando métodos y
procedimientos no relacionados con el aborto.
¿QUÉ DICE LA IGLESIA
SOBRE EL ORIGEN DE LAS VACUNAS?
En el año 2005, la Pontificia Academia para la Vida publicó la
declaración “Reflexiones
morales acerca de las vacunas preparadas a partir de células provenientes de
fetos humanos abortados”, en
el que, entre otras cosas se señala que “existe el
deber grave de usar las vacunas alternativas y de invocar la objeción de
conciencia respecto a las que presentan problemas morales”.
Sin embargo, se precisa que puede ser lícito usarlas, aunque “la licitud de la utilización de estas vacunas no se
interpreta como una declaración de licitud de su producción, comercialización y
uso, sino como una cooperación material pasiva y, en sentido más débil y
remoto, también activa, moralmente justificada como extrema ratio en razón del
deber de proveer al bien de los propios hijos y de las personas que están en
contacto con los hijos (mujeres encintas)”.
“Tal cooperación acontece en un contexto de
constricción moral de la conciencia de los progenitores, que están sometidos a
la alternativa de obrar contra la conciencia o de poner en peligro la salud de
los propios hijos y de la población en general. Se trata de una alternativa
injusta que debe ser eliminada cuanto antes”, agrega.
En 2008 un nuevo documento llegó a una decisión similar y un nuevo texto
de 2017 del mismo dicasterio resaltaba que existe la “obligación
moral de garantizar la vacunación necesaria para la seguridad de otros,
especialmente la seguridad de los más vulnerables como las mujeres embarazadas
y los afectados por inmunodeficiencias que no puede ser vacunados contra estas
enfermedades”.
Traducido y adaptado por Walter
Sánchez Silva. Publicado originalmente en CNA
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