Varios,
estos días, me han hecho diversas preguntas. Voy a responderlas de un modo
público por si le sirve a más personas.
REFLEXIÓN
SOBRE LOS PROS Y CONTRAS DE CERRAR IGLESIAS
No me
parece irrazonable la decisión de cerrar los templos que han tomado algunos
obispos. Es un modo de limitar los contagios y de mostrar solidaridad con los
que quieren llevar un confinamiento estricto. Ahora bien, yo soy de la opinión
de que, precisamente, ahora los templos han de estar abiertos. Dios es tan real
como el coronavirus. Si todo se arreglara encerrándose en casa dos semanas,
estaría a favor del encierro total. Pero como afrontamos una pandemia que, en
cada nación, durará meses si algo debe estar abierto son los templos. Si
alguien me dice que es que hay una pandemia, le contestaré que porque hay una
pandemia ahora, más que nunca, hay que volver los ojos a Dios.
¿ES
VÁLIDA LA MISA POR INTERNET O TELEVISIÓN?
Esta es
una pregunta que me ha hecho mucha gente. Los obispos ya han dispensado del
precepto dominical. Así que la pregunta no ha de plantearse en términos de “validez”, sino de si hay o no hay obligación. La
misa vista devotamente por Internet tiene un efecto en el alma. La persona se
une en espíritu a esa liturgia, adora uniéndose a ese acto. ¿Adora a Jesús-Eucaristía en su casa? Sí, lo
adora. Y una comunión espiritual puede tener más efecto (si hay más devoción)
que una comunión física con menos fervor.
¿Y
SI LA MISA YA SE EMITIÓ Y ESTOY VIENDO LA GRABACIÓN?
No por
eso tiene menos efecto. Yo me uno a ese acto en este momento. Y me beneficio
espiritualmente de esa unión, de esa adoración. Tampoco yo estuve físicamente
en el Calvario, pero me uno con el deseo al Sacrificio de la Cruz. Alguien que
estuvo físicamente, hace dos mil años, en el Gólgota pudo obtener menos gracias
(por tener menos fe, menos amor) que yo uniéndome espiritualmente desde el
siglo XXI.
¿PUEDO
NO ESTAR DE ACUERDO CON UNA DECISIÓN DE MI OBISPO?
No es obligatorio ser de la misma opinión que el
obispo en cuestiones que no son de fe. Pero la propia opinión debe manifestarse
desde el respeto, desde la obediencia. Todos los párrocos hemos sido testigos
de cuándo una opinión es constructiva y cuándo no lo es. Una cosa es la propia
lícita opinión y otra cosa es la siembra de divisiones. Incluso con la
autoridad civil, en estos momentos tan difíciles, hay que tener un cierto
espíritu de colaboración y no de crear tensiones.
P. FORTEA
No hay comentarios:
Publicar un comentario