lunes, 24 de febrero de 2020

SAN FRANCISCO DE ASIS


HOY CELEBRAMOS A SAN FRANCISCO DE ASÍS, EJEMPLO DE POBREZA, ARMONÍA Y PAZ
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“Conozco a Cristo pobre y crucificado, y eso me basta", decía San Francisco de Asís, cuya fiesta se celebra cada 04 de octubre y a quien el Papa, que lleva el nombre de Francisco por este Santo, lo definió como hombre de armonía y de paz.
San Francisco nació en Asís (Italia) del 1182, en una familia acomodada. Tenía mucho dinero y lo gastaba con ostentación. Sólo se interesaba por “gozar la vida”.
En su juventud se fue a la guerra y es tomado prisionero. Luego de ser liberado cae constantemente enfermo hasta que escucha una voz que le exhortó a “servir al amo y no al siervo”.  Retorna a casa y con la oración fue entendiendo que Dios quería algo más de él.
Comenzó a visitar y servir a los enfermos y hasta regalar sus ropas o el dinero. De esta manera desarrollaba su espíritu de pobreza, humildad y compasión.
Cierto día, mientras oraba en la Iglesia de San Damián, le pareció que el crucifijo le repitió tres veces: “Francisco, repara mi casa, pues ya ves que está en ruinas”. Entonces, creyendo que se le pedía que reparase el templo físico, fue, vendió los vestidos de la tienda de su padre, llevó el dinero al sacerdote del templo y le pidió vivir ahí.
El presbítero le aceptó que se quedara, pero no el dinero. Su padre lo buscó, lo golpeó furiosamente y, al ver que su hijo no quería regresar a casa, le exigió el dinero. Francisco, ante el consejo del Obispo, le devolvió hasta la ropa que llevaba encima.
Más adelante ayuda a reconstruir la Iglesia de San Damián y de San Pedro. Con el tiempo se traslada una capillita llamada Porciúncula, la cual reparó y se quedó allí a vivir. Por la caminos solía saludar diciendo: La paz del Señor sea contigo.
Su radicalidad de vida fue atrayendo a algunos que querían hacerse sus discípulos. Es así que en 1210 Francisco redactó una breve regla y junto a sus amigos se fue a Roma, donde obtienen la aprobación.
El Santo hizo de la pobreza el fundamento de su orden y el amor a la pobreza se manifestaba en la manera de vestirse, los utensilios que empelaban y los actos. A pesar de todo, siempre se les veía alegres y contentos.
Su humildad no era un desprecio sentimental de sí mismo, sino en la convicción de que “ante los ojos de Dios el hombre vale por lo que es y no más”.
"Hay muchos que tienen por costumbre multiplicar plegarias y prácticas devotas, afligiendo sus cuerpos con numerosos ayunos y abstinencias; pero con una sola palabrita que les suena injuriosa a su persona o por cualquier cosa que se les quita, enseguida se ofenden e irritan. Estos no son pobres de espíritu, porque el que es verdaderamente pobre de espíritu, se aborrece a sí mismo y ama a los que le golpean en la mejilla", decía.
Considerándose indigno, llegó sólo a recibir el diaconado y dio a su Orden el nombre de frailes menores porque quería que sus hermanos fueran los siervos de todos y buscasen siempre los sitios más humildes.
Se le atribuye haber comenzado la tradición del “belén” o “nacimiento” que se mantiene hasta nuestros días. Dios le mandó el milagro de los estigmas. Murió el 3 de octubre de 1226.
El 4 de octubre de 2013 el Papa Francisco visitó Asís y en su homilía dijo que “San Francisco es testigo del respeto por todo, de que el hombre está llamado a custodiar al hombre, de que el hombre está en el centro de la creación, en el puesto en el que Dios – el Creador – lo ha querido, sin ser instrumento de los ídolos que nos creamos… Francisco fue hombre de armonía, un hombre de paz”.
Redacción ACI Prensa

UN DÍA COMO HOY SAN FRANCISCO DE ASÍS DECIDIÓ LLEVAR UNA VIDA DE POBREZA

Un día como hoy, 24 de febrero, San Francisco de Asís tomó la decisión de llevar una vida de pobreza, que con el tiempo causaría la fundación de las órdenes franciscanas.
Era el año 1208 y, según recuerda el sitio web de la Curia General de la Orden de Frailes Menores Capuchinos, San Francisco, durante una Misa en la hoy Basílica de Santa María de los Ángeles en Asís (Italia), “escuchó las palabras del Evangelio sobre el envío de los apóstoles y las tomó como un mensaje enviado personalmente para él”.
Se trataba del capítulo 10 del Evangelio de Mateo, en el que el Señor envía a sus apóstoles y les instruye a no llevar “oro, ni plata, ni dinero en sus bolsas, ni alforja para el camino ni dos túnicas, ni sandalias, ni bastón”.
De acuerdo al sitio web franciscano, San Francisco comenzó así “una vida de pobreza extrema, dedicada a los anuncios itinerantes del Evangelio, especialmente el llamado a la penitencia”.
“Él vivió de lo que le ofrecían los habitantes de Asís, a los que comenzó a pedir yendo de puerta en puerta”.
Giovanni Bernardone, nombre de nacimiento de San Francisco, ya había comenzado su conversión pocos años antes.
“Él no tenía la intención de fundar alguna nueva estructura en la Iglesia y no buscaba seguidores o compañeros. Sin embargo, después de algunos meses, ellos comenzaron a llegar a él”, explica la web franciscana.
San Francisco falleció el 3 de octubre de 1226. Dos años después, el Papa Gregorio IX lo proclamó santo.
En el encuentro que tuvo el Papa Francisco con los Representantes de los Medios de Comunicación, el sábado 16 de marzo de 2013, compartió el motivo por el cual, el Santo Padre decidió tomar el nombre de Francisco.
“El nombre ha entrado en mi corazón: Francisco de Asís. Para mí es el hombre de la pobreza, el hombre de la paz, el hombre que ama y custodia la creación”, explicó luego que el Cardenal brasileño, Claudio Hummes, le dijera “no te olvides de los pobres”, durante las elecciones.
El Papa agregó que San Francisco de Asís “es el hombre que nos da este espíritu de paz, el hombre pobre... ¡Ah, cómo quisiera una Iglesia pobre y para los pobres!”.
Como San Francisco de Asís, dejémonos transformar por el amor de Cristo para vivir con pobreza y alegría.
— Papa Francisco (@Pontifex_es) 4 de octubre de 2017
POR DAVID RAMOS | ACI Prensa

SAN FRANCISCO: HOY SE CUMPLEN 200 AÑOS DEL DESCUBRIMIENTO DE SUS RESTOS

El 12 de diciembre de 1818, hace exactamente 200 años, se descubrieron los restos mortales de San Francisco de Asís, poniendo fin a una serie de leyendas difundidas entre los fieles, como la que afirmaba que el santo había resucitado “a imagen de Cristo”.
En un artículo publicado en el diario del Vaticano L’Osservatore Romano (LOR) titulado Un descubrimiento que puso fin a leyendas”, Mons. Felice Accrocca, historiador y experto en estudios franciscanos, hizo un detallado recuento de lo que sucedió con los restos de San Francisco desde que murió el 3 de octubre de 1226 hasta su redescubrimiento en 1818.
El también Arzobispo de Benevente (Italia) recordó que el 16 de julio de 1228, el Papa Gregorio IX se dirigió a Asís para presidir la canonización de San Francisco y para colocar la primera piedra de la basílica dedicada al nuevo santo.
Cuando murió el santo, precisó el Prelado, “se evitó sepultarlo en una catedral porque, una vez que esto hubiera ocurrido, habría sido muy difícil retirar sus restos: se quería además evitar perjudicar el proyecto de la futura iglesia”.
El 25 de mayo de 1230 los restos mortales del santo fueron trasladados a la basílica que le fue dedicada, donde reposan hasta hoy, y “que por voluntad de Gregorio IX estaba sujeta solo al Romano Pontífice y debía ser considerada por los frailes franciscanos como ‘cabeza y madre’. Para gestionar con notable habilidad toda la operación estuvo fray Elías (de Cortona), el compañero de Francisco que lideró la orden franciscana desde 1221” como vicario, para luego ser ministro general entre 1232 y 1239.
“El gran temor, en estos casos, era que el cuerpo pudiese sufrir daños por parte de la multitud deseosa de obtener cualquier reliquia”, destacó el experto.
El desorden del traslado hizo que los soldados responsables de la seguridad aislaran el vehículo en el que iba el cuerpo del santo, “impidiendo el acceso a los frailes y también a los delegados papales, para luego introducir el cuerpo en la iglesia sepultándolo en un lugar desconocido para todos”.
Este hecho hizo que surgieran, a lo largo de los siglos, “una infinidad de leyendas que llevaron a algunos incluso a defender la idea que, a imagen de Cristo, Francisco también había resucitado”.
Otros decían que habían visto “no un cadáver sino un cuerpo incorrupto, de pie, casi como si estuviese vivo”.
En una ocasión, el Cardenal Paolo Emilio Sfrondati, que aún no era Obispo de Cremona, ordenó una búsqueda del cuerpo, pero las protestas de los frailes y fieles hizo que el Papa Pablo V firmara una bula de protección el 28 de agosto de 1607.
No fue sino hasta la segunda mitad del siglo XVII que Constatino Suyskens, experto que revisó la parte referente a San Francisco de Asís en el segundo tomo del Acta sanctorum, indicó “con exactitud el lugar donde se debía excavar, es decir, bajo el altar mayor de la basílica inferior”.
El Acta sanctorum o Actas de los santos es un completo texto sobre los santos elaborado por jesuitas conocidos como los bolandistas, nombre que surgió del sacerdote que fundó a este grupo de eruditos, el belga Jean Bolland.
“La búsqueda del cuerpo, que parecía inalcanzable, se retomó en 1806, cuando el ministro general de los frailes, Nicola Papini, con la ayuda de algunos frailes, condujo en el más absoluto secreto, trabajando de noche y ocultando en las mañanas todo rastro de los trabajos, una nueva excavación. Sin embargo, el avance de las tropas napoleónicas en el territorio del Estado pontificio detuvo la obra e hizo que todo se pospusiera para tiempos mejores”, escribió Mons. Accrocca.
En 1818 y tras la caída definitiva de Napoleón y sus tropas, se reanudaron los trabajos bajo la guía de Giuseppe Maria de Bonis.
“Después de un primer y fallido intento, se volvió a excavar en la dirección en la que había indicado Nicola Papini y, finalmente –el 12 de diciembre– los restos del santo fueron encontrados”, explicó el Arzobispo.
Lo que se encontró, concluyó el experto, “no era un cuerpo incorrupto o de pie, sino simplemente los huesos de una persona que había sufrido y que, por este motivo, habrían podido constituir para otros como él una forma más real de referencia. El ícono, en definitiva, de un hombre de carne y hueso que había hecho de Cristo su razón de vivir”.
Mons. Felice Accrocca es autor de varios libros de estudios franciscanos como “Francisco y sus imágenes: Momentos de la evolución de la consciencia histórica de los frailes menores”, “Francisco: Un loco por amor”, “Vivía en Asís un hombre de nombre Francisco: Una introducción a las fuentes biográficas de San Francisco” y “Francisco, un hombre nuevo: La vida de un hombre santo”.
POR WALTER SÁNCHEZ SILVA | ACI Prensa

LA CIENCIA CONFIRMA PARTE DE POPULAR LEYENDA ATRIBUIDA A SAN FRANCISCO DE ASÍS

Un equipo de científicos europeos ha confirmado parte de la leyenda del saco de pan que San Francisco de Asís habría enviado, con ayuda de un ángel, a frailes franciscanos agobiados por el hambre y el aislamiento en un monasterio italiano, en el invierno de 1224.
En un artículo publicado en la revista Radiocarbon, de la Universidad de Cambridge, los científicos, encabezados por Kaare Lund Rasmussen, profesor asociado de la University of Southern Denmark, destacaron que esta es la primera vez que el “saco de San Francisco” fue estudiado por la ciencia.
Según la leyenda, San Francisco se encontraba en Francia y envió el saco lleno de panes a sus hambrientos hermanos en el monasterio de Folloni, cercano a Montella, en Italia.
El saco ha sido conservado en el monasterio hasta la actualidad.
Los científicos explicaron que “analizamos muestras del saco para obtener una fecha de radiocarbono (14C) y buscar rastros de pan”.
El estudio reveló que el saco en verdad databa del periodo entre 1220 y 1295, “lo que coloca el textil en el marco de tiempo adecuado según la leyenda”, explicaron.
Además, el análisis químico reveló la presencia de ergosterol, “un biomarcador conocido de la elaboración de la cerveza, de horneado o de agricultura”.
“En este artículo hemos demostrado la validez del ergosterol como un biomarcador para la presencia de pan en el pasado”, señalaron.
Como conclusión, los científicos señalaron que “parece que hay una buena correspondencia entre la leyenda franciscana y los dos métodos científicos más decisivos que son relevantes para analizar el saco”.
“Aunque no es una prueba, nuestro análisis muestra que el saco en verdad podría ser auténtico”.
En declaraciones recogidas por la University of Southern Denmark, Kaare Lund Rasmussen advierte que si bien el saco corresponde con la época de la leyenda, que haya sido enviado por San Francisco y llevado por un ángel es más una interrogante de fe que de ciencia.
Redacción ACI Prensa

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