Mons. Luis Argüello, Obispo Auxiliar de Valladolid
(España) y portavoz y secretario general de la Conferencia Episcopal Española
(CEE) concedió una entrevista al diario El Mundo
donde aseguró que la eutanasia es “en realidad aniquilar al sujeto que sufre”,
que la presión a la escuela concertada es “de manera indirecta” un ataque a la
Iglesia y que el pin parental no es algo que tranquilice a los obispos.
En relación con el nuevo Gobierno de España formado por el PSOE y
Podemos, Mons. Argüello aseguró que desean “una
colaboración leal en la que digamos que queremos un pacto educativo o
denunciemos prácticas españolas y de la UE que dificultan la acogida de
personas que huyen de sus países. La colaboración leal es también una
colaboración crítica”.
Además explicó que “el punto de debilidad
del nuevo gobierno también podría ser su gran oportunidad: favorecer de verdad
un diálogo para el bien común”, y animó a que sea “un ejercicio de razón y no una expresión de la cultura
del enfrentamiento”.
En relación con la posible legalización de la eutanasia, que comenzó a
tramitarse en el Congreso de los Diputados hace tan sólo una semana a propuesta
del PSOE, el portavoz de la CEE aseguró que se debe “poner
una línea roja ante la muerte como salida, solución a los problemas o alivio al
sufrimiento, que en realidad es aniquilar al sujeto que sufre”.
EDUCACIÓN
En la entrevista, Mons. Argüello también abordó la asignatura de
Religión, que el Gobierno socialista ha intentado eliminar o rebajar su
categoría, por lo que sería una asignatura voluntaria, sin ninguna opción
alternativa y no contaría para la media académica.
El Obispo Auxiliar de Valladolid dijo que “para
que una asignatura tenga dignidad ha de ser como las demás. Es decir, evaluable”
e insistió en que “en una época amenazada por
corrientes antihumanas, el que un elemento humanizador como el cultivo de la
dimensión espiritual y religiosa esté en currículo, es de más actualidad que
nunca”, y que si esta asignatura desapareciera los Obispos de España
pedirían al Estado Español que “cumpla los
acuerdos” Iglesia-Estado de 1979.
Asimismo, señaló que se usa el concepto de “demanda
social” para exponer los motivos de la ley de eutanasia, pero que no se
la quiere tener en cuenta cuando se aborda la existencia de la escuela
concertada.
Indicó que la ofensiva del Gobierno socialista hacia este tipo de
escuela, que es privada pero que recibe subvenciones públicas, es un ataque a la Iglesia de manera indirecta “en la medida que la
mayoría de la escuela concertada es de iniciativa eclesial”.
Mons. Argüello también habló sobre el pin parental propuesto por Vox,
que requiere que se informe previamente a través de una autorización expresa
sobre cualquier materia, charla, taller o actividad que afecte a cuestiones
morales socialmente controvertidas o sobre la sexualidad, que puedan resultar
intrusivos para la conciencia y la intimidad de los hijos.
Mons. Argüello precisó que el pin parental “no
nos tranquiliza mucho”, ya que “si hay motivos para que
algunos padres saquen a sus hijos, no me alegro porque cinco se puedan ir, me
preocupan los 20 que se quedan”.
Además aseguró que han comunicado al Ministerio que “hay que acordar propuestas que tengan que ver con los
derechos humanos de primera y segunda generación. Y poner en la sombra los
derechos humanos de tercera y cuarta generación, que son cómo dar carta de
naturaleza a las diversidades y propuestas antropológicas en las que no hay
acuerdo. Implantar criterios de igualdad, de educación afectivo-sexual, de
perspectiva de género…”
Recordó que aunque la mayoría de los colegios de la
Iglesia son de integración, también gestiona los de educación diferenciada.
Sobre la educación diferenciada, Mons. Argüello
aseguró que en países escandinavos y algunos estados de Norteamérica “están
recomendando que en determinados tramos de edad pudiera ser recomendable la
diferenciación. No nos lo planteamos por fe, sino por los expertos. No hace
falta tener un prejuicio negativo sino dejar que los pedagogos dialoguen. La
educación diferenciada puede ser territorio de la libertad de los centros y los
padres“.
E insistió en que “hoy en lo que tiene que
ver con la antropología, falta libertad para plantear asuntos sin que a uno le
acusen de algún tipo de fobia”.
Redacción ACI Prensa
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