El Arzobispo Emérito de La Plata (Argentina), Mons.
Héctor Aguer alertó sobre la peligrosa “propaganda gay” que prolifera en
internet, incluso con imágenes de menores y que está al alcance de muchos.
En una reciente reflexión, Mons. Aguer cuestionó aquellos videos que
difunden actos homosexuales y “que incluyen
perversiones” como el incesto,
sadomasoquismo y fetichismo.
“Muchas de esas páginas muestran niños”, “alimento
ideal para voraces pedófilos. No se comprende cómo ese material puede circular
libremente”, denunció el Prelado.
“Qué efectos puede causar esa exhibición
propagandística del universo gay, copiosamente financiada, entre los miles y
miles de usuarios”, cuestionó.
El Arzobispo Emérito advirtió que la propaganda gay busca “persuadir a muchos de que esos desórdenes son normales”.
“La curiosidad puede inducir a la imitación; el acostumbramiento acaba por
inhibir las reacciones espontáneas de repulsa, que podrían causar en personas
comunes, aunque no suficientemente formadas”, aseguró.
“Debemos tomar en cuenta además, el contexto de una
cultura deshumanizada, que ha perdido el sentido de lo que es natural”, advirtió.
En ese sentido, el también miembro de la Academia Nacional de Ciencias
Morales y Políticas, aseguró que “los medios de comunicación
y la extensión de la ideología de género cada vez con más frecuencia califican
de homofóbica a una concepción de la sexualidad fundada en el orden natural”.
QUÉ DICE LA IGLESIA
SOBRE LA HOMOSEXUALIDAD
Respecto a los cristianos que experimentan una inclinación homosexual,
prosiguió el Prelado, el Catecismo de la Iglesia Católica afirma que “‘están llamados a realizar la voluntad de Dios en su
vida’ y a unir al sacrificio de la Cruz del Señor las dificultades que puedan
encontrar a causa de su condición”.
"Las personas homosexuales están llamadas a la
castidad. Mediante virtudes de dominio de sí mismo que eduquen la libertad
interior y a veces mediante el apoyo de una amistad desinteresada, de la
oración, y de la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y
resueltamente a la perfección cristiana", citó.
“En este lugar habría que considerar las valiosas
experiencias psicológicas de reversión de la tendencia homosexual, que son
acalladas interesadamente”, manifestó.
Mons. Aguer explicó que el Catecismo de la Iglesia Católica “distingue, no discrimina”; y “según la enseñanza de la moral cristiana, no se condena
la tendencia homosexual, de la cual se dice que reviste formas muy variadas a
través de los siglos y de las culturas”, citó.
“Para identificar esta realidad y juzgar verazmente
acerca de ella, es fundamental el concepto de naturaleza humana y del orden
objetivo que de ella se sigue y que prescribe comportamientos acordes,
universalmente válidos; es posible distinguir las conductas opuestas”, explicó.
En ese sentido, “la tendencia homosexual es
objetivamente desordenada, y ‘su origen psíquico permanece en gran medida
inexplicado’. Esta indicación es de suma importancia, sobre todo frente a una
masiva propaganda que pretende hacerla pasar por normal, por natural, cuando
aún el sentido común puede advertir que no se ajusta a la regla que expresa la
realidad de lo que es el hombre, el cómo son las cosas según el orden la
creación”.
El Catecismo “rechaza lo que hoy se llama
homofobia; dice, respecto de los homosexuales, que deben ser acogidos con
respeto, compasión y delicadeza, y se ha de evitar respecto de ellos todo signo
de discriminación injusta. Esta posición es, por otra parte, todo lo contrario
del ‘orgullo gay’”.
“Pero los actos homosexuales son intrínsecamente
desordenados, contrarios a la ley natural, ya que les falta la debida
complementariedad afectiva y sexual, que solo se verifica en la relación
varón-mujer, tal como está inscripto en sus cuerpos; por tanto, aquellos actos
están cerrados a la procreación, a la comunicación del don de la vida”.
“La apertura es, junto a la manifestación física
del amor, propiedad esencial de la actuación sexual. No es necesario argumentar
largamente para que se advierta cómo son las cosas más allá de una caprichosa
voluntad subjetiva o de emociones y percepciones desarregladas”, explicó Mons. Aguer.
En su mensaje el Arzobispo Emérito de la Plata recordó los pasajes
bíblicos de la destrucción de Sodoma, la conducta sexual de los paganos
descrita en el primer capítulo de la Carta a los Romanos, la conjura de Pablo
en la Primera Carta a los Corintios, la Primera Carta a Timoteo, entre otros.
“La tradición cristiana ha enseñado unánimemente
que los actos homosexuales carecen de bondad objetiva, es decir, son
intrínsecamente desordenados, como se ha explicado antes”, reiteró.
“Varios documentos del magisterio posconciliar han
recordado esta doctrina, contra la opinión de aquellos que apremian para verla
cambiada y acomodarla con la cultura secular, que no reconoce la antropología
cristiana y su concepción de la persona”, finalizó.
Redacción ACI Prensa
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