miércoles, 8 de enero de 2020

ORAR EN EL CORO


Cuando estuve escribiendo mi libro Obispo reinante, me resultó bastante arduo encontrar el horario de las horas canónicas en una catedral. Finalmente, lo obtuve y os lo compartí. Ahora traigo aquí otro de esos datos concretos interesantes, muy interesantes: el horario en un convento del siglo XVII en México. La cita está sacada del libro Las esposas de Cristo de Asunción Lavrín.

Una monja del convento dominico de Santa María la Gracia de Guadalajara observaba el siguiente horario.

4:00 a.m. Despertar
4:30-5:00 Oración mental
5:00-6:30 Rezos de prima y tercia
6:30-7:15 Desayuno. Rezos de sexta y nona, con una misa y rezo del rosario
9:00-12:00 Trabajo de mediodía en obligaciones conventuales

12:00-1:30 p.m. Almuerzo de mediodía. Lecturas espirituales
1:30-2:30 Periodo de descanso
2:30-3:00 Rezos de vísperas y completas
3:00-5:00 Trabajo en obligaciones conventuales

5:00-5:30 Colación y lecturas espirituales
5:30-8:00 Descanso
8:00-8:30 Rezos de laudes. Disciplina comunitaria (una vez por semana)
8:30-10:00 Cena en las celdas
10:00 Retiro nocturno

Ahora apuntemos algunos comentarios. Lo primero que destaca es que la vida espiritual se fundaba esencialmente en la oración vocal del coro. El horario solo dejaba media hora para la oración mental.

El otro aspecto interesante era la costumbre de unir horas canónicas. En ese convento, en tres momentos de día se unían varias horas, aunque en uno de esos momentos la misa estuviera en medio.

No nos debe llamar demasiado la atención el que el coro rezara sus oficios fuera de los momentos naturales de cada hora. En todas partes, se había generalizado la idea de que uno había sido el origen de los nombres de las horas, y otra era la costumbre secular de distribuir los rezos. Para los religiosos y los sacerdotes seculares, los nombres solo tenían un interés histórico.

Por este horario sabemos que las monjas dormían seis horas y una de siesta. (Dormilonas, absteneos de ingresar en esta santa casa.) Aunque nada impedía que una monja cenara apenas nada y se metiera en la cama cuanto antes, añadiendo como mínimo una hora más de sueño.

Para los muy expertos añadiré que la lista de ese convento tiene un “error” que estaría así en el texto original o en la transcripción de la autora. Pero es un error muy pequeño. Leeré los comentarios para ver si alguien lo descubre y cuál sería la solución. Si nadie lo descubre, mañana lo diré.

P. FORTEA

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