Hay que evitar
cualquier manipulación de las nociones del bien y del mal.
Por: P. Fernando Pascual, LC | Fuente: Catholic.net
En casi todas las guerras los políticos y los
militares animaban a sus pueblos y a sus soldados para que luchasen con
bravura.
Entre los discursos que pronunciaban esos
políticos y militares, con frecuencia aparecía la idea de que "nosotros somos los buenos", acompañada
de la otra idea "ellos son los malos".
Ese modo de presentar un conflicto y de animar a
los soldados a la lucha supone un presupuesto fundamental en la existencia
humana: según el cual sería correcto luchar por una
causa buena y justa.
Al mismo tiempo, quienes incitan a la guerra a "los suyos" suelen descalificar a los
enemigos, vistos como quienes luchan por una causa mala e injusta.
Aquí surgen un sinfín de preguntas: ¿quién garantiza que unos son buenos y otros malos? ¿No
existe el peligro de manipular conceptos tan valiosos como bondad y justicia
para defender causas injustas y para engañar a la gente?
En ocasiones, al estudiar una guerra concreta
resulta bastante fácil señalar que unos actuaban movidos por la injusticia y
otros tenían la justicia de su parte.
Pero incluso en ese caso, los que luchaban por
una causa injusta motivaban a sus soldados con el argumento (falso) de que su
causa era justa y de que debían luchar por ella...
Actuar así (presentar lo injusto como justo) es,
ciertamente, gravemente erróneo. Sin embargo, manifiesta que entre quienes se
dejan llevar por ambiciones y deseos injustos queda en pie el horizonte de
respeto a la justicia que radica en el corazón de cada ser humano.
Sería absurdo, en efecto, presentar a un pueblo
y a un ejército la propia causa como injusta, pues ello resulta contradictorio.
Por lo mismo, incluso los más perversos promotores de guerras agresivas quieren
aparecer como defensores de la justicia y de la paz...
Causa pena ver cómo miles, millones de seres
humanos, son engañados por quienes presentan lo malo como bueno, el delito como
derecho, lo injusto como justo. Porque así se lanza a unos seres humanos contra
otros, contra las víctimas de guerras y de leyes que matan a inocentes.
Por eso, ante cualquier propuesta de guerra,
ante cualquier ley que permita eliminar o privar de sus derechos a otros seres
humanos, hay que evitar cualquier manipulación de las nociones del bien y del
mal, para que conceptos como bueno y justo solo sean aplicados a lo que
verdaderamente merece ser calificado con esos términos.
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