Esto es práctico.
Esto es un hecho. Esto es biología
Por: n/a | Fuente: GaudiumPrress.org
La bióloga molecular y catequista Rebecca
Salazar expuso en la plataforma católica Aleteia una evidencia biológica que
contribuye a ubicar en el mes de diciembre la fecha de nacimiento de Cristo y
que se relaciona con un sorpresivo dato teológico que puede aportar una visión
novedosa a nuestra comprensión del misterio del Nacimiento del Salvador. Su
hallazgo le permitió superar un cierto escepticismo sobre la precisión de la
tradición y se relaciona de forma concreta con su formación científica.
"Hace mucho tiempo,
acepté la idea de que el 25 de diciembre probablemente no era la fecha real del
nacimiento de Cristo, que la fecha real era desconocida, pero probablemente en
la primavera", relató Salazar, quien creyó que la designación
del día 25 de diciembre correspondía a un aspecto legendario y que sería una de
las ilusiones infantiles que se dejan de lado al crecer. Sin embargo, no dejó
de investigar cuál podría ser la fecha auténtica.
Un primer acercamiento a la evidencia histórica
le permitió conocer su coincidencia con la fecha probable del ingreso de
Zacarías al templo y el anuncio de la gestación de su esposa Isabel, quien
tenía seis meses de embarazo cuando el Ángel anunció la Encarnación del Señor a
la Santísima Virgen. Otro importante argumento es la tradición de que los
grandes profetas fueron engendrados y murieron en la misma fecha. Para el
Mesías, esta fecha fue el 25 de marzo, fijada como Fiesta de la Anunciación,
pudiendo ubicarse la fecha de su nacimiento nueve meses después, el 25 de
diciembre. "Son buenos argumentos, mantenidos
según estrictos estándares de investigación histórica y lógica, dentro de sus
propios campos", comentó Salazar.
Para la investigadora, sin embargo, estos datos
no le satisfacían, por encontrarse en búsqueda de un hecho material concreto.
Una de sus objeciones era la posible explicación de la presencia de pastores en
los campos en medio de la noche cuando recibieron el anuncio del nacimiento del
Mesías: estar a la espera del parto de sus animales, algo que normalmente
ocurre en primavera. Alguien le hizo esta pregunta concreta y Salazar, en lugar
de exponer las razones religiosas para elegir el 25 de diciembre, resultó
preguntándose si sus datos eran correctos. "¿Realmente
nacieron los corderos en primavera en Israel?", se cuestionó. "¿Puedo averiguarlo?".
"La oveja Awassi es
una oveja del desierto, una raza de cola gorda que ha existido en el Medio
Oriente durante aproximadamente 5,000 años. Es la única raza indígena de ovejas
en Israel. Se crían para lana, carne y leche", resumió
la redactora sobre sus hallazgos. "La oveja
awassi se reproduce en el verano y da a luz sus corderos en el invierno, cuando
hay suficiente pasto para las ovejas en lactancia. En Israel, la temporada
principal de parto es de diciembre a enero". Estos datos cambiaron
su perspectiva. "Esto es práctico, pensé. Esto
es un hecho. Esto es biología".
Las evidencias resultaron no sólo hablar en
favor de la tradición litúrgica de la Iglesia, sino que le comunicaron un
aspecto hasta entonces desconocido para ella. "Jesús,
el Cordero de Dios, nació al mismo tiempo y en el mismo lugar que todos los
corderos pascuales", reconoció. "Por
supuesto, esta fecha fue tal para que el día de su entrada y salida del mundo
sea el mismo. Por supuesto, el nacimiento de Juan el Bautista es cuando es porque el
nacimiento de Jesús realmente es cuando es".
"La biología otorga gran
valor a la simetría, y aquí había una simetría para deleitar mi intelecto, una
simetría de la historia y la teología y la biología", concluyó
Salazar. "Antes, honestamente había llorado la
pérdida de mi asombro infantil; ahora encuentro que esta comprensión ha
producido un asombro mayor y más profundo sobre la providencia de Dios. Es
realmente correcto y justo".
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