En el marco del Día de Acción de Gracias
(Thanksgiving), que Estados Unidos celebra como recuerdo de la primera cena de
agradecimiento en 1621 de un grupo de peregrinos con nativos y en la que se dio
gracias a Dios por la abundancia de cosechas en el nuevo mundo, aquí tres
oraciones que en este día se pueden rezar en familia o en comunidad:
ORACIÓN DE ACCIÓN DE
GRACIAS
Oh Dios, te agradecemos por esta tierra, nuestro hogar; por el ancho
cielo y el sol bendito, por la salada mar y la corriente del agua, por las inmensas
colinas y los vientos que nunca descansan, por los árboles y la hierba bajo los
pies.
Nosotros te agradecemos por nuestros sentidos con los que escuchamos el
canto de las aves, vemos el esplendor de los campos de verano, saboreamos las
frutas de otoño, nos regocijamos al sentir la nieve y respiramos el aliento de
la primavera.
Danos un corazón muy abierto a toda esta belleza; y guarda nuestras
almas de ser tan ciegas que pasamos sin ver, incluso cuando la zarza común está
ardiendo con tu gloria.
Oh Dios, creador nuestro, que vives y reinas por los siglos de los
siglos. Amén.
(Traducido
de: Living God’s Justice: Reflections and Prayers, compiled by The Roundtable
Association of Diocesan Social Action Directors)
ORACIÓN EN LA MESA DE
ACCIÓN DE GRACIAS
Oh Dios misericordioso, te damos gracias por tu generosidad desbordante
para con nosotros. Gracias por la bendición de los alimentos que comemos y
especialmente por la fiesta de este día. Gracias por nuestro hogar, la familia
y amigos, especialmente por la presencia de los aquí reunidos.
Gracias por nuestra salud, nuestro trabajo y nuestro juego. Por favor,
envía tu ayuda a aquellos que tienen hambre, están solos, enfermos y sufriendo
la guerra y la violencia.
Abre nuestros corazones a tu amor. Te pedimos tu bendición por Cristo,
tu Hijo. Amén.
(Traducido
de: Celebrating Faith: Year-round Activities For Catholic Families, by Mary
Cronk Farrell)
ORACIÓN
Esta Acción de Gracias nos permite, a aquellos que tienen mucho y
aquellos que tienen poco, reunirnos en la mesa de bienvenida del Señor. En esta
fiesta bendita, ricos y pobres debemos recordar que somos llamados a servir a
los demás y a caminar juntos en el mundo de la gracia de Dios. Por ello, con
corazones agradecidos alabemos a nuestro Dios que como un padre amoroso no nos
niega lo bueno. Amén.
(Traducido
de: Songs of Our Hearts, Meditations of Our Souls: Prayers for Black
Catholics, edited by Cecilia A. Moor, Ph.D., C. Vanessa White, D.Min., and Paul
M. Marshall, S.M.).
Redacción ACI Prensa
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