El equipo de expertos en bioética de la Conferencia Episcopal Polaca se
pronunció sobre la creación de híbridos humano-animales y expresó que “la manipulación que pueda socavar los valores
fundamentales de la dignidad y la vida humana no pueden ser aceptados”.
La opinión del equipo de expertos de la CEP fue presentada el 28 de
octubre como respuesta a la creación de híbridos humano-animales anunciado a
fines de julio por el equipo de Hiromitsu Nakauchi de la Universidad de Tokio
(Japón) y la Universidad de Stanford, de California (Estados Unidos).
“El objetivo del experimento es lograr formar
tejidos y órganos mediante un método híbrido, que no sean rechazados por el
cuerpo del paciente durante el procedimiento de trasplante”, se puede leer en el documento del equipo episcopal, que enfatiza que
este asunto es importante, actual y requiere una posición.
El experimento de Nakauchi se dio luego que en marzo de 2019 el
Ministerio de Ciencia y Educación de Japón emitió nuevas pautas que permiten la
creación de embriones humanos-animales, a través de la inyección de células
madre pluripotentes inducidas (iPS por sus siglas en inglés) humanas, las
cuales son células reprogramadas a un estado de tipo embrionario y que pueden
dar lugar a casi todo tipo de órgano o tejido, en embriones animales.
De acuerdo a la revista Nature, Nakauchi comentó que la aprobación le
permitirá experimentar con iPS en etapas sutilmente diferentes y probará
algunas células iPS para tratar de determinar qué limita el crecimiento de
células humanas en embriones animales.
Ante esto, los expertos del equipo de la CEP señalan que “no se puede hacer una evaluación moral de la
investigación biomédica únicamente a través del lente de las intenciones o los
objetivos asumidos”.
“Todo tipo de experimentos y manipulaciones deben
permanecer en conformidad interna con la funcionalidad natural de los tejidos y
órganos, así como con la orientación estructural fundamental de la naturaleza
humana”, añadieron.
Además recordaron que cualquier investigación realizada debe tener
conciencia del riesgo del desarrollo descontrolado de tejidos humanos (incluso
tan específicos como las neuronas y los gametos humanos) en el cuerpo animal,
seguido de la presencia de células animales en los tejidos humanos que se
trasplanten al cuerpo del receptor.
Además señalan que el experimento “no parece
tener en cuenta el riesgo de transmisión a los humanos de enfermedades típicas
de las especies de animales utilizadas para la producción de órganos para
trasplante”.
Los expertos recuerdan las palabras del Papa Francisco de la encíclica
Laudato Si, que advierten que “es contrario a la
dignidad humana hacer que los animales sufran o mueran innecesariamente”, enfatizando
que “Dios confía [los animales] al hombre, pero al
mismo tiempo el hombre es responsable ante el Creador por la forma en que los
trata”.
Finalmente, toman las palabras del discurso de San Juan Pablo II a los
participantes del 18° Congreso Internacional de la Sociedad de Trasplantes de
2000, para recordar que pese a “la escasez de los
órganos para trasplante, la biomedicina no tiene que usar métodos riesgosos y
moralmente cuestionables”.
“Con el fin de lograr en cierta medida los
objetivos que motivan la creación de híbridos humano-animales, uno debería
apoyar las campañas de información y el acceso a los registros de donantes de
sangre y órganos, así como apoyar la donación éticamente posible de tejidos y
órganos durante la vida y después de la muerte”, concluyeron.
Redacción ACI Prensa
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