Director
de Courage
El Vaticano ha
anunciado la concesión al sacerdote Phillip Bochanski de la Cruz Pro Ecclesia
et Pontifice, una condecoración que se otorga a los católicos que destacan por
su largo y distinguido servicio a la Iglesia. El P. Bochanski está volcado en
la atención pastoral de homosexuales, ayudándoles a mantenerse castos.
(InfoCatólica) El P. Bochanski es director de
Courage, una ministerio enfocado en acompañar y dar apoyo pastoral
a las personas homosexuales para que puedan vivir por gracia en castidad.
También se presta apoyo a sus familias.
Desde el Twitter de Courage se
ha manifestado la satisfacción de la organización por el reconocimiento que ha
recibido su fundador y director:
Por su parte, el
sacerdote condecorado ha asegurado que su trabajo con Courage ha transformado
su vida y su sacerdocio, y ha dicho que espera «que toda la familia Courage vea
este honor concedido por el Pontífice como el reconocimiento de su
compromiso a favor de decir la verdad en la caridad, que siempre
está al servicio de la Iglesia y su misión».
En declaraciones a CNA. el P.
Bochanski ha constatado que existe «una gran oposición
a las enseñanzas de la Iglesia por
parte del mundo secular y, en los últimos años, parece que no siempre está
claro que en la Iglesia todos reconozcan y acepten la bondad de sus
enseñanzas».
El presbítero asegura que aquellos homosexuales que aceptan su ministerio se sienten verdaderamente
liberados al abrazar las
enseñanzas de la Iglesia.
La
condecoración le será entregada por Mons. Charles Chaput, arzobispo de Fidalelfia que
no solo defiende la doctrina católica sobre la homosexualidad y el
acompañamiento de las personas homosexuales, sino que también advierte contra
las falsas enseñanzas del sacerdote James Martin, y de los
obispos que le apoyan,
que se dedica a decir a los homosexuales que pueden mantener relaciones con
parejas de su mismo sexo, contraviniendo la doctrina y moral católicas.
La doctrina católica sombre la
homosexualidad y las relaciones homosexuales está claramente explicada en el
Catecismo:
2357 La homosexualidad designa las
relaciones entre hombres o mujeres que experimentan una atracción sexual,
exclusiva o predominante, hacia personas del mismo sexo. Reviste formas muy
variadas a través de los siglos y las culturas. Su origen psíquico permanece en
gran medida inexplicado. Apoyándose en la Sagrada
Escritura que los presenta como
depravaciones graves (cf Gn 19, 1-29; Rm 1, 24-27; 1 Co 6, 10; 1 Tm 1, 10), la Tradición ha declarado siempre que “los actos homosexuales son
intrínsecamente desordenados” (Congregación
para la Doctrina de la Fe, Decl. Persona humana, 8). Son contrarios a la ley
natural. Cierran el acto sexual al don de la vida. No proceden de una verdadera
complementariedad afectiva y sexual. No pueden recibir aprobación en
ningún caso.
2358 Un número apreciable de
hombres y mujeres presentan tendencias homosexuales profundamente arraigadas. Esta inclinación, objetivamente desordenada, constituye para la mayoría
de ellos una auténtica prueba. Deben ser acogidos con respeto, compasión y
delicadeza.
Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta. Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al
sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar a causa
de su condición.
2359 Las personas homosexuales
están llamadas a la castidad. Mediante virtudes de dominio de sí mismo que
eduquen la libertad interior, y a veces mediante el apoyo de una amistad
desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, pueden y
deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana.
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