Se ha suscitado el asunto de si
crear un rito amazónico para la misa. La cuestión es ¿por
qué no crear un rito heavy metal o un rito rock? ¿Si eres un pueblo tienes
derecho, aunque sean pocos? ¿Y si son millones de personas de todas las edades,
ya se carece de ese derecho? Puigdemon no estaría de acuerdo. ¿Por qué no se podrían crear distintos ritos según la
formación teológica o intelectual? Sería tan interesante la
interactuación eclesial entre un Rito de Tabarnia y un Rito de Tractorlandia.
Ahora mismo hay una unidad
litúrgica en la Iglesia. Los venerables ritos que hay en la Iglesia enriquecen
esa unidad. ¿Pero tendría alguna ventaja fragmentar
esa unidad?
Buena parte de la población del
Amazonas ya está totalmente mezclada con población europea. Los jóvenes indios
viven en ciudades, leen profundos artículos de teología y de liturgia, alguno
de ellos hasta lee este blog, selon toute
probabilité.
Esos jóvenes, nos guste o no,
están más insertos en la civilización global del siglo XXI que en una cultura
que tuvo su razón de ser en un ambiente determinado, en una época (que como
aquellas golondrinas de Bécquer) ya no volverá. Los jóvenes de Brasil conocen
más las andanzas de Neo en Matrix que
las hazañas del indio Pujinatoli con su mono Monñanchamo.
Volverán las oscuras
golondrinas en tu balcón sus nidos a colgar, y otra vez con el ala a sus
cristales jugando llamarán. Pero aquellas que el vuelo refrenaban tu hermosura
y mi dicha a contemplar, aquellas que aprendieron nuestros nombres... ésas...
¡no volverán!
Claro que tampoco me parece tan
mal esto del Rito de la Selva, quizá esta sea mi oportunidad para solicitar la
aprobación de mi rito forteniano. Y no solo forteniano, sino ultraforteniano de
la estricta observancia.
P. FORTEA
No hay comentarios:
Publicar un comentario