El Arzobispo Emérito de Cracovia (Polonia),
Cardenal Stanisław Dziwisz, explicó por qué considera que el episcopado polaco
pidió hace unos días al Papa Francisco que declare a San Juan
Pablo II como Doctor de la Iglesia y patrono de Europa.
El Cardenal Dziwisz, que fue secretario personal de San Juan Pablo II
por más de 40 años, dijo hace unos días durante el congreso del movimiento “Europa Christi”, que el Pontífice polaco merece
este reconocimiento por haber “contribuido con un
gran soplo de aire fresco a la vida de la Iglesia y, a través de ella, a los
espacios universales más amplios de cultura, política y ciencia ampliamente
entendidas”.
Asimismo, desarrolló tres puntos esenciales que hacen a San Juan Pablo
II digno de tales reconocimientos.
1. LA VISIÓN DE JUAN
PABLO II DE LA IGLESIA: UN DOCTORADO EN ECLESIOLOGÍA
El Cardenal polaco comentó que San Juan Pablo II tuvo “una gran cantidad de discursos públicos, audiencias,
viajes al extranjero y documentos ricos en contenido que demostraban no solo su
diligencia, sino también el verdadero amor a la Novia de Cristo (la Iglesia)”.
“Veo la importancia del testimonio del Papa,
principalmente en cómo Wojtyla entiende a la Iglesia. Incluso antes de ser
elegido para la Santa Sede de Pedro y Pablo, los Apóstoles, escribió en Stanislaus
que la Iglesia establece para él el espacio más íntimo de su propio ser
interior y es el ‘fondo de su ser’. Como consecuencia de su encuentro con
Cristo, el Papa Wojtyla admitió a la Iglesia en el centro de su vida personal”, dijo el Purpurado.
“La Iglesia se ha convertido en un hogar para él
–continuó–, y él se convirtió en un hogar para la Iglesia. Cualquiera que lo
haya conocido personalmente una vez y recuerde su aspecto y la sensación de sus
manos, sabrá cómo entender estas palabras. En ellas no había extrañeza ni
distancia. Como hombre dedicado a Dios y a la Iglesia, se entregó a las
personas y encontró un lugar para ellas en su interior”.
El Cardenal Dziwisz resaltó que, ante el desafío de enfrentar un mundo
fragmentado, “Juan Pablo II predicó constantemente
el misterio de la Iglesia como un hogar para todos” y se evidenció en “su voluntad de estar cerca de las personas”.
“Se puede afirmar sin exagerar que durante el
pontificado de Juan Pablo II, la Iglesia nuevamente mostró su rostro humano y
se convirtió en un hogar nuevamente. Esto se evidencia no solo por los eventos
específicos cuya escala coincide con los desafíos de los tiempos modernos (…),
sino también por una serie de documentos papales” y por su contenido, destacó
el Purpurado.
En ese sentido, recordó la importancia de la
exhortación apostólica post-sinodal Familiaris Consortio, “en el que se
levanta de facto una pequeña excomunión de personas divorciadas y se les invita
a integrarse más profundamente con la Iglesia”.
“Esta nueva eclesiología expresada más en la vida
práctica que en el papel merece ser llamada eclesiología cordial. Una apertura
misionera de la Iglesia, tenor pastoral del ministerio petrino, que muestra que
el rostro amigable de la Iglesia son todos los frutos de una visión tan cordial
de la Iglesia, arraigada profundamente en el corazón de Juan Pablo II”, acotó.
Asimismo, el Cardenal Dziwisz llamó la atención sobre otra dimensión más
del testimonio de la Iglesia del Papa San Juan Pablo II: La búsqueda de la razón, especialmente a través de su
encíclica Fides et Ratio.
“Ahora, en la era de la posmodernidad, Wojtyla
sigue siendo un firme defensor de la razón. La modernidad tardía rechaza la
razón y su capacidad de explorar y descubrir la verdad (…) Como hombre del
espíritu, también es un intelectual brillante, y como filósofo, también es un
teólogo practicante. Su servicio cordial para ofrecer a las personas un hogar
en la Iglesia se combina naturalmente y fluye de la vida del intelecto
fascinado por Dios”, dijo.
“La Iglesia de Wojtyla sirve la verdad y al mismo
tiempo sirve la razón”, añadió.
2. JUAN PABLO II Y UNA
COMPRENSIÓN MÁS PROFUNDA DEL HOMBRE: UN DOCTORADO EN ANTROPOLOGÍA
El Cardenal Dziwisz dijo que “todas las
actividades académicas de Karol Wojtyla giraron en torno al misterio del
hombre, de su persona y de sus acciones personales en el mundo”.
“Este largo y complejo proceso de alcanzar la
comprensión del hombre y la búsqueda de la forma más adecuada de expresar la
verdad descubierta, alcanza su plenitud en la Teología del Cuerpo. Esta
teología es, sin duda, la expresión más madura de los pensamientos de Wojtyla
y, al mismo tiempo, es su contribución más original a la historia de la
teología y, más ampliamente, a la historia de la comprensión del hombre”, destacó el Purpurado.
También dijo que si bien San Juan Pablo II no es el primero en abordar
los temas del cuerpo, el matrimonio y la familia en la historia de la Iglesia,
la manera en que aborda estos temas y describe esas realidades, lo convierten
en “creador de una teología integral del cuerpo”.
“Su visión a este respecto sigue siendo una
síntesis sobresaliente de hilos teológicos, filosóficos, psicológicos y
científicos. La razón, la experiencia y la fe le permiten desarrollar de manera
aguda preguntas que prácticamente nunca antes habían sido examinadas por
teólogos”, aseguró.
Finalmente, el Cardenal explicó que esta “teología
responde a las preguntas más profundas del hombre moderno, lo protege contra la
objetivación y señala la belleza de su misterio, que Dios mismo ha hecho a su
imagen y la síntesis de toda la creación. Y a este respecto, especialmente a
este respecto, el Papa Wojtyla seguirá siendo un destacado maestro de la
Iglesia”.
3. JUAN PABLO II COMO
PATRONO DE EUROPA
El Cardenal Dziwisz aseguró que la “personalidad,
pensamientos y trabajo” de San Juan Pablo II “dejaron
una gran huella no solo en la vida de la Iglesia, sino también en toda la
comunidad del mundo”.
“La vida de Karol Wojtyla/Papa Juan Pablo II es un
recordatorio sobre las raíces cristianas de Europa y de toda la civilización
occidental. El Papa demuestra con su vida que ser europeo y ser discípulo de
Cristo no se excluyen mutuamente, sino que se superponen radicalmente”, recordó.
Luego destacó “la contribución de Juan Pablo
II a la historia reciente de Europa”.
“Muchos historiadores, políticos y comentaristas
afirman que el Papa desempeñó un papel central en el derrocamiento del
comunismo y en la integración continental de la comunidad. Fue su ministerio la
piedra angular del despertar nacional de esperanza en Polonia. Fue instrumental
y contribuyó masivamente a la consolidación de los movimientos sociales y
políticos destinados a crear una Europa libre, igualitaria e históricamente
justa”, dijo.
Finalmente, el Purpurado comentó que por todas estas razones, “debe decirse que el Papa Wojtyla no solo es un gran
Doctor contemporáneo de la Iglesia, sino también un prominente mecenas de
Europa, que tiene mucho que decir a todos, tanto creyentes como no
creyentes”.
Redacción ACI
Prensa
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