La vida misma se
inicia con una pugna. Para venir a este mundo, el bebé debe abandonar el cobijo
y la seguridad de que goza en el vientre de la madre y recorrer con dificultad
un estrecho conducto.
Antes de
remontar vuelo a las alturas, el águila debe abrirse paso a picotazos para
salir del huevo.
Antes de
deleitarnos con su gracia y hermosos colores, la mariposa debe de escapar del capullo.
¿POR QUÉ PERMITE
DIOS LAS TRIBULACIONES?
Son muchos los motivos, pero
pueden resumirse en una sola palabra: beneficios.
Él ve los beneficios.
Las pruebas y tribulaciones
fortalecen y moldean nuestro carácter. Hacen de nosotros mejores personas y mejores
cristianos.
Si alguna vez te
parece que las pruebas, tribulaciones y dificultades que enfrentas son tan
intensas que no las puedes soportar, no olvides que el Señor es mayor que
estas. Encomiéndaselas a Él. — DAVID BRANDT BERG
La vida está llena de dificultades.
Si nos descuidamos, este mundo nos agobia con sus innumerables problemas. Nos
quedamos empantanados en ellos y no podemos ver más allá.
Dios quiere que miremos hacia
adelante, por encima de los obstáculos que se nos presentan al momento.
Si te pones de
cara al sol, no verás las sombras.– HELEN KELLER (sorda y ciega toda su
vida)
Que no diga yo
en la enfermedad: “¿Me estoy mejorando de mi dolencia?” Sino más bien: “¿Estoy
mejorando a causa de ella?” — WILLIAM SHAKESPEARE
Medita en las
bendiciones de las que disfrutas en la actualidad –de las cuales todos los
hombres gozan en abundancia–, no en las desdichas del pasado, las cuales todos
han conocido en alguna medida. — CHARLES DICKENS
«Todo lo puedo
en Cristo que me fortalece.» Filipenses 4:13
Helen Keller era sorda y ciega. No
obstante, aprendió a escribir e incluso a hablar. Su ejemplo ha inspirado a
millones de personas, tanto sanas como incapacitadas. “Le agradezco a Dios mis impedimentos” –llegó a
decir–, “pues gracias a ellos me encontré a mí
misma, descubrí mi vocación y hallé a mi Dios.”
John Milton estaba ciego cuando escribió
el poema épico más hermoso de la literatura inglesa, ‘El
Paraíso Perdido’. Fanny Crosby también era invidente cuando escribió más
de 6.000 himnos. Beethoven estaba sordo cuando compuso algunas de sus sinfonías
más grandiosas.
No debemos huir de los
problemas ni acobardarnos cuando vemos que se avecinan.
Más bien debemos pedir a Dios que nos ayude a remontarlos con las alas de la oración.
Más bien debemos pedir a Dios que nos ayude a remontarlos con las alas de la oración.
Si Dios está obrando en tu
vida con el fin de cultivar en ti una determinada cualidad, puede que el
proceso se demore un poco. Un trozo de carbón no se convierte en diamante de la
noche a la mañana; lo mismo sucede con nosotros.
Cuando te parezca que has llegado
al límite de tus fuerzas, aguanta un poco más. Muchas veces la paciencia es la
llave que abre la puerta de la recámara de las bendiciones de Dios.
“La tribulación
produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza.”
Romanos 5:3-4
Romanos 5:3-4
Las dificultades nos
enriquecen. Nos trasladan del plano de la cotidianidad superficial y el ajetreo
de la vida moderna a la dimensión espiritual, que es más profunda. Así mismo,
al percibir el poder divino y ver como Dios nos saca adelante en situaciones
difíciles, aumentan nuestra fe y nuestra esperanza en que Él velará por
nosotros cualesquiera que sean las tempestades que se nos presenten.
«Esta leve
tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno
peso de gloria.»
Nada ocurre porque sí a los
hijos de Dios. Todo responde a un designio genial. Cada problema, revés,
castigo o dolor es un golpe de cincel del Escultor celestial.
«Si sufrimos,
también reinaremos con Él.» (2 Corintios 4:17; Timoteo 2:12)
Hay Alguien que te ama y
entiende exactamente por lo que estás pasando. A Él le interesas más de lo que
te puedas imaginar, y quiere que tengas una vida feliz y productiva, y que seas
una influencia positiva en las vidas de las personas a tu alrededor.
Pide a Jesús que
entre en tu corazón a través de esta oración:
“Jesús, deseo
los dones que Tú nos ofreces: la vida eterna, el amor y un sentido a la vida.
Te abro mi vida y mi corazón ahora y acepto Tu don de salvación. Te ruego que
me perdones todas mis malas acciones, que me ayudes a volver a empezar, a
llegar a conocerte íntimamente y a sentir tu amor. Amén”.
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