Piden asumir los ritos y la cosmovisión indígenas
Un total de 28
teólogos y pastoralistas de Amerindia y la Red Eclesial Panamazónica (ambas
favorables a la teología de la liberación) publicaron un documento de más de
cien páginas sobre la temática del Sínodo de los Obispos el Amazonia. El texto
está plagado de tesis contrarias a la fe católica.
(InfoCatólica) El documento, titulado «Hacia el Sínodo amazónico» (Desafíos
y aportes desde América Latina y el Caribe), fue redactado el pasado abril tras
un encuentro en Bogotá de teólogos y ha sido publicado en la web Amerindia,
Entre otras propuestas, plantean abandonar la doctrina católica Extra ecllesiam, nulla salus (Fuera de la Iglesia no
hay salvación):
«Ahora bien,
evangelizar en un mundo globalizado, diverso y plural, como es el actual, no es
lo mismo que cuando era uniforme y católico: hace falta dialogar con otras
confesiones religiosas, con otras racionalidades, con otras cosmovisiones, lo
cual implica el paso “del exclusivismo intolerante a una actitud de respeto
que acepta que el cristianismo no tiene el monopolio histórico de la salvación”.
Es decir, un cambio de paradigma que se concreta en admitir que “la
cristiandad latinoamericana ha sido remplazada por una pluralidad de culturas y espiritualidades”
y que permite acercarse respetuosamente al mundo multiétnico, multicultural y
multirreligioso que ofrece el mapa de las religiones amazónicas para pensar
en una teología y una espiritualidad autóctonas».
A FAVOR DE LA
ORDENACIÓN DE HOMBRES CASADOS
«Es no
solo conveniente sino necesario y justo, permitir el acceso a la ordenación presbiteral de hombres
indicados por las propias comunidades, con
independencia de su estado civil».
ORDENACIÓN DE
MUJERES COMO DIACONISAS:
«Tenemos la
convicción de que la ordenación de mujeres al diaconado, en manos de las
mujeres y de la Iglesia local de la Amazonía, será una señal de que la Iglesia
efectivamente quiere rescatar la dignidad de la mujer, reconocer sus múltiples
diaconías y dar un rostro nuevo al ministerio ordenado».
A FAVOR DE
REFLEXIONAR SOBRE LA ORDENACIÓN DE MUJERES COMO PRESBÍTERAS
«Somos
plenamente conscientes de la posición de la Iglesia católica con relación a
esta cuestión. Recomendamos, sin embargo, que los teólogos y las
teólogas, respetando de forma reverente los datos de la fe y en profunda
comunión con el Magisterio, puedan continuar con toda libertad la
reflexión sobre la ordenación presbiteral de mujeres, enriqueciendo
su análisis con recursos provenientes de la sicología, la sociología, la
antropología, la historia, la filosofía y la hermenéutica, para poder discernir
la presencia del Espíritu en ese signo de los tiempos que es, según Juan XXIII,
la presencia de la mujer en la vida pública».
SABIDURÍAS
ANCESTRALES Y LA NATURALEZA COMO MADRE NUESTRA
«Este retorno,
desde las experiencias agroecológicas –arriba mencionadas–, implica despojarnos
de muchas distracciones, condicionamientos y ataduras mentales que adormecen la
creatividad, la intuición y la imaginación, a cambio de entender y de reconocer
de nuevo las virtudes, los saberes y las cosmovisiones existentes entre las
etnias ancestrales, las cuales aún conservan la capacidad de leer y concebir la
naturaleza como la verdadera madre. Es imperativo concebir,
asimismo, a los bosques tropicales como una biblioteca viva, un supermercado
vivo, una farmacia viva, la mejor pensión, la catedral de la vida y nuestro
verdadero hogar de vida».
CADA PUEBLO NACE DE
UN PADRE-MADRE ANCESTRAL
«La
‘reciprocidad gratuita’ es uno de los grandes valores de los pueblos
originarios de la Amazonía. Se origina en la comprensión de que cada pueblo
nace de un mismo Padre-Madre ancestral. Son hermanos y hermanas, habitantes de
la misma ‘casa’. Todas las personas asumen la responsabilidad de
asegurar el bien de la ‘casa’, de la vida de los que ahí viven y de los
espacios donde realizan el trabajo, la pesca, la caza, etc».
ROSTRO PROPIO PARA
LA IGLESIA EN LA AMAZONIA
«¡Un rostro
propio para la Iglesia en la Amazonia!, es un grito dirigido al Sínodo por los
cristianos de los bosques y de las zonas urbanas de la región. Teológicamente,
expresa la legitimidad de una Iglesia autóctona, que se remite a una
eclesialidad pluriforme que el Concilio Vaticano II rescató con su
‘regreso a las fuentes’. Pastoralmente, indica la necesidad de la inculturación
de la fe, condición para plasmar un rostro propio, a partir de las
características y necesidades de su propio contexto».
CAMBIO EN LA
ECLESIOLOGÍA GRACIAS AL CONCILIO VATICANO II
«Aunque
tardíamente, el Vaticano II rescató la eclesiología del primer milenio,
afirmando que en la Iglesia local está presente la ‘Iglesia toda’, entera,
aunque ella no sea ‘toda la Iglesia’, pues la Iglesia es ‘Iglesia de Iglesias’.
En
la eclesiología preconciliar, existe una supuesta Iglesia universal, que precede y acontece en las
Iglesias locales, de la que el Papa es el representante y el garante. Ya en la eclesiología
conciliar, no hay Iglesia ni anterior ni exterior a las Iglesias locales».
APOYAR NUEVAS
TEOLOGÍAS
«Acoger y apoyar
la teología india, afroamericana, feminista y la ecoteología,
como soporte para la configuración de una Iglesia con rostro propio».
ASUMIR RITOS
INDÍGENAS, CHAMANES, ETC
«Que el Sínodo
Panamazónico reconozca la dignidad del modo de ser y de la
identidad de cada pueblo, de su propia visión del mundo (mitos), de
sus creencias, de su vida cotidiana y costumbres, de sus formas de celebrar y
vivir la fe (ritos), de sus diferentes servicios (síndicos, rezadoras, bayá,
chamanes, pajés, etc) y de su lengua. Creemos que Dios se manifestó y
sigue manifestándose a través de los símbolos, ceremonias y tradiciones de las
culturas indígenas y afro, donde Él esparció semillas del Verbo
antes de la proclamación del Evangelio. Sabemos que toda cultura tiene que
buscar su propio camino de conversión a la luz del Evangelio, pero la liturgia
de estos pueblos puede contribuir a esa conversión ecológica –¡es tan
urgente!–, transmitiendo esa comunión profunda con la creación que
tendría que ser asumida por todos/as».
Y:
«Por eso hay que
rescatar
las cosmovisiones (la memoria de los antepasados, la relación vital
con la naturaleza, los orixás, los saberes, etc.) y los rituales tradicionales
(jurupari, rezos en lugares sagrados, oración en las diferentes estaciones,
ritos por los enfermos y en los partos, bendiciones de manantiales y semillas,
cerros y caminos, etc.), las músicas y danzas regionales, etc. En las
celebraciones hay que considerar la realidad social y las costumbres de cada
lugar, usar preferentemente formas y símbolos propios de las culturas que
broten de la vida cotidiana (frutas, herramientas de trabajo, bebidas, pescado,
comidas, yerbas aromáticas, trajes, ritmos, cantos, pinturas, ornamentos,
fiestas, etc.) para llegar a una liturgia encarnada en el genio de cada
pueblo».
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