miércoles, 11 de septiembre de 2019

PARTES DE LA BIBLIA MENOS TRANSITADAS


Hay dos versículos que no descarto comentar en algún sermón. Tres líneas de Hechos de los Apóstoles bastantes desconocidas incluso para los sacerdotes. Y es que la Biblia cuenta este último detalle acerca de Judas Iscariote:

Porque fue contando entre nosotros y se le asignó su porción en este ministerio. Ahora este hombre adquirió un campo con la recompensa de su maldad. Y, cayendo de cabeza, estalló en la mitad y todas sus entrañas se derramaron (Hechos 1, 17-18).

Hay una insistencia en dos verbos griegos en afirmar que reventó. He traído aquí este pasaje porque en una cena con unos amigos estábamos hablando de cómo hay muertes cuyos signos en el cuerpo parecen indicar la grandeza del alma que allí habitó. Y otras muertes que parecen manifestar la podredumbre del espíritu que estuvo dentro.

Acordaos del precioso vídeo que os puse aquí de un funeral por un obispo en el que, en mitad de la ceremonia, una paloma se posó sobre el ataúd y no se movió de su lado, a pesar de toda la gente que había allí. Mientras que hay otros casos en que los signos son diametralmente los opuestos. Y podría poner un ejemplo muy concreto de una persona conocida. Os ahorraré detalles y, piadosamente, dejaré el hecho en la oscuridad. 

Pero sí, el Bien y el Mal, a veces, dan impresionantes signos incluso en este mundo.

P. FORTEA

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