Cuando
una persona se queja mucho, es un síntoma de que algo no anda bien en su
entorno.
El comportamiento de los seres
humanos está en función de lo que tenemos y lo que percibimos en nuestra mente.
La queja es la manifestación más común de la inconformidad y de la
frustración de una persona.
Si una persona se queja demasiado es porque probablemente tiene muchas áreas de
su vida en inconformidad. No necesariamente significa que tenga la razón, sino que está inconforme.
Las diferencias entre el
hombre y la mujer es una de las razones por las que las parejas discuten debido
a que vemos las cosas de manera muy diferente. El temperamento
es un área que afecta mucho. Los
temperamentos melancólicos y coléricos tienden a quejarse más frecuentemente
que los otros.
Las quejas más frecuentes de los hombres son: Las quejas más frecuentes de las mujeres son:
Sus esposos no les ayudan en los quehaceres de la casa y con la atención de los niños.
Sus esposos no arreglan cosas en la casa, pero si están listos a ayudar a sus amigos.
Sus esposos no las escuchan, no le ponen atención, ni les hablan lo suficiente.
No tienen suficientes
relaciones sexuales. Siempre les duele la cabeza o están muy cansadas.
Las esposas gastan más de la cuenta. Nunca están satisfechas. Siempre quieren
más.
Las esposas quieren imponer su voluntad para que hagamos las cosas a la manera de ella.
Las esposas quieren imponer su voluntad para que hagamos las cosas a la manera de ella.
Estas y otras quejas
casi siempre tienen fundamento real, pero lo importante es que las valoremos
y tomemos decisiones maduras para atender esas quejas y buscar
soluciones.
Es bastante difícil permanecer
pacientemente al lado de una persona que se queja mucho. La persona que se
queja mucho produce malestar y las personas a su alrededor tienden a apartarse
de ella. Nadie tiene ganas de estar al lado de una persona
negativa. Una persona que se
queja mucho genera tensión y produce discusiones que frecuentemente terminan en
ofensas mucho mas allá del tema de la queja y que deteriora la relación.
Con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con
paciencia los unos a los otros en amor, procurando mantener la unidad del
Espíritu en el vínculo de la paz. Efe 4: 2-3
Para lidiar con tu cónyuge que
se queja mucho, lo primero es procurar ser muy tolerantes, con una actitud de
humildad y paciencia para entender la razón de la queja y trabajar en lo que
sea necesario para satisfacer la necesidad y resolver la inconformidad del
cónyuge. Debes ponerle mucha atención y valorar sus sentimientos para detectar la razón de su malestar. Una vez
detectada la causa, ambos deben trabajar en un plan para resolver la situación
juntos y tomar las decisiones correspondientes.
Si tú eres la persona que
tiende a quejarse mucho, debes aprender a abrir el corazón y expresar el sentimiento no en forma de queja sino en forma de sentimiento.
De esa manera hay una probabilidad mucho más alta de obtener una respuesta
satisfactoria. Por ejemplo: en vez de decir: “Es
que nunca me pones atención,….” Podrías decir: Mi
amor quiero que sepas que me siento triste y desanimada porque no siento que me
pones atención. Esta diferencia va a producir una reacción mucho mejor.
Tu
matrimonio y tu familia es el tesoro más valioso que Dios te ha dado.
Cuídalo!
Luis y Hannia Fernandez
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