Con ocasión del 125 aniversario de la Coronación de
la imagen de la Virgen de Guadalupe, el Papa Francisco ha concedido la
indulgencia plenaria a los fieles que participen en la Santa Misa en su
santuario, en Ciudad de México.
El anuncio lo realizó el 8 de septiembre a las 9:00
a.m. (hora local) el rector de la Basílica de Guadalupe, Mons. Salvador
Martínez Ávila. El decreto fue leído por el P. Juan de Dios Olvera Delgadillo,
canónigo del santuario mariano.
En el decreto, el Cardenal Mauro Piacenza, Penitenciario Mayor de la
Iglesia, destacó que la indulgencia es concedida por “especial
mandato en Cristo” del Papa Francisco.
De acuerdo al documento pontificio, “el día
que los fieles elijan, habiendo asistido al Santo Sacrificio, con verdadero
espíritu de arrepentimiento y caridad, y participando en el Sagrado Rito, se
les concede la Bendición Apostólica, con la correspondiente Indulgencia
Plenaria, lucrada según las acostumbradas condiciones de confesión sacramental,
comunión Eucarística y oración por las intenciones del Romano Pontífice”.
El año jubilar se celebrará desde el 8 de septiembre de 2019 hasta el 12
de octubre de 2020, fecha en que se cumplen los 125 años de la coronación
pontificia de la imagen original de Nuestra Señora de Guadalupe.
El Cardenal Piacenza determinó además que “los
fieles laicos que por una razonable circunstancia no participen físicamente en
los sagrados ritos, pero que participando a través de los medios de
comunicación de la radio o televisión, reciban devotamente la Bendición Papal y
tengan la recta intención, puedan recibir y lucrar plenamente de acuerdo a las
normas jurídicas, la Indulgencia Plenaria”.
La indulgencia plenaria se puede obtener para uno mismo o para el alma
de una persona fallecida.
En diálogo con ACI Prensa, el P. Juan de Dios Olvera Delgadillo, doctor
en Teología, explicó que “todo pecado tiene una
pena eterna y al mismo tiempo tiene una pena temporal. Cuando una persona se
confiesa se le perdona la pena eterna, pero queda pendiente la pena temporal”.
Esta pena temporal, dijo, “es el motivo por
el cual las almas van al Purgatorio”, y se disminuye habitualmente
durante la vida “con el ofrecimiento de nuestras
penalidades de nuestra vida, con una enfermedad sufrida con fe, cualquier penalidad
que te venga por ser buen cristiano”.
La indulgencia plenaria borra totalmente esta pena temporal, indicó,
pues “es el perdón de nuestro purgatorio hasta
donde va ahorita”.
POR DAVID RAMOS
| ACI Prensa
No hay comentarios:
Publicar un comentario