jueves, 12 de septiembre de 2019

CARDENAL ALEMÁN: EN LA IGLESIA CATÓLICA LAS MUJERES NO PUEDEN SER SACERDOTES


El Arzobispo de Colonia (Alemania), Cardenal Reiner Maria Woelki, recordó que las mujeres en la Iglesia Católica no pueden ser ordenadas sacerdotes, algo que San Juan Pablo II definió en 1994 y que el Papa Francisco ha reiterado en varias ocasiones.
“Se nos ha confiado algo que tenemos que preservar. Esto se aplica de manera especial a los sacramentos, en particular a la Sagrada Eucaristía. Además, el sacerdocio no ha sido inventado por los seres humanos sino que depende del mandato del Señor”, dijo el Cardenal el domingo 8 de septiembre al presidir una Misa en Colonia por la fiesta de la Natividad de la Virgen María.
“Si tomamos esto en serio, queda claro que es por esto que la cuestión del sacerdocio de las mujeres no es un asunto que esté en nuestro poder. En 1994 el Papa Juan Pablo II ya definió el tema de manera vinculante para toda la Iglesia y el Papa Francisco respeta esta decisión de su predecesor, algo que ha recordado en repetidas ocasiones”, resaltó el Cardenal.
En 1994 San Juan Pablo II escribió la carta apostólica Ordinatio Sacerdotalis, que señala que “la ordenación sacerdotal, mediante la cual se transmite la función confiada por Cristo a sus Apóstoles, de enseñar, santificar y regir a los fieles, desde el principio ha sido reservada siempre en la Iglesia Católica exclusivamente a los hombres”.
En el documento el Pontífice escribió también que “con el fin de alejar toda duda sobre una cuestión de gran importancia, que atañe a la misma constitución divina de la Iglesia, en virtud de mi ministerio de confirmar en la fe a los hermanos, declaro que la Iglesia no tiene en modo alguno la facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres, y que este dictamen debe ser considerado como definitivo por todos los fieles de la Iglesia”.
Cuando se le ha preguntado sobre el tema al Papa Francisco, ha respondido recordando lo establecido por San Juan Pablo II. En 2016, en el vuelo de regreso de Suecia, el Papa dijo que “sobre la ordenación de mujeres en la Iglesia Católica, la última palabra es clara y la dio San Juan Pablo II y esto permanece”.
Las palabras pronunciadas por el Cardenal Woelki el 8 de septiembre tienen como marco el llamado “proceso sinodal” que los obispos de Alemania han iniciado –alentando una polémica asamblea sinodal– y en el que se va a debatir algunos “temas esenciales” para hacer frente a los abusos como el celibato sacerdotal, la enseñanza moral de la Iglesia y el poder del clero en el país. En ese debate más de un líder católico ha apoyado la postura de darles lugar en la jerarquía a las mujeres.
El Arzobispo lamentó luego que para algunos en Alemania “la Iglesia a menudo se ha convertido en una entidad puramente sociológica que, en línea con el género, tiene que adaptarse a la corriente política y social”.
“Al igual que en un parlamento, está en juego la preparación en referencia a supuestos conocimientos científicos nuevos, especialmente en cuanto a las ciencias sociales y humanas para negociar sobre la fe y la doctrina de la Iglesia como los políticos; y luego se determina democráticamente las decisiones de la mayoría para lograr una llamada reforma de la Iglesia. Detrás de esto a menudo lo que se oculta no es sino una adaptación al pensamiento del mundo”, explicó el Cardenal Woelki.
“¿Es esto posible? ¿Cómo podría la Iglesia cumplir con las expectativas y aspiraciones  diversas y a menudo contradictorias de la gente de hoy? ¡Tendría que doblarse! Tendría que empantanarse y convertirse en un supermercado, una tienda de autoservicio donde todos obtienen lo que quieren, pero eso haría a la Iglesia infiel a sí misma”, continuó.
Si la Iglesia actuase de este modo, prosiguió el Cardenal, “perdería su identidad y se disolvería, porque la Iglesia no está hecha por el hombre, está hecha por Cristo y eso significa que no podemos disponer de todo lo que queremos o decidir la fe por mayoría”.
El Arzobispo de Colonia dijo que ante esta realidad es importante volver a la Virgen María, que “nos muestra lo que realmente importa en la vida de la Iglesia: no es confiarnos a lo que una sociedad secularizada pretende para nosotros para que, como cristianos, encontremos comprensión y aceptación en ella. Dios ya lo hizo y nos redimió como hijas e hijos”.
Por lo tanto, “hoy más que nunca, como María, debemos abrirnos a la gracia de Dios y permitir la obra de su Espíritu. Hoy Él quiere obrar en nosotros cómo lo hizo en María en su momento”.
De ese modo “Dios abre las puertas y nos envía al mundo tal como el Papa Francisco hizo en su carta al pueblo de Dios en Alemania”. En esa misiva, precisó el Cardenal Woelki, hay un llamado para alentar a “una nueva evangelización en primer lugar, para que en nuestro país se dé la primacía de la evangelización en todos nuestros esfuerzos”.
“Por lo tanto, la Iglesia no debe ser una tienda cerrada que le tenga miedo al mundo y tampoco debe ser una instancia que permita hacer todo lo que al mundo le gustaría que haga. Debemos estar con Cristo, con su voluntad, con su persona, coincidiendo con Él y manteniéndonos comprometidos”, indicó el Arzobispo.
“De lo contrario, perdemos nuestra identidad como cristianos y como Iglesia. Una Iglesia que se adapta al mundo en su fe no es obra del Espíritu Santo, sino de nuestro espíritu humano”, alertó.
Para concluir, el Cardenal resaltó que es necesario entonces abrir el corazón a Dios como María “para que Él pueda unirse a nosotros y llenarnos de su espíritu y así Cristo tome forma en nosotros. Entonces seremos capaces de cumplir nuestra misión en el mundo y darle lo más importante que necesita: Cristo”.
POR WALTER SÁNCHEZ SILVA | ACI Prensa

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