Al afirmar que el diablo es solo una «realidad
simbólica»
La Asociación
Internacional de Exorcistas (AIE) ha publicado un comunicado por el que
constata que las declaraciones del P. Arturo Sosa Abascal, Prepósito General de
la Compañía de Jesús, sobre el diablo como mera «realidad simbólica» son
contrarias al «magisterio ordinario y extraordinario solemne» de la Iglesia.
(InfoCatólica) El P. Sosa aseguró en una entrevista a la revista Tempi que «los símbolos son parte de la realidad, y el
demonio existe como una realidad simbólica, no como una realidad personal».
No es la primera vez que el superior de los jesuitas hace una afirmación en ese sentido. A
finales de mayo del 2017 declaró en una entrevista concedida al diario
El Mundo que «hemos hecho
figuras simbólicas, como el diablo, para expresar el mal».
La Associazione Internazionale
Esorcisti [A.I.E.] ha hecho público un comunicado
en el que asegura que «son necesarias
algunas aclaraciones doctrinales a la luz del magisterio, incluso
del actual pontífice».
En ese sentido, los exorcistas
recuerdan que «el magisterio solemne expresado en el Cuarto
Concilio de Letrán sobre los ángeles y los demonios implica una adhesión vinculante de la fe.
La posición de Abascal,
por lo tanto, se coloca fuera del magisterio ordinario
y extraordinario solemne».
SIGUE EL COMUNICADO:
La existencia real del
demonio, como sujeto personal que piensa y actúa y que ha elegido la rebelión
contra Dios, es una verdad de fe que siempre ha formado parte de la doctrina
cristiana. Esta verdad es confirmada por un documento de la Congregación de la
Fe, publicado por "L'Osservatore
Romano" el 26 de junio de 1975 (ndr: el año de
publicación fue el 1976).
Dicho texto de la Congregación
para la Doctrina de la Fe afirma que la declaración del concilio de
Letrán «se presenta como una afirmación incontrovertible
de la conciencia cristiana: es
este un punto importante del documento y no podía menos de serlo si se tiene en
cuenta las circunstancias históricas.
«De hecho»,
constata la AIE, «se inserta en el símbolo de la fe, que el concilio propuso de
nuevo a toda la Iglesia y, por lo tanto, pertenece a la regla universal de la
fe. Además, esta enseñanza corresponde a toda la tradición de los Padres de la
Iglesia y de los Papas».
El comunicado recuerda que
según la enseñanza de San Pablo VI, papa, el diablo «es
el enemigo número uno, es el tentador por excelencia. Sabemos así que este ser
oscuro y perturbador existe de verdad».
Asimismo, explican que el Papa Francisco «en diversas circunstancias ha reiterado con
insistencia y fuertemente la realidad del demonio». Es el
caso de su exhortación apostólica Gaudete et exultate, en la que abordar
claramente «la temática demoniaca». El
actual pontífice ha recordado que el camino a la santidad «es un combate permanente en el que se necesita fuerza y
coraje para resistir las tentaciones del diablo».
La AIE cita otras ocasiones en
las que Francisco ha dejado establecido muy claro que la fe católica lleva
aparejada la creencia en la existencia de Satanás como ángel caído y no una
mera realidad simbólica
Finalmente, la Asociación
Internacional de Exorcistas concluye su comunicado recordando lo que declaró la
Conferencia Episcopal Italiana en la presentación del nuevo rito para
exorcismos, promulgado por la Santa Sede el 22 de noviembre de 1998:
«El discípulo de
Cristo, a la luz del Evangelio y de la enseñanza de la Iglesia, cree que el
Maligno y los demonios existen y actúan en la historia personal y comunitaria
de los hombres. El Evangelio, de hecho, describe la obra de Jesús como una
lucha contra Satanás. También la vida de sus discípulos comporta una batalla
que ‘no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades,
contra los gobernadores de este mundo de tinieblas, contra los espíritus del
mal»
ANEXO.
ACI Prensa ha publicado un compendio de las ocasiones en las que el Papa Francisco ha hablado
sobre la realidad de la existencia del diablo y sus obras.
Por su interés, lo publicamos
En muchas ocasiones a lo largo
de su pontificado, el Papa Francisco ha alertado a los fieles de todo el mundo
de la existencia y acción del diablo.
Aquí hay 15 ocasiones en las
que el Santo Padre habló fuerte y claro sobre el demonio, su existencia, su acción
y lo que puede hacer un católico para combatirlo:
El 30 de octubre de 2014, en
la homilía de la Misa que presidió en la capilla de la Casa Santa Marta, donde
reside, el Santo Padre dijo que «a esta generación y a muchas otras se les ha
hecho creer que el diablo era un mito, una figura, una idea, la idea del mal ¡pero el diablo existe y nosotros debemos combatir
contra él! ¡Lo dice San Pablo, no lo digo yo! ¡Lo dice la Palabra de
Dios!».
«El diablo es
mentiroso, es el padre de los mentirosos, el padre de la mentira», dijo.
El 11 de abril de 2014, el
Santo Padre explicó que así como el demonio «tentó a
Jesús tantas veces, y Jesús sintió en su vida las tentaciones», así también los
hombres son tentados.
«También
nosotros somos objeto del ataque del demonio, porque el espíritu del mal no quiere
nuestra santidad, no quiere el testimonio cristiano, no quiere que
seamos discípulos de Jesús», dijo.
«¿Cómo hace el
demonio para alejarnos del camino de Jesús? La tentación comienza levemente,
pero crece: siempre crece. Segundo, crece y contagia a otro, se transmite a
otro, trata de ser comunitaria. Y, al final, para tranquilizar el alma, se
justifica. Crece, contagia y se justifica», advirtió.
El 31 de diciembre de 2015, en
una audiencia con miles de niños en el Aula Pablo VI en el Vaticano, el Santo
Padre dijo que «en el mundo existe la lucha entre
el bien y el mal, dicen los filósofos. Es la lucha entre el demonio y Dios.
Esto existe todavía. Cuando a cada uno de nosotros le vienen las ganas de hacer
una maldad. Esa pequeña maldad es una inspiración del diablo. Que a través de
la debilidad que ha dejado en nosotros el pecado original te lleva a esto. Se
hace el mal en las pequeñas cosas como en las cosas grandes».
«Es una
guerra contra la verdad de Dios, la verdad de la vida, contra la
alegría. Esta lucha entre el diablo y Dios dice la Biblia que continuará hasta
el fin», explicó.
El 9 de septiembre de 2016, en
un discurso ante más de 100 obispos en el Vaticano, Francisco señaló que «las
divisiones son el arma que el diablo tiene más a la mano para destruir la
Iglesia desde dentro. Tiene dos armas, pero la
principal es la división: la otra es el dinero. El diablo entra por
las rendijas y destruye con la lengua, con los chismes que dividen y el hábito
de chismorrear, que es una costumbre de ‘terrorismo’».
«El chismoso es
un ‘terrorista’, que lanza la bomba –el chisme– para destruir. Por favor,
luchen contra las divisiones, porque es una de las armas que tiene el diablo
para destruir a la Iglesia local y la Iglesia universal».
El 12 de septiembre de 2016,
el Santo Padre dijo en la Misa en Santa Marta que en la Iglesia «el diablo siembra celos, ambiciones, ideas,
¡pero para dividir! O siembra codicia».
Cuando eso pasa ocurre como
cuando hay guerra: «todo queda destruido». «Y el
demonio se va contento. Y nosotros, ingenuos, entramos en su juego».
El 20 de septiembre de 2016,
en la homilía de la Misa en la Casa Santa Marta, el Papa explicó que la guerra
es uno de los signos del demonio.
«No existe un
Dios de la guerra», afirmó; y precisó que es una obra del «maligno» que «quiere matar a todos». Por eso,
Francisco pidió orar con la convicción de que «Dios es un Dios de paz».
Hoy se invita «a todos los hombres de buena voluntad, de cualquier
religión, a orar por la paz» porque «¡el mundo está en guerra y sufre!», dijo.
El 17 de noviembre de 2016, en
un discurso a la Asociación de Empresarios Católicos, Francisco señaló que la
corrupción es «hacerse seguidor del diablo».
«La corrupción
está generada por la adoración del dinero y vuelve al corrupto prisionero de
esa misma adoración. La corrupción es un fraude a la democracia, y abre las
puertas a otros males terribles como la droga, la prostitución y la trata de
personas, la esclavitud, el comercio de órganos, el tráfico de armas, etc. La corrupción es hacerse seguidor del diablo,
padre de la mentira», afirmó el Santo Padre.
El 25 de noviembre de 2016,
también en Santa Marta, el Pontífice dijo que el diablo «es un mentiroso. Aún más: es el padre de la mentira, que genera
mentiras. Es un estafador. Te hace creer que si comes de esta manzana serás
como un Dios. Te la vende de ese modo y tú la compras, y al final te estafa, te
engaña y te arruina la vida».
El Pontífice se preguntó cómo
podemos hacer para no dejarnos engañar por el diablo. «Jesús
nos enseña cómo: no dialogar nunca con
el diablo. Con el diablo no se dialoga. ¿Qué hizo Jesús con el diablo?
Lo alejaba».
El 2 de marzo de 2017, en un
encuentro con el clero de la diócesis de Roma en la Basílica papal de San Juan
de Letrán, el Pontífice puso como ejemplo a seguir para los sacerdotes la fe de
Simón Pedro, constantemente sometida a prueba por el demonio. Esta clase de
pruebas «Dios no las manda directamente, pero
tampoco las impide», dijo.
«Toda la vida de
Simón Pedro puede verse como un progreso en la fe gracias al acompañamiento del
Señor, que le enseña a discernir en el propio corazón aquello que procede del
Padre y lo que procede del demonio».
«Quizás, la
tentación más grande del demonio fue esta: insinuar en Simón Pedro la idea de
no ser digno de ser amigo de Jesús porque lo había traicionado», indica el Pontífice. «Pero el Señor es
fiel. Siempre. Y renueva siempre su fidelidad».
El 1 de abril de 2017, en la
audiencia que sostuvo con la Comunidad del Pontificio Colegio Español San José
de Roma, el Papa dijo a los sacerdotes que «el diablo siempre entra por el bolsillo».
Los sacerdotes, dijo
Francisco, «no se pueden contentar con tener una vida ordenada y cómoda, que
les permita vivir sin preocupaciones, sin sentir la exigencia de cultivar un
espíritu de pobreza radicado en el Corazón de Cristo que, siendo rico, se ha
hecho pobre por nuestro amor o, como dice el texto, para enriquecernos a
nosotros».
El 13 de octubre de 2017, en
la Misa en la capilla de la Casa Santa Marta, el Papa alentó a los fieles a
estar «vigilantes» frente a las tentaciones
y el actuar del demonio, que «lentamente» busca
cambiar los criterios en nuestra vida «para
llevarnos a la mundanidad».
«Se mimetiza en
nuestro modo de actuar, y nosotros difícilmente nos damos cuenta», dijo.
El Papa Francisco advirtió el
13 de diciembre de 2017 que el diablo «no es una cosa difusa», sino «una
persona» con quien no se debe dialogar.
»Con Satanás no
se puede dialogar. Porque si comienzas a dialogar con Satanás, estás perdido.
Es más inteligente que nosotros. Te rodea, te rodea, te hace dar vueltas la
cabeza y estás perdido«, señaló.
En la Basílica de Santa María
La Mayor en Roma, Italia, el Papa Francisco dijo el 29 de enero de 2018
que «allí donde la Virgen habita, el diablo no entra en esa casa».
«La Madre
custodia la fe, protege las relaciones, salva en la intemperie y preserva del
mal», aseguró.
El 8 de mayo de 2018, el Papa
Francisco dijo que el diablo «es peligrosísimo. Se
presenta con todo su poder, y sus promesas son todas mentira, y nosotros, como
tontos, las creemos«.
Sin embargo, destacó, el
diablo »está derrotado» y «podríamos decir que está moribundo».
A primera hora del 1 de junio
de 2018, en la capilla de la Casa Santa Marta, el Santo Padre advirtió
que el demonio continúa persiguiendo y atacando porque quiere destruir la
armonía entre el hombre y la mujer, y denunció una vez más las «colonizaciones
ideológicas» y otras formas de destrucción.
En un diálogo que sostuvo con
niños en la parroquia romana de San Crispino de Viterbo el 3 de marzo de 2019,
el Papa Francisco advirtió sobre el diablo, que no es «solo
un cuento de ancianas».
El diablo, le dijo a los
niños, «existe, sí, es verdad, y es nuestro mayor
enemigo. Es el que trata de hacernos resbalar en la vida. Es el que pone malos
deseos en nuestros corazones, malos pensamientos y nos lleva a hacer cosas
malas, las muchas cosas malas que hay en la vida, para terminar en guerras»
En la Audiencia General del 1
de mayo de 2019, fiesta de San José, el Papa Francisco recordó que el mismo
Jesús, como narran los Evangelios, enfrentó en el desierto al diablo, «pero Jesús rechazó toda tentación y salió victorioso».
El Pontífice explicó que la
vida pública de Jesús comenzó «con la tentación que
viene de Satanás. Satanás estaba presente allí. Mucha gente que dice: ‘Pero por
qué hablar del diablo, que es una cosa antigua, el diablo no existe’. No, mira
lo que te enseña el Evangelio: Jesús se enfrentó al diablo. Fue tentado por
Satanás».
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