¿Cómo deben valorar
los católicos estas experiencias místicas?
Fuente: Rome
Reports
A lo largo de la historia muchos santos han vivido experiencias místicas
y algunos han asistido a apariciones marianas. Es el caso de san Francisco de
Asís, el Padre Pío o Santa Faustina y de apariciones en lugares como Fátima,
Guadalupe y Walsingham.
En ellas, los santos han tenido iluminaciones y visiones o la Virgen
María les ha explicado algún elemento de la vida cristiana.
La pregunta es, ¿cómo deben valorar los
católicos estas experiencias místicas?
La doctrina católica explica que Dios se ha dado a conocer con dos tipos
de revelaciones: las revelaciones públicas y las
revelaciones privadas.
¿QUÉ ES LA
REVELACIÓN PÚBLICA?
La idea central es que todo lo que Dios ha querido revelar sobre Sí
mismo está en el Evangelio y en la Tradición transmitida por sus
apóstoles.
“Dios se ha dado a conocer a toda la Iglesia en
Jesucristo, porque en Jesucristo vemos quién es Dios. Jesús decía: “Quien me ha
visto a mí, ha visto al Padre”. Jesús es la plenitud de la Revelación, y esto
es lo que los apóstoles transmitieron a la Iglesia. No es algo privado o
reservado a unos pocos. Todos han recibido la totalidad de la revelación,
aunque no todos lo entienden completamente, y ahí es donde entra en juego la
Teología”.
P. DAVID KOONCE LC -
Pontificio
Ateneo Regina Apostolorum
Las revelaciones esenciales están en la Biblia y en la Tradición de la
Iglesia. Así que las revelaciones “privadas”, en
realidad, no añaden nada nuevo.
¿QUÉ ES UNA
REVELACIÓN PRIVADA?
Las revelaciones privadas son visiones y apariciones de la Virgen que
han tenido lugar después del Nuevo Testamento.
“Tenemos muchísimos santos que tienen revelaciones,
apariciones. Pueden estar dirigidas a una familia, a una parroquia, a una
diócesis o a un lugar concreto y tenemos también los santuarios locales. Pero
puede ser también para el mundo entero como las de Fátima o Lourdes, que son
mensajes dirigidos a todo el mundo”.
P. STEFANO CECCHIN
OFM - Universidad
Pontificia Antonianum
Ejemplos de revelaciones privadas son las apariciones de la Virgen en
Fátima o los escritos de Santa Faustina sobre la Divina Misericordia.
¿DEBEN ACEPTAR LOS
CATÓLICOS CUALQUIER REVELACIÓN PRIVADA?
La Iglesia católica indica que la misión de las revelaciones privadas no
es otra Revelación de Cristo, sino una ayuda para vivir la fe más plenamente en
cada momento de la historia. Una revelación privada contribuye a fortalecer la
fe en determinadas circunstancias.
“Las revelaciones privadas no añaden nada nuevo al
depósito de la fe. Dirigen nuestra atención hacia algo que merece la pena
recordar, o sobre lo que reflexionar, para asimilarlo y ponerlo en práctica.
Así que nadie está obligado a creer en el contenido de una revelación privada”.
P. DAVID KOONCE LC -
Pontificio
Ateneo Regina Apostolorum
“A mí no me gustan mucho algunas personas, no
todas, pero algunas personas que conocen todo aquello que la Virgen ha dicho en
Fátima y en Medjugorje o en otros lugares, pero no conocen el Evangelio. Este
es el problema. La salvación nosotros la recibimos por medio de la Palabra de
Dios y los sacramentos de la Iglesia”.
P. STEFANO CECCHIN
OFM - Pontificia
Universidad Antonianum
En definitiva, aunque las experiencias místicas aprobadas y las
apariciones marianas tienen un lugar especial en la Iglesia, el católico no
está obligado a aceptarlas.
Sirven para acercar a las personas a lo que Dios ya compartió en la
Biblia y a lo que entregó a los católicos con los Sacramentos.
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