La Conferencia
Episcopal Nacional de Camerún (CENC) hizo público una carta pastoral que condenaba la masonería, el rosacrucismo y
la brujería, e instaba a todos los católicos a oponerse a
esos grupos y «creencias».
El texto está
firmado por el obispo Abraham Bialo Kome de Bafang (oeste de Camerún), uno de
los primeros actos como presidente de la Conferencia episcopal.
Aunque la noticia se conoció a
principios de julio en la prensa local, en realidad el documento
se firmó en 4 de mayo durante la Asamblea General de la CENC. Un documento
importante que actualizaba una iniciativa similar de la década de los 90,
cuando el episcopado camerunés publicaba un documento que condenaba las «sectas esotéricas».
EL TEXTO ES DURO Y
MUY CLARO
«En este
momento, en algunas parroquias de nuestras diócesis, en los consejos
parroquiales e incluso en algunas organizaciones diocesanas, hay cada vez más
personas en puestos de responsabilidad, personas pertenecientes a la
Francmasonería, los Rosacruces, o que practican la brujería, a
quienes se les administra sin ningún tipo de escrúpulo los sacramentos que
Jesucristo confió a Nuestra Santa Madre Iglesia. Esta situación
requiere una aclaración».
Una advertencia
clara de que estas prácticas hacen imposible recibir la Sagrada Comunión si no
se rompe todo vínculo con ellas.
Ojalá esto suponga un aviso a
los católicos despistados «porque conocen a un
cura (normalmente es jesuita) que les dice que no pasa nada, que eso era antes
del Concilio». Desde luego que la postura de los obispos va a levantar
ampollas. Primero por relacionar rosacruces y masones, y luego por meter en el
mismo saco a los «crédulos de la razón» con
los hechiceros. Y es que, aunque no todos, la relación de los tres con el
ocultismo está muy extendida.
Los obispos ejercieron su
función: «en el nombre de nuestro deber de enseñar,
les entregamos esta carta pastoral no solo para recordarle las líneas
principales del Magisterio sobre la masonería, los rosacruces y la creencia en
la brujería, sino también para dar directrices pastorales para iluminar y
sostener su fe en Jesucristo, quien murió y resucitó de entre los muertos».
La crítica
a la masonería es radical:
«La
masonería se presenta como una filosofía humanista, naturalista y esencialmente
racionalista dedicada a la búsqueda de la verdad. Pero considera que la verdad
es accesible solo por la razón. Por lo tanto, rechaza la luz de la fe y los
dogmas de la Iglesia», escribieron los obispos, explicando que los Francmasones basan su forma
de pensar en el rechazo de todos los dogmas católicos que encuentran su origen
en la propia revelación de Dios y se basan en una postura relativista.
«La
religión cristiana no es nuestro invento, sino una religión revelada
por Dios mismo a Moisés, y cumplida por Jesucristo. Nuestra fe se basa en todas
las verdades reveladas por Dios. Estas verdades también se llaman dogmas.
Ningún católico puede desafiarlos sin negar su fe: son los dogmas de la
Santísima Trinidad, la Encarnación, la Resurrección, la Ascensión, la
Inmaculada Concepción y la Asunción de la Virgen María».
¿TODAVÍA HAY QUIEN PIENSA QUE SE PUEDE SER MASÓN Y
CATÓLICO? (Además del gustazo de leer a
obispos que escriben en católico).
Respecto al «rosacrucismo», una orden esotérica fundada a
principios del siglo XVII que no es diferente a la masonería, se basa más
evidentemente en la idea de que una ciencia secreta transmitida desde los
tiempos antiguos puede dar a sus iniciados una perspectiva del funcionamiento
de la naturaleza y también del reino espiritual. También merece la condena por
los obispos de Camerún.
Y merece una mención de honor
el tratamiento sobre la brujería, sobre el que los obispos insisten en el
discernimiento de este «fenómeno peligroso», instando
a los files a «continuar reafirmando de lleno la fe
en Jesucristo que murió y resucitó, ser prudentes y no dejarse seducir por estas
doctrinas que son contrarias a la fe cristiana».
Es de esperar que no
los inviten, ni como observadores, al Sínodo para la Amazonia.
Juanjo Romero
No hay comentarios:
Publicar un comentario