La fe católica agoniza en el mundo entero y en no
pocos lugares ha fallecido. Una prueba de ello es lo que ocurre en la inmensa
mayoría de los funerales o de las Misas donde se “reza” por un difunto
fallecido tiempo atrás.
Los funerales católicos se han convertido en una copia barata de los
servicios conmemorativos protestantes. Como ellos no creen en el purgatorio y rechazan que se rece por los
muertos, se dedican a glosar la figura del fallecido. Pero al menos en muchos
casos recuerdan la necesidad de haber llevado una vida cristiana para ser
salvo. En los funerales católicos, el muerto ya está en el cielo, sí o sí, y no
hay la menor indicación de que existe algo que se llame purgatorio y no digamos
nada del infierno.
De hecho, se da una especie de
trastorno bipolar. Mientras los textos
litúrgicos dicen una cosa, el celebrante dice otra. La liturgia todavía
mantiene la fe de la Iglesia. La misma que niega el sacerdote que se convierte
en canonizador de todo fallecido que pase por su parroquia.
Idem con las Misas por el
aniversario de un fallecimiento.
Oído ayer:
“Ofrecemos la
Misa de hoy por el hermano xxx, que hace un año que está en el cielo con
Dios".
Pues oiga, si xxx está en el cielo con Dios, ¿se puede saber para qué rezamos y ofrecemos una Misa por
él? ¿para qué le pedimos a Dios que
le acoja en su seno si ya le ha acogido? De hecho, más bien será él
quien tendrá que rezar por nosotros, ¿no?
Pues, así una vez tras otra en diferentes parroquias, en diferentes
diócesis. Y no es un fenómeno reciente,
no. Cuando yo era pequeño, y de eso han pasado ya más de 40 años, ocurría lo
mismo. Y si sigue ocurriendo es porque gran parte de los obispos lo consienten.
Sé que algunos han escrito cartas
advirtiendo contra esa nefasta práctica. Por ejemplo, el arzobispo de Pamplona, Mons. Francisco Pérez.
Pero son la excepción que confirma la regla de la complicidad con el error.
Precisamente
recordaba don Francisco que:
- Muerte y
resurrección no son simultáneas.
- Todos tenemos
que comparecer ante el tribunal de Cristo
- El purgatorio
existe, gracias a Dios
- Debemos
ofrecer sufragios en favor de las benditas almas del purgatorio.
Si no se cree eso, ¿a cuento de qué se puede considerar uno católico? ¿es católico el sacerdote que niega de facto
dogmas de la Iglesia en algo tan delicado como es la celebración de un funeral?
¿lo son los fieles que asumen sin más los errores que escuchan desde los
púlpitos?
De hecho, en poco, por no decir en nada, se diferencia
la actitud de gran parte de los católicos de la del mundo ante la muerte de un
personaje más o menos famoso. Se da por hecho que pasa a una mejor vida,
si es que se cree en la vida ultraterrena.
Desgraciadamente los funerales católicos se han convertido en
una prueba visible e inequívoca de
la muerte de la fe católica. Son signos de la apostasía en la que buena
parte de la Iglesia se ha ido adentrando en el último medio siglo.
Demos gracias a Dios por
obispos como Mons. Francsico Pérez y por el remanente fiel de sacerdotes que todavía no han caído en la herejía
universalista ni en el modernismo buenista, y celebran los funerales como
manda la Santa Madre Iglesia.
Luis Fernando Pérez Bustamante
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